Pablo García
| Autor | Joaquín Clausel |
| Páginas | 799-806 |
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Pablo GarcÌa
EL DISTINGUIDO escritor Gabriel González
Mier ha sintetizado lo que pudiera decirse
respecto de la infancia de Don Pablo García,
en estas frases: “El Señor Licenciado Pablo
García, hijo de Campeche, de humildísima
representación, casi cero social por los an-
tecedentes de familia, desconocido, oscuro
como su rostro, último por su casta y por su
clase, es en aquel Estado, el primero por
su patriotismo, el primero por su amor a la
democracia, y el primero, en fin, por su ex-
traordinario talento”.
Pablo García pertenece a la estirpe esco-
gida de grandes hombres cuyas vidas de una
unidad lógica y admirable, se desarrollan
natural y enérgicamente, como los aconte-
cimientos sociales que de un modo fatal e
ineludible presiden. Nada tiene de similar
la existencia de hombres como García con la
de aquellos políticos de circunstancias, sin
principios, dispuestos a servir a todos los go-
biernos, a vivir de todos los presupuestos y
cuyo fortuna es próspera a fuerza de ser os-
cura e insignificante; hombres que hacen de
su propia nulidad su fuerza y de una repug-
nante y secreta bajeza, los escalones para
los más elevados puestos: García no es de
aquellos hombres que se decretan su propia
gloria, que castigan el olvido involuntario o
la omisión querida de rendir un homenaje
por el que se siente repugnancia, ni es su
gloria de esas sangrientas glorias formadas
con la muerte y el asesinato de las que tanto
abundan en los anales de nuestra Historia
política y militar. La siguiente síntesis bio-
gráfica hará comprender cómo fue grande y
cómo fue bueno el ciudadano Pablo García.
Siendo muy joven, en Febrero de 1843,
fue nombrado sargento en una compañía de
estudiantes que se organizó en Campeche,
para la defensa de esta Plaza por el General
Ampudia; la Compañía de colegiales tomó
parte en una acción muy viva y sangrienta
en la que fueron derrotados los invasores, y
terminada la guerra volvió García a las aulas
del Colegio clerical de San Miguel de Estrada,
hoy Instituto Campechano, en donde se dis-
tinguió por su saber y su talento, recibiendo
más tarde en Mérida el título de Licenciado
en Leyes, de la Universidad de Yucatán.
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