El nacimiento del pentagonismo

AutorJuan Bosch
Páginas47-58
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El imperialismo tuvo una larga etapa de agonía, pero su hora final
podía apreciarse con cierta claridad ya a finales de la guerra mundial
de 1939-1945. Después de esa gran hecatombe el imperialismo podía
tardar en morir cinco años, 10 años, 15 años, mas era evidente a los
ojos de cualquier observador que estaba condenado a muerte en un
plazo más corto que largo. Entre los móviles de la guerra ocupó un lu-
gar importante el reclamo alemán de “espacio vital”, esto es, territorio
colonial para el Tercer Reich; de manera que al final de una guerra que
se había hecho para destruir ese Tercer Reich, hubiera sido injustifica-
ble hablar de repartos de áreas coloniales.
Pero esa no fue la causa profunda de que los países vencedores en la
guerra no se repartieran las colonias de los vencidos –Italia y Japón–.
La causa más inmediata e importante fue de tipo práctico, no moral.
Los ataques japoneses a los imperios coloniales europeos en el Pacífico
–especialmente en Indonesia e Indochina– barrieron las fuerzas milita-
res de las metrópolis en esa zona y dieron paso a grandes movimientos
nacionalistas que en su oportunidad liquidaron la era colonial en Asia;
al mismo tiempo apareció, también al favor de la ocupación japonesa
de China, la China comunista, que era medularmente un gran poder
anticolonialista. La ola nacionalista se extendió mucho más allá del
Pacífico; alcanzó a África, produjo la guerra argelina y determinó el
surgimiento de nuevos países en el continente africano.
La estrategia de los países imperialistas consistió en retirar las fuer-
zas militares y afirmar el predominio económico, que era más difícil
Capítulo II
El nacimiento del pentagonismo

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