Palabras e imágenes

AutorClaudia Canales Ucha
Páginas9-10
V
Imposición de una banda tricolor
al Primer Jefe en un palco del
Teatro Arbeu; de izquierda a
derecha aparecen Cándido Aguilar,
Pablo González, Heriberto Barrón,
Venustiano Carranza y Benjamín
Hill, septiembre de 1916. Anónimo.
© 5733 Secretaría de Cultura–inah–
Sinafo–fn, México.
Todos somos herederos de Los de abajo, con-
cluye Vicente Quirarte en el texto principal
del libro que hoy presentamos. Todos somos
hijos de Demetrio Macías, personaje funda-
cional de la novela de la Revolución mexi-
cana cuyo ciclo comienza, recuerda el autor,
nada menos que en 1916, cuando la obra de
Mariano Azuela vio por primera vez la luz
en forma de libro, tras haber aparecido por
entregas unos meses antes en las páginas del
diario El Paso del Norte. La efeméride, acaso
ya medio empolvada en la memoria de algu-
nos, es mucho más que un dato erudito y nos
coloca de lleno frente a una paradoja de la
historia, pues ¿qué si no eso, una gran para-
doja, es el hecho de que el mismo año que se
reúnen los constituyentes a dar forma jurídi-
ca a los ideales de la revolución, se publique
el primer relato que cuestiona la razón y el
sentido de esta? Visiones discrepantes, dis-
cursos divergentes: al guijarro que rueda ha-
cia el abismo, inconsciente de la fuerza que
lo arrastra, se opone la solidez de un código;
a los hombres dispersos por el desencanto y
la muerte, la fuerza centrípeta de una volun-
tad de nación. Quizá desde nuestra mirada
contemporánea la narración de Azuela re-
sulte prematuramente pesimista. En 1915,
cuando él escribe, no había muerto Emiliano
Zapata, no había muerto Felipe Ángeles, no
había muerto Pancho Villa, no había muer-
to… la lista es larga. Podríamos decir en-
tonces que la sensibilidad del escritor algo
tiene de presagio, o bien que en esa fantasía
urdida a partir de los hechos inmediatos, en
esa construcción ficticia que es toda novela,
subyace muchas veces una intuición profun-
da de la historia.
Precedido por el prólogo de Vicente Quirate
a la manera de aquellos arcos triunfales que
erigían para el Primer Jefe en las poblaciones
que se rendían a su paso, este libro transita
cronológicamente entre el arribo multitudi-
nario de las huestes carrancistas a la Ciudad
de México en agosto de 1914, una vez de-
rrotadas las fuerzas federales de Victoriano
Huerta, y la promulgación de la Carta Mag-
na de 1917, seguida semanas después por
el ascenso al poder de don Venustiano. Se
trata de una versión victoriosa y unívoca de
la gesta revolucionaria; periplo ideológico y
político que deja de lado, por ejemplo, las
pugnas y contradicciones de la convención
de Aguascalientes, las diferencias y recelos
con los caudillos Villa y Zapata, e incluso las
tendencias diversas que afloraron en los de-
bates de los constituyentes, muchos de estos
identificados más con las raíces populares y
sociales del sacudimiento bélico que con las
reivindicaciones políticas de los sectores me-
dios, representados por la figura grave del
coahuilense.
Palabras e imágenes
Claudia Canales Ucha

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