Platón: la filosofía política y la política

AutorSheldon S. Wolin
Páginas51-94
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II. PLATÓN: LA FILOSOFÍA POLÍTICA Y LA POLÍTICA
… reproducir mediante arte deliberado lo que así se ha
aprehendido y “consolidar en pensamientos perdurables
las fluctuantes imágenes que flotan ante la mente”.
SCHOPENHAUER
LA INVENCIÓN DE LA FILOSOFÍA POLÍTICA
Como señalamos en las páginas anteriores, la filosofía política y la naturaleza
política tienen una historia y se puede decir que cada una tiene un comienzo.
No obstante, las preguntas concernientes a los orígenes tienen importancia sólo
para el anticuario, salvo cuando los orígenes pueden haber influido en la evolu-
ción posterior. En el caso de la filosofía política, sus orígenes son tan significa-
tivos que se puede decir sin exagerar que la historia del pensamiento político es
básicamente una serie de comentarios, a veces favorables, con frecuencia hos-
tiles, sobre sus comienzos.
A los griegos les debemos la invención de la filosofía política y la demarca-
ción del ámbito de la naturaleza política. Antes de que surgiera la filosofía grie-
ga en el siglo IV a.C., el hombre había pensado en sí mismo y en la sociedad
como partes de la naturaleza, sujetas a las mismas fuerzas naturales y sobrena-
turales. La naturaleza, el hombre y la sociedad formaban un continuo. Todos
gozaban de una estabilidad compartida y todos sufrían la violencia de dioses
encolerizados. En esta era prefilosófica, la explicación de los acontecimientos
tanto naturales como sociales adoptaba la forma de “mitos”. Los hombres se
preocupaban no por “cómo operaban las cosas sino por qué agente sobrenatu-
ral las gobernaba”.1 Los fenómenos políticos no se diferenciaban de otros fenó-
menos y no se conocía la “explicación” política como forma independiente del
pensamiento.
El primer paso en el largo proceso de crear la filosofía política se produjo
cuando la actitud del hombre hacia la naturaleza fue sometida a una drástica
revisión. Fue el gran logro de los filósofos griegos de los siglos V y VI a.C., que
abordaron la naturaleza como algo comprensible para el intelecto humano,
1 Hay útiles análisis de las formas precientíficas de pensamiento en las obras de H. A. Frankfort
et al., Before Philosophy [Antes de la filosofía], Pelican, Londres, 1951, pp. 11-36, 237-262; F. M.
Cornford, From Religion to Philosophy, Arnold, Londres, 1912 [existe traducción al español: De la
religión a la filosofía, Barcelona, Ariel, 1984]; Hans Kelsen, Society and Nature [Sociedad y naturale-
za], University of Chicago Press, Chicago, 1943, pp. 24 y ss., 233 y ss.
52 PRIMERA PARTE
algo que había que explicar racionalmente sin recurrir a los caprichos de los
dioses.2 Una vez dado este paso, se despejó el camino para una explicación ra-
cional de todos los fenómenos: políticos y sociales y también naturales. Sin
embargo, en esta etapa los pensadores griegos no trazaron una distinción clara
entre la naturaleza física y la sociedad; ambos ámbitos estaban gobernados por
las mismas “leyes”. De ese modo, para Empédocles las tensiones entre el Amor
y el Odio (o la Pugna) constituían el principio dinámico que operaba en toda la
creación.3 En ésta, al igual que en otras filosofías presocráticas, se pensaba que
la multiplicidad de las cosas en conflicto era apenas algo superficial a su uni-
dad esencial; en consecuencia, el principio explicativo no se derivaba de un
co-
nocimiento de muchos “tipos” de fenómenos, sino de la percepción de la unidad
básica de opuestos en pugna.4 Esta idea de un principio común a la naturaleza
y la sociedad aparece en los fragmentos de Heráclito: “Homero se equivocó al
decir: ‘Ojalá que desaparezca esa pugna entre los dioses y los hombres’. No vio
que oraba por la destrucción del universo; puesto que, si su plegaria era escu-
chada, todas las cosas desaparecerían”.5 En otro fragmento encontramos: “Por
consiguiente, se debe seguir [la ley universal] que es común [a todos]. Debemos
basar nuestra fuerza en lo que es común a todos: la ciudad en la Ley (Nomos)
y con más fuerza aún. Pues todas las leyes humanas se nutren de una sola ley,
que es divina. Puesto que gobierna una gran extensión y es suficiente para to-
dos, y más que suficiente”.6
Para nuestra indagación, no es particularmente importante si los griegos
llegaron primero a una filosofía de la naturaleza mediante la aplicación de con-
ceptos políticos y sociales al mundo natural o si, a la inversa, sus ideas sociales
y políticas se derivaron de razonamientos anteriores acerca de la naturaleza.7
El elemento esencial es que en la filosofía griega primitiva el surgimiento de la
2 F. M. Cornford, Before and after Socrates, Cambridge University Press, Cambridge, 1920, pp. 8
y ss. [existe traducción al español: Antes y después de Sócrates, Ariel, Barcelona, 1980]; Werner Jae-
ger, Paideia: los ideales de la cultura griega, 2ª ed., trad. de Joaquín Xirau y Wenceslao Roces, FCE,
México, 1962, pp.150 y ss.
