Múgica y la Junta Revolucionaria

AutorAbel Camacho Guerrero
Páginas91-104

Page 91

Ha llegado el momento en que Francisco J. Múgica se irá incrustando, siempre en forma gradual, como se dijo antes, en la historia de la revolución mexicana. El grupo revolucionario que jefaturaba Francisco J. Múgica tenía su centro de reuniones en Tacubaya, D.F., ligado con Zamora, Michoacán. Dicho grupo acordó establecer contacto directo con la Junta Revolucionaria radicada en San Antonia, Tex., y para tal objeto comisionó a su jefe, Francisco J. Múgica, a fin de que se trasladara a dicha ciudad. Como dato que revela las condiciones económicas en que trabajan aquellos conspiradores se ha de consignar que los hermanos Magaña, especialmente Gildardo, aportaron la suma de dinero necesaria para que el comisionado Múgica Velázquez efectuara el viaje al lugar donde la Junta Revolucionaria organizaba la rebelión.

El general Múgica nunca escribió sus memorias, no obstante que tuvo el propósito de hacerlo, y varios de sus amigos, así como su señora esposa, doña Carolina Escudero; insistieron en que lo hiciera pues apenas si encontrándose en San Antonio, Tex., en cumplimiento de la comisión que el encomendó su "grupo", redactó breves apuntes, que se supone, por la forma en que los inicia, debieron haber sido una amplia relación de los acontecimientos relacionados con el movimiento revolucionario.

El autor habló varias veces con el general Múgica sobre la conveniencia y necesidad de que redactara sus memorias y aunque siempre mostraba conformidad con esta sugerencia, no escribió, decimos, sus anheladas memorias.

Los apuntes a que hacemos referencia redactados por el general Múgica, comienzan así:

"San Antonio, Tex., marzo 16 de 1911, a las 6:30 de la tarde... Empiezo a escribir este libro de memorias en donde apuntaré mis impresiones diarias, el motivo de mi viaje a esta tierra que un día fue mexicana y con las notas críticas que oigo de boca de los revolucionarios, así como que las que mi razón reduzca en vista de las circunstancias, personas y hechos".

"Consignaré también mis labores diarias habiendo resumen de cada día en la forma que mejor pueda y siempre con el fin de que todo lo que escriba sea verdad para que más tarde éstos, mis apuntes, sirvan de algo en la historia del actual movimiento político que vive México".

Page 92

De muy poco servirán los apuntes del general Múgica a la historia del movimiento político de México porque apenas comenzó a escribirlos suspendió su redacción, empujando, sin duda, por la necesidad de cumplir su deber de participante en los campos d batalla. Lo último que escribió de su "libro de memorias", como el llamó a sus apuntes, tiene fecha de 5 de abril de 1911.

En su nota correspondiente a marzo 16 dice:

"el día 20 de febrero del años de 1911, me despedí de mis padres, hermanos y amigos en la estación llamada de la "Condesa", en la Ciudad de México y tomaba el tren número uno directo a Laredo, México, con pasaje de segunda clase a dicho lugar, pero ya en marcha cambié de vagón por el de primera, pues consideré que lo largo del viaje me sería menos penoso en un medio más cómodo, aunque caro, y además, dada la comisión que ocasionaba mi viaje, creía peligroso marchar entre gente pobre, a cuya clase pertenezco por ser éste el elemento nacional mexicano el que sufre con más rigor las arbitrariedades del guardián público o el del polizonte en el papel de espía".

"Mi modo de ser, entusiasta cuando trabajo una causa y mi carácter decidido para consumar mis propósitos, me granjearon la confianza entre amigos íntimos y correligionarios en ideas, de manera que resuelta que estuvo la insurgencia del estado de Michoacán empezándola en Zamora, cuna de los conjurados, se acordó nombrar un delegado que se pusiera al habla con la gente revolucionaria de San Antonio de aquí para quedar autorizados plenamente de hacer uso de los medios extremos y necesarias extremos y necesarios a toda revolución, y además alcanzar de dicho grupo revolucionario la suma de $1,000.00, que deberían emplearse para los gastos indispensables de iniciación de la campaña proyectada".

