Octavio Paz Solórzano, abogado

AutorÁngel Gilberto Adame López
CargoLicenciado en Derecho por la UNAM y notario 233 del Distrito Federal
Páginas24-27

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Poco se dice sobre la ?gura de Octavio Paz Solórzano, y con frecuencia se le confunde con su hijo, el poeta mexicano del siglo XX. Sin embargo, don Octavio es un personaje que merece ?gurar por luz propia, pues mantenerlo
a la sombra de su vástago es una de las grandes omisiones de los historiadores contemporáneos. La de Paz no fue una vida inconsecuente y sin sobresaltos. Fue una llamarada que, aunque extinta de manera prematura y trágica, no lo hizo sin antes iniciar incendios.

Don Octavio Ireneo Paz Solórzano nació en la Ciudad de México el 20 de agosto de 1883. Fue el séptimo y último hijo de Ireneo Paz —importante abogado, periodista, escritor, político y militar— y de Rosa Solórzano, ambos originarios
de Jalisco. Sus padres, preocupados por su instrucción, decidieron matricularlo en el Lycée Fournier. Años más tarde dividiría su atención entre sus estudios en la Escuela Nacional Preparatoria y su a?ción por el teatro y la zarzuela, montando espectáculos en la ?nca familiar
de Mixcoac. Vale mencionar que su formación fue diversa, pues al tiempo de obtener su pase para ingresar a la Escuela Nacional de Jurisprudencia, el joven Paz se certi?caba también en el estudio del dibujo y de elementos tipográ?cos en el Instituto Cientí?co y Literario del Estado de Hidalgo.

Su vida universitaria transcurrió sin mayor contratiempo. Si bien no destacó por ser un estudiante de excelencia, se mantuvo como un alumno promedio y
su gran actividad fuera de la academia
(el deporte y las artes) lo mantuvo en el agrado de sus compañeros y sus profe-sores. Su regular desempeño jamás fue motivo para que su padre dudara de sus luces; por el contrario, ya desde bachiller mostraba con?anza en él cuando Daniel Moreno, director de El Hijo del Ahuizote (un periódico rival) desa?ó a don Ireneo —hombre de recio carácter, que por una situación similar había matado en duelo a Santiago Sierra, hermano de don Justo— a un concurso de conocimientos en 1899. Éste le respondió que se enfrentara primero a su hijo Octavio, quien entonces cursaba el tercer semestre de preparato-ria. Si lo vencía, entonces se enfrentaría a él. El aludido evadió el reto.

Su vida en ese tiempo era muy activa: veraneaba en Tlalpan con sus amigos, entre los que se contaba al joven Balbino Dávalos, quien luego se convertiría en gran jurista y diplomático; trabajaba en
La Patria, periódico de la casa editorial de su padre; estaba presente en tertulias de sociedad y organizaba eventos
de bene?cencia. En 1904, mientras se ocupaba de tramitar su ingreso a la Escuela, Paz Solórzano participó en la organización de un festival de caridad para auxiliar a las víctimas de un desastre natural en Mazatlán y fue picador en una corrida de toros con ?nes altruistas. Ese mismo año fungió como tesorero en el diario antes mencionado, donde un año más tarde editó un Álbum Conmemorativo a Benito Juárez, el 29 de abril de 1905.

Durante sus años universitarios tomó clases con Rodolfo Reyes, maestro de Derecho constitucional, así como con Armando Z. Ostos, Antonio Caso, Miguel Alessio Robles e Isidro Fabela. Si bien continuaba dedicando parte de su tiempo

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al teatro (fue actor de la obra El nido, en febrero de 1905), ya desde entonces comenzó a ejercer la abogacía como pasante, y poco antes de culminar sus estudios profesionales estableció, en sociedad con Braulio M. de la Cueva, un despacho en el que ofrecía asesoría legal en materia civil, penal y administrativa, ubicado en la segunda calle del Rélox, número 23, domicilio en el que también estaban los talleres del periódico de su familia. Entonces también fungía como subtesorero...

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