No hay Derechos Humanos sin investigación

AutorLuis Antonio Hernández Sandoval
Páginas133-134
Centro de Estudios 133
C
uando investigamos nos acerca-
mos peligrosamente a la verdad, no
a la que nos cuentan los libros, o a la
que se interpreta por medio de una
teoría, sino a aquella que nace de la
percepción de la vida cotidiana que
nos exige observar, escuchar, sentir
sin que nadie nos traduzca la reali-
dad, sin que nadie nos prive del co-
nocimiento propio.
Sólo una mente que investiga es ca-
paz de aprender, por desgracia, la
investigación es suprimida cuando
no se tiene la oportunidad de expe-
rimentarla, y si se nos despoja de ella
-¿auto despojamos?- estamos impi-
diendo la comprensión de la vida,
porque la investigación es el impul-
so de la atención.
En México somos testigos de los
grandes avances científ‌i cos y tecno-
lógicos que se han creado en todo
el mundo y de los cuales tenemos
acceso a su gran mayoría. Observa-
mos con fascinación la tecnología
automotriz, la existencia de siste-
mas médicos y fármacos capaces de
reducir a la más mínima expresión
los padecimientos y las enfermeda-
des, utilizamos computadoras en el
trabajo y sus similares en el hogar,
vemos como algunas necesidades
sociales son colmadas por el pro-
ducto de la creatividad, que, por
decir un ejemplo, es capaz de trasla-
darnos a distancias considerables en
el menor tiempo. El problema está
implícito en lo anterior: sólo vemos,
y lo compramos todo con ojo escru-
tador y exigente, pero sin el más pe-
queño interés de producirlo. Típico
de una sociedad consumista, ¿la
respuesta de nuestro gobierno? Casi
nula, porque es también mediática,
en lugar de invertir en la investiga-
ción pref‌i ere f‌i nanciar a las personas
para que pongan su changarrito.
Resulta irónico que la solución a la
falta de apoyo en la investigación
implique investigar el signif‌i cado
del medio en que vivimos. Lo im-
perdonable es que todos los seres
humanos tenemos la misma capa-
cidad de conocer algo por nuestra
propia cuenta, porque la función de
la mente no se puede detener, todos
investigamos y todos aprendemos,
por lo que estamos subestimando
una obligación moral que nos está
cobrando factura.
¿De qué forma hemos empezado a
padecer esta def‌i ciencia? De mu-
chas. Somos un país que depende
casi al cien por ciento del exterior
NO HAY DERECHO S HUMA NOS SIN INV ESTIGACIÓ N
Luis Antonio Hernández Sandoval

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