¿Está México preparado para una nueva cultura laboral?

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En las últimas tres décadas, México se ha preocupado esencialmente por la franca desventaja de la economía del país en comparación con sus socios comerciales. Con motivo de la firma del Tratado del Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, el 17 de diciembre de 1992 y en vigor a partir del 1o. de enero de 1994, surgieron diversas preguntas que tenían que ver con la débil condición de las empresas frente aun mercado globalizado, ¿qué iba a suceder en términos de productividad y desarrollo?, ¿los trabajadores y las empresas estarían dispuestos a asumir su papel y enfrentar los retos que implicaba la apertura de mercados a países desarrollados?

Con el paso del tiempo, se ha comprobado que la globalización no es una panacea, sino más bien un proceso lleno de contradicciones que involucra ventajas y desventajas. Las ventajas se ubican en la posibilidad de mejorar las condiciones de acceso a los mercados externos, así como a la información y a la tecnología. Entre las desventajas se aprecia el hecho de que con la apertura comercial se hacen más notorios los desequilibrios sociales y económicos entre los países desarrollados y los subdesarrollados.

A raíz de ello, el gobierno de Ernesto Zedillo inició una campaña para fortalecer las relaciones entre trabajadores y empresarios al suscribir con organizaciones obreras y empresariales el documento denominado "Principios para la nueva cultura laboral"; sin embargo, el proyecto se truncó ante el devenir de los sexenios subsecuentes.

En conjunción con lo anterior y frente a la raquítica cultura laboral de productividad y desarrollo, que se agravó aún más con la existencia de una LFT inamovible, que por razones políticas y sociales se orientó a la protección del trabajador, aunado a la existencia de un sistema corporativo sindical poderoso -detrás de ciertos sectores- que ha creado un concepto de codependencia entre el empleado y el empleador, con obligaciones relacionadas con prestaciones y derechos sociales, tales como pensiones, vacaciones, primas de retiro y responsabilidad ante el desempleo (indemnizaciones), se privó a muchas empresas de la posibilidad de ser competitivas hacia el exterior.

Con el paso del tiempo, este fenómeno se ha ido desvaneciendo ante la liquidación de importantes contratos colectivos de trabajo; no obstante, en la actualidad, ha surgido otra situación que a todas luces también es compleja, pues ante fuerzas comerciales externas, como las offshoring, que buscan mano de obra más eficiente y barata, nuestro país enfrenta un grave problema, referido especialmente al hecho de contar con una excelente fuerza de trabajo calificada y un bajo costo salarial pero, al mismo tiempo, con una severa carga fiscal y laboral, situación que también lo ha llevado a perder competitividad.

Además, en los últimos diez años han surgido nuevas modalidades de contratación y desarrollo del recurso humano en todo el mundo, como respuesta a los cambios tecnológicos, las operaciones globalizadas y las nuevas estrategias de mercados.

El fenómeno no solamente se ha dado en los niveles operativos, sino también en el caso de profesionistas calificados en las nuevas competencias, donde ha habido un marcado crecimiento de las oportunidades temporales, como el outsourcing y el desempeño por proyecto temporal, con compensaciones adecuadas e incluso, en algunos casos, sobrevaluadas, según las necesidades y los proyectos de las empresas; sin embargo, estos esquemas de contratación se han aplicado mal en nuestro país, y han desvirtuado la verdadera esencia de esas modalidades de contratación.

De lo antedicho, sin duda, cabe cuestionar si México está preparado para ingresar a una nueva cultura laboral.

Adecuación integral de la LFT

Según el subsecretario de Trabajo y Previsión Social del estado de Veracruz, Fernando Charleston Salinas, para entrar de lleno a la nueva cultura laboral es necesaria una adecuación integral de la LFT, ya que México ha evolucionado y no es el mismo al de hace 38 años.

La propia globalización implica una adecuación que ponga a nuestro país en una situación más competitiva a nivel mundial, para que nuestra mano de obra tenga mayores beneficios.

A decir del subsecretario del trabajo y previsión social, dentro del proyecto de modificaciones a la ley laboral deben considerarse las propuestas para la huelga. Tiene que lograrse una LFT que permita a las juntas de conciliación y arbitraje aplicar la legislación en forma más expedita y rápida...

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