El petroleo en los "hoyos de dona" y otras areas desconocidas del Golfo de Mexico, de Fabio Barbosa Cano.

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Con el objetivo de "exponer (...) el proceso de exploración petrolera en las zonas del Golfo de México, reseñar los principales estudios, resumir sus resultados (...) y especificar cómo y por qué se han modificado las evaluaciones a medida que se desarrollan instrumentos más precisos y tecnologías de exploración más avanzada ...", Fabio Barbosa Cano, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, publicó su libro titulado El Petróleo en los "hoyos de dona" y otras áreas desconocidas del Golfo de México, coeditado por el propio Instituto y el grupo editorial Miguel Ángel Porrúa.

Partiendo de la hipótesis de que "... las nuevas tecnologías de exploración petrolera y de perforación de pozos, surgidas en los años noventa, confirmaron y luego revaloraron el potencial petrolero en aguas profundas del Golfo de México, tanto en nuestro país, como en la porción estadounidense", Fabio Barbosa desglosa su trabajo en cinco secciones, observando un orden cronológico que ofrece al lector una lectura ágil de las vicisitudes que ha sufrido la evaluación del potencial petrolero del Golfo de México en sus aguas profundas, las negociaciones del Tratado de Delimitación de la Plataforma Continental extendida entre México y Estados Unidos, y las repercusiones geoeconómicas para nuestro país en el futuro próximo, además de los proyectos estadounidenses de exploración y explotación que ya operan.

El primer antecedente de los límites marítimos de México se presenta, como señala el autor, en el momento en que suscribe el Tratado Guadalupe-Hidalgo con Estados Unidos en 1848, en cuyo artículo v se describe la línea divisoria entre los dos países, que incluye el trazo de una línea de "... tres leguas fuera de tierra frente a la desembocadura del Río Grande"; es decir, se establece una anchura del mar territorial de 9 millas marinas (1) en el Golfo de México --el equivalente a tres leguas--. Este límite es la base del decreto presidencial para el trazo de la zona económica exclusiva de enero de 1976, realizada sobre las bases técnicas y jurídicas que conformaban lo que años después sería la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR), firmada el 10 de diciembre de 1982 en Montego Bay, Jamaica.

Los llamados "hoyos de dona" del Golfo de México aparecen por el trazo casi simultáneo de la Zona Económica Exclusiva de México y la Zona de Conservación y Administración Pesquera de Estados Unidos, ambas con extensión de 200 millas marinas contadas a partir de las líneas de base recta de cada país. Estos trazos realizados por México y Estados Unidos, en enero y abril de 1976, respectivamente, sentaron las bases para que formalizaran sus límites marítimos tanto en el Golfo de México como en el Océano Pacífico. Desde los trazos efectuados en 1976, hasta la suscripción el 4 de mayo de 1978 del Tratado sobre Límites Marítimos entre los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de América, o Tratado de 1978, se forman dos espacios que rebasan las 200 millas marinas de cada zona delimitada, formando lo que por años se llamó "donas": (2) la occidental, con un área de 17 mil [km.sup.2], y la oriental, de 20 mil [km.sup.2] que involucra en cierta medida, por razones geográficas y jurídicas, los intereses de Cuba.

Como señala el autor en la segunda sección de su obra, de los primeros estudios estadounidenses sobre el...

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