Opinión pública y voto en tiempos de inestabilidad macroeconómica: Argentina, 1983-2001

AutorSébastien Dubé
Páginas59-78
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Opinión pública y voto en tiempos
de inestabilidad macroeconómica:
Argentina, 1983-2001
Sébastien Dubé 1
No todas las crisis o todos los periodos de difi cultades económicas tienen los mismos
efectos políticos y electorales. En Argentina, el fenómeno de hiperinfl ación de fi nales
de la década de 1980 contribuyó a un simple proceso de alternancia en el marco de
un sistema bipartidista estable y considerado de los más consolidados de Latinoamé-
rica. A mediados de la década siguiente, el alza del desempleo no tuvo grandes impac-
tos inmediatos en la votación por el gobierno, pero al fi nal de la década llevó al co-
lapso casi total del sistema de partidos. La teoría del voto económico propone que los
electores castigan a los gobiernos cuando juzgan que la situación económica es mala
y los recompensan cuando la juzgan positivamente. El presente capítulo busca deter-
minar el efecto de la situación económica y de otros factores políticos en la evolución
del voto y en la desestabilización del sistema de partidos argentino. Concretamente,
propone que factores políticos —decisiones políticas que afectaron la aprobación a
los líderes— impidieron que la coyuntura económica tuviese un impacto sistemático
sobre el sistema de partidos a nivel nacional. Por tanto, el argumento principal es
que la inestabilidad electoral que experimentó el país en esa época fue antes que nada
causada por razones políticas. En otras palabras, los problemas económicos “sólo”
amplifi caron un problema primordialmente político.
Introducción
El 23 de octubre 2011, la presidenta saliente, Cristina Fernández, obtuvo un resulta-
do histórico en las elecciones presidenciales argentinas. En esta ocasión se destacaron
tanto un nivel de apoyo histórico (aproximadamente 54% de los sufragios) y los 37
puntos de diferencia con su principal rival. Para varios observadores el éxito de Fer-
nández en las urnas se explicó por los buenos resultados mostrados por la economía
60 EL VOTANTE LATINOAMERICANO
argentina durante el mandato de Néstor Kirchner (2003-2007) y su primer mandato
(2007-2011). Según los análisis del momento, se concretó lo que pronosticaban Ma-
lamud y Steinberg, el éxito electoral de Cristina Fernández iba a ser facilitado por la
bonanza económica y la menor importancia del tema de la seguridad ciudadana en
el país.2 Es decir, el principal factor que iba a infl uir en la votación iba a ser la evalua-
ción de la economía del país, la cual era susceptible de llevar a una premiación a la
presidenta, por el crecimiento sostenido durante su primer mandato.
Las elecciones, obviamente, son procesos complejos y multifacéticos que impli-
can actores políticos también altamente complejos. Por un lado, los votantes pueden
tener niveles de información y conocimientos muy variados, criterios de evaluación
de los competidores distintos entre ellos e intereses contradictorios. Por otro lado,
los políticos deben tratar de seducir a la mayor parte de esos votantes, respetar una
postura de partido y dar coherencia a los intereses de su electorado, a los suyos y a los
de su agrupación política. Por todas esas razones, se puede decir que una contienda
electoral es algo más que un plebiscito sobre la gestión de la economía por parte del
gobierno, tal como lo sugiere Fiorina al observar las elecciones en Estados Unidos.3
Para ilustrar que las elecciones son sin duda algo más que una encuesta sobre la
economía, también se puede afi rmar que si es probable que el factor del crecimiento
económico ayudó a la reelección de Fernández, sirve poco para explicar el 46% de
voto en su contra y la alta desorganización de la oposición. Aunque los fenómenos
político-electorales se miren a nivel micro o macro, queda claro que la economía
nunca lo explica todo.
La economía no lo explica todo, pero una extensa literatura adelanta que, en temas
electorales, explica mucho. Dentro de la literatura que trata de la relación potencial
entre la economía y los comportamientos electorales, se destaca la llamada teoría del
voto económico (). Por su simplicidad y la naturaleza de sus parámetros, dicha
teoría tiene pretensiones de generalización universalista. Desarrollada principalmente
por académicos de Estados Unidos, se basa en un postulado básico: cuando la eco-
nomía va bien, los votantes tienden a premiar al gobierno saliente. Al revés, cuando
la economía va mal, lo tienden a castigar. Desde ese postulado se han desarrollado
varios debates acerca de la observación de una multitud de consideraciones como la
evaluación que los votantes hacen de la economía, el peso de aquélla en sus conside-
raciones, la temporalidad de sus evaluaciones y la perspectiva micro o macro de sus
preocupaciones. Cabe destacar que, de manera general, esa literatura ha tendido a
enfocarse en los países industrializados más avanzados.
Por su gran simplicidad y también por los principales contextos temporales y
geográfi cos donde ha sido sometida a prueba, la  tiende a tener dos defectos
principales. El primero es la marginalización, o la subestimación, del impacto de
otros factores contextuales capaces de incidir en la decisión de los votantes. Por
ejemplo, al enfocarse estrictamente en lo económico se pierde de vista el potencial
efecto de otros factores o temas que pueden infl uir en el voto, como por ejemplo
la seguridad, el matrimonio homosexual o las políticas públicas. Además, la lógica
de la  no se aplicaría a aquellos votantes que serían impermeables a los factores

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