3 Los fragmentos pertinentes han sido tomados de Ancilla to the Pre-Socratic Philosophers [Sier-
va de los filósofos presocráticos], Blackwell, Oxford, 1952, frag. 26, pp. 55 y 56; frag. 35, pp. 56 y 57,
y de John Burnet, Early Greek Philosophy [Los comienzos de la filosofía griega], Black, Londres,
1948, pp. 197-250. Véanse también los comentarios de F. M. Cornford en The Laws of Motion in
Ancient Thought [Las leyes del movimiento en el pesamiento antiguo], Cambridge University Press,
Cambridge, 1931, pp. 31 y 32.
4 Burnet, Early Greek Philosophy, p. 143.
5 Ibid., frag. 43, p. 136.
6 Freeman, Ancilla to the Pre-Socratic Philosophers, frag. 2, p. 24; frag. 14, p. 32.
7 “Pero la relación del elemento social del pensamiento griego con el cosmológico fue siempre
de reciprocidad: así como se entendía el universo en términos de ideas políticas como las de diké,
nomos, moira, kosmos, igualdad, así también se derivaba íntegramente la estructura política del
orden eterno del cosmos”, en Werner Jaeger, La teología de los primeros filósofos griegos, FCE, Méxi-
co, 1952, p. 141. También hay comentarios sobre esto en Burnet, Early Greek Philosophy, p. 151.
PLATÓN: LA FILOSOFÍA POLÍTICA Y LA POLÍTICA 53
filosofía política, y de un ámbito especial de la política, quedó oscurecido por el
intento de incluir todos los fenómenos dentro de la “naturaleza” y explicar su
funcionamiento mediante un principio unificador común. En consecuencia,
nuestra pregunta no es si los griegos interpretaron la sociedad mediante la na-
turaleza o viceversa, sino cuándo descubrieron la diferencia entre ambas.
La exposición en el diálogo platónico Fedón arroja cierta luz sobre este últi-
mo problema. Al comenzar el diálogo, Sócrates explica cómo su búsqueda de la
verdad lo había hecho recurrir entusiastamente a las ideas de los anteriores
“filósofos de la naturaleza”. En lugar de certidumbre intelectual, encontró sólo
una profunda desilusión y, como resultado, su curiosidad se trasladó de la natu-
raleza al hombre y la sociedad.8 El punto trascendente en el relato de Sócrates
es que el cambio de perspectiva filosófica fue el resultado del tipo de preguntas
que formuló y que no podía responder la anterior filosofía “de la naturaleza”. Su
queja era que, si la filosofía pretendía explicar la naturaleza del cosmos, enton-
ces necesariamente debía explicar la naturaleza del orden de lo mejor. Si, por
ejemplo, se declaraba que la tierra era el centro del universo, entonces corres-
pondía al filósofo demostrar por qué éste era el mejor ordenamiento; es decir,
por qué el bien tenía un poder obligatorio.9
Si bien la crítica de Sócrates puede parecer curiosa al lector moderno, su
importancia reside en el método que aplicó. Mientras que los filósofos de la
naturaleza, como Anaxágoras, se habían esforzado por demostrar la necesidad
lógica que sustentaba su cosmovisión, Sócrates abordó los problemas de la filo-
sofía en términos éticos. En otras palabras, adaptó su método para obtener
respuestas acerca del hombre y la sociedad, y no acerca de la naturaleza. La fi-
losofía política surgió de una pregunta ética que la naturaleza nunca podía res-
ponder; los problemas de los hombres no coincidían estrictamente con los pro-
blemas de la naturaleza.
No obstante, Sócrates no fue el primero en señalar la posibilidad de que la
sociedad y el hombre pudieran ser explicados con principios distintos de los
que operan en la naturaleza. De hecho, fueron los sofistas del siglo V a.C., los acé-
rrimos enemigos de Sócrates y Platón, quienes por primera vez separaron la po-
lítica de la naturaleza y plantearon la hipótesis de que lo “político” constituía un
campo definible de indagación. Estas distinciones estaban implícitas en la pre-
tensión de los sofistas de enseñar a los hombres el arte de la política indepen-
diente de toda cosmogonía. En un fragmento del sofista Antífono, se conserva
una clara definición de la distinción entre la política y la naturaleza. Antífono
utilizó la antítesis corriente entre “naturaleza” y “convención” (physis y nomos)
con el propósito de contrastar las medidas jurídicas convencionales encarna-
das en las disposiciones políticas con la justicia decretada por la naturaleza:
8 Fedón, 96 y 97 [todas las obras de Platón han sido tomadas de la edición de Gredos, Madrid,
2008]; Cornford, Before and after Socrates, pp. 3-8.
9 Fedón, 98 y 99.

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