Por qué los notarios son tan importantes

AutorIgnacio Morales Lechuga
Páginas34-37
34 El Mundo del Abogado diciembre 2012
Porquélosnotarios
sontanimportantes
RespuestaaMiguelCarbonell
En nuestra edición del mes pasado, en su ar-
tículo “¿Qué sabemos sobre los notarios?”,
Miguel Carbonell realizó un severo cuestio-
namiento a la función notarial tal como se de-
sarrolla en nuestro país. La respuesta de los
notarios no se hizo esperar, en voz de Ignacio
Morales Lechuga, presidente del Colegio de
Notarios del Distrito Federal.
Ignacio Morales Lechuga
Sr. Dr. Miguel Carbonell
Apreciado Miguel:
Cuánta razón tienes en la necesidad de
debatir, cuestionar o analizar las insti-
tuciones jurídicas y políticas de nues-
tro país. Y bajo ese enfoque estoy de
acuerdo contigo en que los notarios no
seamos la excepción de un análisis con-
cienzudo sobre el acceso al notariado e
incluso sobre su desempeño.
Aunque tu artículo va dedicado a los
notarios, en México la legislación so-
bre la función es un tema reservado a
las entidades federativas, por lo que
tendrías que precisar a qué tipo de no-
tariado te refieres. Todos son distintos
por virtud del pacto federal y de las
características particulares de las enti-
dades federativas; por lo mismo, al po-
nerlo a la consideración de la opinión
publica tendríamos que precisar si tu
reflexión es sobre Tlaxcala, Veracruz o
el Distrito Federal, por ejemplo.
Es cierto que la seguridad jurídica,
el desarrollo económico y hasta la pre-
vención de conflictos dependen mucho
de la labor notarial. En el Distrito Fe-
deral, para ser notario se requiere el tí-
tulo de licenciado en Derecho, prácti-
ca en alguna notaria y dos exámenes; el
primero de aspirante, para poder tener
derecho a presentarse a la oposición, y
el ultimo de oposición, por virtud del
cual accede al notariado aquel que ob-
tenga la más alta calificación, a más de
haber observado buena conducta, ca-
recer de antecedentes penales y gozar
de prestigio.
Te refiero que todos los notarios
que han accedido recientemente por
la oposición tienen más de 40 años de
edad y se han presentado por lo me-
nos una docena de veces a exámenes;
si esto no es un homenaje a la prepara-
ción, al rigor, a la excelencia y a la com-
petencia, no sé qué nombre le podría-
mos poner.
No hay influencia política en la desig-
nación. El “nombramiento” de los nota-
rios no es tal. Como te aclaro y te expli-
co, se accede por oposición.
Las pruebas que tú cuestionas de un
notario en la reciente elección, te diré
que no fueron en sí mismas descalifi-
cadas o anuladas, porque el notario se
circunscribió a dar fe de los hechos u
objetos que le solicitaron, no a sustituir
a las autoridades electorales. Lo que
podría criticarse es la aparición pública
del notario, pero la fe pública en sí mis-
ma no fue declarada inválida o nula. El
notario se apegó a la ley.
Tú afirmas que la función de los nota-
rios es un misterio. No hay tal. Además,
las encuestas que obran en nuestro po-
der demuestran la confianza que la ciu-
dadanía tiene en el notariado. Lamento
que la mayor parte de la ciudadanía no
esté de acuerdo con tu opinión.
Por lo que respecta a los formulis-
mos, o a los excesivos formulismos,
que le restan dinamismo a la econo-
mía, podríamos estar de acuerdo conti-
go, pero los formulismos derivan de la
ley, no de la labor notarial; si modifican
la ley se simplifican.
Te agradezco la buena opinión que
tú tienes de los notarios como perso-
nas preparadas, serias, diligentes y pro-
fesores universitarios. Estoy de acuer-
do contigo.
Efectivamente hay controles de nues-
tra labor que parten de la Consejería Ju-
rídica; también controles de carácter ju-
dicial. Por ultimo, el notariado siempre
ha estado de acuerdo en que los siste-
mas para acceder a la función notarial
sean bajo criterios de exámenes en los
que se acredite la capacidad, la expe-
riencia y los principios y valores para
que la fe pública continúe siendo una
garantía de seguridad jurídica y del des-
envolvimiento pleno de los actos jurídi-
cos o negocios que los interesados de-
ban o quieran pasar ante la fe pública.
Estoy convencido, como lo dijera
Mazeau, de que el notario se debe con
la misma lealtad al cliente habitual que
al accidental, al que lo elige o al que lo
acepta, al que le paga o al que se bene-
ficia de su actividad sin erogación de
ninguna especie.
Por ultimo, el notario, no sé si lo sa-
bes, es también un auxiliar recaudador
de impuestos federales y locales, y un
filtro de legalidad y legitimación de ca-
rácter administrativo de muchos actos
jurídicos. También auxilia al Poder Ju-
dicial.
Te saludo con el afecto y el cariño de
siempre.

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