Necesitamos nuestra Ley Sherman para desmantelar los monopolios

AutorÍñigo Fernández Baptista
Páginas40-42

Page 41

La palabra monopolio, de acuerdo con el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, significa “convenio hecho entre los mercaderes de vender los géneros a un determinado precio” o “ejercicio exclusivo de una actividad, con el dominio o influencia consiguientes”.

En México, la palabra hace referencia a los verdaderos dueños del país, quienes impiden la competencia justa y el desarrollo. Estos zares representan menos de 10% de la población del país, controlan más de 80% de las riquezas de México y son los responsables, en gran medida, de que una nación con tanto potencial se quede estancada en términos económicos, culturales, educativos y políticos, mientras otros países avanzan.

Para darnos una idea del problema, el Foro Económico Mundial, en su último informe sobre competitividad, que abarca el análisis de 132 países, señala que México ocupa el lugar 60 en este rubro, por debajo de naciones como Chile, Puerto Rico, Costa Rica, Brasil y Panamá.

Más grave aún es el lugar 101 que le asigna en el informe en materia de eficiencia de instituciones públicas, el 115 en cuanto a eficiencia laboral y el 74 en lo que se refiere a educación superior. Éste es el verdadero panorama nacional: el de los grupos de poder, públicos y privados, que controlan el destino de más de 110 millones de mexicanos.

Lo anterior nos lleva a la siguiente pregunta: ¿por qué México no puede —o no quiere— combatir los monopolios? La respuesta no es fácil, ya que existen múltiples factores. Sin embargo, el problema principal es que tenemos una mala legislación y un terrible diseño institucional para combatir las prácticas monopólicas.

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su artículo 28, prohíbe expresamente los monopolios. Tenemos, además, una amplia Ley Federal de Competencia Económica que, en teoría, establece las reglas para definir, prevenir y combatir los monopolios. Asimismo, tenemos una Comisión Federal de Competencia, que debe castigar a quienes incurran en prácticas monopólicas en México. Sin embargo, nuestras leyes e instituciones en materia de monopolios no son funcionales, ya que no tienen “dientes” para combatir a los verdaderos “dueños” del país.

Lo anterior me lleva a proponer que en México se implemente la Ley ShermanSherman Antitrust Act—, adaptándola, por supuesto, a la realidad histórica del país. La Ley Sherman, publicada el 2 de julio de 1890, fue la primera medida del gobierno federal estadounidense para...

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