Los partidos políticos en México: del estamento privilegiado a la sujeción al Estado de Derecho

AutorGonzalo Farrera Bravo
Páginas63-108
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Los partidos políticos en México: del estamento
privilegiado a la sujeción al Estado de Derecho
Gonzalo Farrera Bravo
Pues si alguien desea realmente servir al Estado,
no deberá empezar construyendo nuevos muelles,
barcos y arsenales, sino que deber, en el sentido de
Sócrates, mejorar a los ciudadanos.
Die Platon Dialoge, “Der realen politischen
LA EXCEPCIÓN A LA REGLA
La evolución del estudio de los partidos políticos en méxico no sería com-
prensible si no entendemos un hecho sui generis de la política en México:
la hegemonía de un solo partido y el nacimiento de las instituciones polí-
ticas con una misma lógica: la de la concentración del poder.
Dentro de la doctrina de los partidos políticos es recurrente encontrar
afirmaciones que dicen que al hablar de partidos políticos se presupone un
sistema democrático, en el cual un régimen de partido único es una con-
tradicción en sí mismo.1
En esta contradicción nace el caso mexicano, muy alejado del paradig-
ma democrático occidental y sobre todo de un funcionamiento de corte
aceptable dentro de la idea de una democracia representativa, liberal y
pluralista, sino que más bien es bastante próxima a la idea del politólogo
Wolgfang Merkel en Defekte Demokratie.2
1Gerry Stoker, “Local Governance and Democracy in Twenty-First Century ”, Democracy
at the Local Level. The International IDEA Handbook on Participation, Representation, Conflict Ma-
nagement and Governance, IDEA, 2001.
2Merkel y Andres Busch (eds.), Demokratie in Ost und West, Frankfurt Mein, UTB, 1999.
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¿Cómo se llegó a esta Defekte Demokratie? Una explicación histórica
fue el prolongado periodo de disturbios políticos que provocó la desinte-
gración del imperio español; México quedó sin instituciones capaces de
absorber y regular los conflictos. Éstas sólo podían ser creadas por medio
del triunfo militar de ciertas fuerzas políticas o de un acuerdo de élites
armadas, y a éstas les llevó un tiempo construirse.
Cuando finalmente lo hicieron estas instituciones políticas tendieron a ser
sumamente excluyentes “oligárquicas”.3 No obstante, en la medida en que las
élites fueron capaces de procesar sus conflictos en paz; en el caso más típico
la forma de ejercer el poder tuvo una variante un tanto anómala.
Otras de las causas que atribuye Merkel para la Defekte Demokratie:
a) El inicio de la Modernización: es una de las causas para el surgimiento de
las democracias defectuosas, partiendo de la transición del Estado semi-
moderno que tuvo como referencia a las élites que concentraban los inte-
reses económicos y políticos.
b) El nivel de la modernización: esta es otra de las causas en que las demo-
cracias defectuosas sientan su base, es decir en el bajo crecimiento econó-
mico-social bajo de un gran número de habitantes de estos estados. La
distribución asimétrica de lo económico, cultural e intelectual provocó una
notable inequidad social en la manera de ejercer el poder, complicando el
ejercicio de los derechos consagrados en las constituciones y los estánda-
res democráticos.
c) Las crisis económicas: éste es otro de lo indicadores fuertes de esta taxo-
nomía, ya que promueve la institucionalización defectuosa, sobre todo en
sistemas presidenciales y semipresidenciales.4
d) El capital social: otro fa ctor es la baja inversión en capital social que
realizan las democracias defectuosas, lo que provoca la marginación de
las clases sociales además de la que concentra los dineros públicos en
pocas manos. En palabras de Alexis de Tocqueville, el capital social tra-
3Adam Przeworski y Carolina Curvale; “¿Explica la política la brecha económica entre
Estados Un idos y América Latina?, en Francis Fukuyama (comp.), La brecha entre América
Latina y Estados Unidos: determinantes políticos e institucionales del desarrollo económico, Bue-
nos Aires, FCE-Fundación Grupo Mayan, 2006.
4Esta afirmación tiene evidencia empírica en el trabajo de Lipset: Social Requisits for Demo-
cracy Baltimore, Johns Hopkins Press, 1981. Además se coincidimos con la afirmación de Juan
Linz con respecto de que en las jóvenes democracias el sistema presidencialista provoca con-
diciones adversas para su consolidación, a diferencia de los de índole parlamentaria. Linz: “The
Perils of Presidentialism”, Journal of Democracy, Johns Hopkins Press, 1990.
Los partidos políticos en México
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baja en contra de las tendencias monopólicas tanto en lo político como
en lo económico.5
e) La so ciedad civil : es otro de los grandes factores para l a formación d e
un sistema de partidos bien institucionalizado, así como de grupos de in-
terés y organizaci ones de la sociedad civil . Sin la institucionalización de
la interac ción d e la ciudad anía, se evita la i ntervención de la mis ma
como intermediaria con el Estado, promoviendo el ejercicio de los de-
rechos políticos , l a p rotección de los derechos fundamentales y la re-
presentación política e n el Parlamento. Cuando un a sociedad civil est á
organizada ello provoca la interacción de las opi niones y de los puntos
de vista c onsagr ados en la s diferentes cosmovisi ones de la sociedad,
fomen tando la div ersid ad y la libre expresi ón de los miembros de la
ciudadanía.
f) Un régimen aut oritario predece sor: un régimen autoritario que tuvo un
efecto pacto trascendental en la cultura política de la sociedad, institucio-
nalizando las prácticas de corte corporativo y patrimonialista, en donde la
idea de cheks and balances fue sustituida por un liderazgo carismático con-
jugado con un partido político de corte hegemónico.
g) Las instituciones políticas: una de las herencias del autoritarismo son el
clientelismo, el patrimonialismo y la corrupción, que se convierten en los
ejes de la interacción política de la sociedad civil y las élites que concen-
tran el poder en dicho sistema político.
Las institucionalización de las prácticas políticas anómalas provoca
que la institucionalización de la praxis democrática basada en el Estado de
Derecho, sea anormal y mal aceptada por el sistema político en cuestión,
eligiendo la manera deformada y en cierto sentido habitual en dicha socie-
dad como un patrón de conducta que se puede encontrar en todas las ca-
pas sociales.6
HISTORIA Y POLÍTICA
La vida política durante la época colonial y en el siglo XIX estuvo dominada
y restringida casi exclusivamente a las Elites económicas, sociales y políti-
cas. Aunque desde las décadas finales del régimen virreinal las élites no-
5Alexis de Tocqueville, Democracia y pobreza, Madrid, Trotta, 2006.
6Joachim Lauth Hans, “Rechtsstaat, Rechtssysteme und Demokratie”, en Becker Lauth
y Gert Pickel (eds.), Rechtsstaat und Demokratie, Wiesbaden, 2001.

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