Parque Bicentenario: espacio para la recreación
| Autor | Comisión de Derechos Humanos del Estado de México |
| Páginas | 7-9 |
Parque Bicentenario: espacio para la recreación.
Abierto al público desde los primeros días del pasado mes de mayo, el
Parque Metropolitano del Bicentenario es frecuentado y disfrutado por miles
de familias que aprovechan los fines de semana para convivir e interactuar
con el ambiente, en este nuevo espacio verde del sur de la capital
mexiquense.
El proyecto para crear este moderno parque en el predio que anteriormente
ocupó la XXII Zona Militar se inició en el 2007. Al trasladarse los efectivos
militares a su nueva base situada en Santa María Rayón, se inició de inmediato
el acondicionamiento de sus 22.5 hectáreas de extensión.
Para mantener la vocación ambiental de las instalaciones, se procedió a
sembrar mil árboles nuevos de distintas especies, que se sumaron al inventario
forestal de tres mil árboles de especies propias del Valle de Toluca, lo que dio
como resultado la creación de espacios arbolados en donde chichos y grandes
encuentran un sitio de descanso apropiado, sobre todo durante el verano.
Es un placer pasear por los corredores arbolados, sentarse a descansar a su
sombra o simplemente contemplar el lago artificial, así como ver cómo los
niños corren y juegan incansablemente y con seguridad. No son pocos los
padres y madres de familia que aprovechan el rato para sentarse a platicar en
el pasto; dado que el parque tiene servicio de internet inalámbrico los
estudiantes de las facultades cercanas aprovechan también para estudiar al
aire libre.
En vehículo se accede a un amplio estacionamiento con capacidad de 400
cajones y gracias a la correcta señalización de las distintas rutas y áreas del
parque, los visitantes pueden dirigirse de inmediato a la zona que prefieran.
En la entrada principal, se encuentra un ejemplar del árbol conmemorativo del
Bicentenario, que da la bienvenida a los visitantes y que es uno de los 125 que
fueron sembrados en el año 2010 en todos los municipios del Estado de
México y que causa curiosidad, sobre todo entre niños y adolescentes por
conocer un pasaje relativamente poco difundido de nuestra historia.
Así, se enteran que se trata de uno de los ejemplares obtenido del encino que
todavía hoy se conserva en el municipio de Aculco, bajo el cual la tradición
señala que el cura Miguel Hidalgo y Costilla ofició una misa después de la
batalla que se realizó en las inmediaciones de esta localidad el 8 de noviembre
de 1810.
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