En el apunte interior se bosqueja un auto psicoanálisis que corresponde a la opinión que nos hemos formado del general Francisco J. Múgica quienes tuvimos oportunidad de conocerlo con intimidad. Realmente era un carácter toda decisión para llegar al propósito que se fijaba, y todo entusiasmo, hasta la vehemencia, cuando luchaba por una causa, pero no deja de llamar la atención al lector la ingenuidad de los tiempos aquellos y las limitaciones económicas de muchos iniciadores de la revolución mexicana, que un grupo como el que jefaturaba él no pudiera reunir $1,000.00 para ponerlos al servicio de la causa, que eso fue. No poder, y no falta de voluntad para cooperar económicamente, y aun pensado en el valor adquisitivo de aquellos magníficos pesos del año de 1910, es tan exigua la cantidad señalada, que hoy se antoja una ingenuidad hacer planes revolucionarios para todo un estado, Michoacán, con esa suma de dinero.

Ahora sí nuestro hombre se lanzó a la Revolución Mexicana, que será la aventura de toda su vida, y llegado que hubo a la ciudad de San Antonio, Texas, en días extremadamente hibernales, como no los conoció nunca en su Michoacán florido, pregunta cómo puede llegar a la redacción de algún periódico que se edite en idioma castellano y luego en verde calesín, llevado por rápido atelaje, cruza las

Page 93

calles de la ciudad de un San Antonio que iniciaba su desordenado y sorprendente crecimiento a lo ancho de las arenas del desierto, hasta llegar a las oficinas de "El Monitor Democrático" que publicaba el honesto cuanto valeroso periodista Paulino Martínez, con quien se dio a conocer.

Era el 22 de febrero de 1911 (¡quién hubiera intuido en aquel momento el otro 22, ahora de 1913, en que se desarrolló la pavorosa tragedia del rojo sacrificio de Madero y Pino Suárez!).

Don Paulino Martínez presentó al conspirador de Zamora con el licenciado Roque Estrada. Para Francisco J. Múgica esta fue su primera presentación importante de la cual con hechos inmediatos que de ella se derivan, escribió lo que sigue en sus apuntes citados:

"Me di a conocer con este compañero de la libertad, -se refiere al periodista Paulino Martínez-, él me presentó esa tarde del día veintidós, como a las seis, con el simpático y principalísimo hombre de esta revolución redentora, licenciado Roque Estrada. Roque es un hombrecito de poca talla, de buena presencia y de amables modales. Es muy serio y aunque tiene apenas 27 años es todo un hombre llegado prematuramente a la madurez".

"Me recibió bien y desde luego se mostró confiado pues según me dijo después, vio en mis ojos la franqueza y en mis palabras el acento de lealtad".

El alma de Múgica se va asomando por la ventana de sus espontaneas expresiones.

"Esta revolución redentora", dice, y aunque este Quijote apenas comienza a cabalgar en el rocinante de su ideal, habla de la redención prometedora que la revolución por iniciarse a de significar para el país. ¿No se puede ver bien claro en expresión tan sencilla y breve el motivo, la razón, el propósito y la meta que fijó para su propia conducta para sumarse al movimiento insurgente? Revolución para él, es desde su inicio en la lucha, un deber de redención.

Francisco J. Múgica habló al licenciado Roque Estrada de lanzar a Michoacán a la aventura de la revuelta y del auxilio económico que los zamoranos querían para acometer la empresa.

Roque Estrada condujo a Múgica a la casa de la familia Madero. Allí conoció Múgica a los hermanos del caudillo de la revolución, Alfonso, Julio, María, Mercedes y María de los Ángeles, de quienes escribió: "Personas todas finas y atentas, afectuosas".

En estos términos captó un retrato espiritual de la familia Madero; confirmado posteriormente hasta el infinito por los cronistas de la Revolución.

Alfonso Madero presentó a Francisco J. Múgica con Federico González Garza, quien resolvió la situación presentada por el revolucionario zamorano, según éste, quien escribió así: "El proyecto es bueno y se le darán a usted los $1,000.00 que solicita, pero no por el momento, pues falta dinero". Sigue diciendo el comisionado michoacano que la respuesta del licenciado Federico González Garza de causó indignación, y que por esto le manifiesto en enérgicamente deseos de que se le mandara al campo de la lucha.

Page 94

No es por demás hacer un comentario a esto último. Si se le hubiera proporcionado de inmediato a Francisco J. Múgica los $1,000.00 que requería la iniciación del movimiento revolucionario en Michoacán, sin duda hubiera regresado a su estado con esa suma de dinero e iniciado la campaña en tierras michoacanas, pero la suerte, el destino, las circunstancias, o como quiera llamarse al hecho, la realidad es que al no entregársele de inmediato los $1,000.00 que solicitó para el fin indicado, tuvo que permanecer en San Antonio, Tex., y solicitar que le mandara al campo de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR