El nuevo museo de YvesSaintLaurent

AutorMartha Jauffred
Páginas80-80

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¿Es la moda un arte? Esta controversial pregunta siempre sale a colación cuando se trata del trabajo de Yves Saint Laurent.

Y hasta ahora la única respuesta razonable es decir que sí: la moda es un arte en la medida en que es realizada por un artista de la talla de este modisto. Yves Sint Laurent, sin proponérselo, escribió una de las páginas más significativas de la moda. Su nacimiento está registrado en Argelia en 1936, pero para el mundo de la alta costura su historia comienza en 1957, cuando fue elegido como sucesor de Christian Dior. Ciertamente, Saint Laurent era una especie de niño pródigo, pues a sus 21 años ya estaba listo para hacerse cargo de una de las más importantes casas de moda parisina. Desde muy temprana edad el diseñador ya había revelado un talento singular que le permitía abordar la moda como un in en sí mismo y no como una herramienta para hacer ropa.

Así lo demostró a lo largo de su carrera con su capacidad para inspirarse en la obra de grandes maestros de arte moderno como Pablo Picasso, Piet Mondrian o Andy Warhol, por mencionar algunos de sus referentes estéticos. Probablemente su interés por llevar el arte a la moda fue consecuencia de su experiencia como vestuarista teatral, de la que aprendió que sugerir la verdad puede tener un efecto más poderoso que mostrarla tal como es. Pronto sus muy peculiares diseños capturaron la atención de la Ciudad Luz.

Todo un revolucionario

Para el joven diseñador hacerse cargo de la casa Dior no era suficiente; él siempre soñó con un imperio y fue así que en 1961 se independizó y fundó la casa que, hasta ahora, lleva su nombre junto con su inseparable compañero y socio, Pierre Bergé. A media-dos de los años sesenta la Rive Gauche del río Sena era el barrio bohemio donde se reunían las boutiques de los nuevos talentos de la moda. Ahí se encontraban personalidades como Paco Rabanne, Pierre Cardin,

Sonia Rykiel y Emanuel Ungaro, quienes aún no eran famosos. La Rive Gauche en esta época fue el escenario del enfrentamiento de dos generaciones de modistos: la vieja guardia, dispuesta a hacer moda para la élite, y los jóvenes del momento, ansiosos por acoplar sus diseños al entorno de un mundo cambiante.

De esta manera surgió el concepto prêtà-porter (listo para usarse) que revolucionó la moda poniéndola al alcance del público en general y volvió obsoleto el concepto del servicio a la medida. Así, los nuevos diseñadores...

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