Parásitos como nosotros: ¿qué es eso llamado tendencia parasitaria?

AutorJanna Graham
CargoInvestigadora formada en la práctica que ha trabajado en el campo curatorial los últimos veinte años en Reino Unido y Canadá (N. del T.)
Páginas137-163
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PARÁSITOS1 COMO NOSOTROS:
¿QUÉ ES ESO LLAMADO TENDENCIA PARASITARIA?2
Janna Graham3
Traducción del inglés:
J. Daniel González Marín
El parásito es también un huésped, que intercambia formas de habla,
encomio y lisonja por la comida. El parásito es ruido también, la estática
en un sistema o la interferencia en un canal [...] es tanto el átomo de una
relación como la producción de un cambio en dicha relación.
Lawrence R. Schehr, traductor de la “Introducción”,
en The Parasite, de Michel Serres.4
En su texto Comunistas como nosotros,5 redactado en 1985, los teóricos
políticos Félix Guattari y Toni Negri intentaron recuperar el proyecto
comunista, proponiendo una lucha contemporánea por la liberación
del trabajo. Lo que ellos denominaron “comunismo real” era un “lla-
mado a la vida”, una ruptura con el modo en que las organizaciones
1 Para-site en el original. La autora establece un juego de palabras desde el título, que
se extiende a todo el artículo. Aunque el término parásito comparte la misma raíz eti-
mológica en inglés y en español, en nuestra lengua se pierde el sentido que Graham
desea imprimirle. El término proviene de la voz latina parasitus, que significa “comensal”,
“gorrón”. De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) (2016),
“dicho de un organismo animal o vegetal: que vive a costa de otro de distinta especie,
alimentándose de él y depauperándolo sin llegar a matarlo”. Sin embargo, el sufijo -situs
remite también a situación, sitio, emplazamiento. En el mundo de la tecnología, además,
“sitio” es un portal de internet, site en inglés. Optamos por conservar las palabras deri-
vadas de “parásito” tal como se usan en español y evitar expresiones como para-sit(i)o,
que obligaría a suprimir el acento e introduciría una ambigüedad innecesaria (N. del T.).
2 Publicado originalmente en el blog del portal de New Museum, Nueva York, 9 de
febrero de 2015. Disponible en [http://www.newmuseum.org/blog/view/para-sites-li-
ke-us-what-is-this-para-sitic-tendency] (N. del T.).
3 Janna Graham es una investigadora formada en la práctica que ha trabajado en el
campo curatorial los últimos veinte años en Reino Unido y Canadá (N. del T.).
4 La traducción al español es de Nicolás Gómez. Véase Serres (2015) (N. del T.).
5 Existe traducción al español de Carlos Prieto del Campo. Véase Guattari y Negri
(1999) (N. del T.).
Volumen 14, número 34, mayo-agosto, 2017, pp. 137-163
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JANNA GRAHAM
capitalistas y socialistas concebían el proceso de trabajo. No proponían
abandonar la noción de trabajo en sí, sino reconsiderarlo tal como se
encontraba en su estado actual, como un conjunto de categorías que
incluye empleabilidad, modos de vigilancia, represión y, en sus pro-
pios términos, desesperanza generalizada. Este comunismo no estaba
constituido por un tipo de trabajadores, sino por relaciones trans-
versales entre éstos y las comunidades más amplias —“minorías de
todo tipo”— desarrolladas por medio de las luchas y el análisis de las
contradicciones del trabajo que podrían multiplicarse más allá de éste,
alterando las condiciones materiales y los signos lingüísticos. Además
de un sistema de creencias o un igualitarismo abstracto, el comunismo
que ellos proponían buscaba derribar al capitalismo, un “despertar”
desde sus confines y un movimiento hacia la liberación y reposesión
del carácter del trabajo, es decir, el tiempo que pasamos haciéndolo.
Casi treinta años después, tras décadas de experimentos inspira-
dores y fallidos para liberalizar el trabajo y las subjetividades de los
trabajadores, existe un acuerdo tácito sobre que ni los objetivos subya-
centes ni la escala de la profecía de Guattari y Negri se han concretado.
Existen muchos intentos pequeños bajo dicha estela, contradictorios y
cotidianos, muchas personas y empresas en conflicto, muchos susurros,
comienzos y posibilidades, y la incertidumbre sobre cómo proceder.
En el campo cultural en particular, los experimentos con procesos
transversales, las alianzas entre los trabajadores culturales y las comu-
nidades más amplias, y los diálogos sobre la naturaleza del trabajo han
dado lugar, en cambio, a una confusión y bifurcación crecientes del
pensamiento: hay quienes, por ejemplo, desean dejar como legado la
transformación cultural desde abajo y aquellos que hacen uso de esta
misma herencia para construir redes basadas en hegemonías del gusto,
la clase y la educación desde arriba. En el Reino Unido, donde vivo, la
trayectoria hacia este terreno resulta bastante clara. Es resultado de la
re consolidación progresiva de los recursos culturales que se destinan
a instituciones culturales dominantes, los cuales reterritorializan la ex-
plosión de prácticas culturales pequeñas, populares y financiadas que
tuvieron lugar gracias al movimiento de las Artes Comunitarias en la
década de 1970, y el restablecimiento de los viejos árbitros del gusto y
la alta cultura bajo un ropaje neoliberalizado.

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