El niño malo

AutorRocío Cárdenas Fraga
Páginas74-74
74
THEMIS | CULTURA
Rodeados de ojos emocionados y curiosos, que presenciaron el comienzo de
nuestro proyecto de matrimonio, escuchando de fondo la sinfonía de nuestro día
que especialmente escogimos, esa que cuando éramos más jóvenes dijimos que
la canción que la haríamos nuestra, sintiendo el perfume de nuestro amor, listos
para ser y entregarnos el uno al otro, donde de nuevo la historia se escribirá y
sentiré como se silencia la sala, para que resuene sólo el sonido de nuestros cora-
zones ansiosos por sonar al ritmo de un único compás al unísono. Juraré que no
importarán los años ni las tempestades cuando se trate de nosotros, te escucharé
declarar tu deseo de ser mío para siempre, y el mundo será testigo de la fusión de
dos almas complementarias de por y para siempre a tu lado.
EL NIÑO MALO
Por Rocío Cárdenas Fraga.
Sí, eres el de gura coqueta, el joven ególatra.
Aquel que se para y camina con fuerza.
El que derrite mi corazón cada vez que te veo pasar, y aún que mi semblante diga
lo contrario, mi alma se muere por probar la tuya.
El maldito goce de tu ego recorre mis entrañas, con esa ilustre cara y forma de
vestir tan elegante, tus pasos de modelo que cautivan mis Pupilas.
Los labios cubiertos de seda, motivando los míos con jugo prohibido, las manos
varoniles siempre rmes y ese toque tan veraz cual quema mi piel.
Me tienes muerta, deseosa de tu vida oculta, de tu sombra al pasar, de la silueta
que dejas tras de ti, del aroma fresco que desprende tu ser...
Hombre que has hecho ha está pobre mujer, que no duerme sin pensar en ti, de
cada cción de tu rostro al verme, esa que muestras con desprecio.
Arráncame el corazón, que vida no puedo vivir sin tu amor, porque llorar jamás no
puedo por ti, a pesar del rose de miradas que colma mi piel eriza.
Ignórame si quieres, bésala frente a mi paso, pero cariño no volveré a tus brazos.
Mantengo un sueño, yo solo pido que no olvides la ataraxia, que al sentirnos, revi-
vía de aquellas tardes de horas sin n.
Tu siempre mi niño malo.

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