La Medalla Cesare Beccaria de la Sociedad Internacional de Defensa Social

AutorMario Pisani
CargoCatedrático de la Universidad de Milán.
Páginas54-55

Page 54

Acaso los oyentes y los lectores del mañana se pregunten por qué hace algunos años la Sociedad Internacional de Defensa Social (SIDS) se propuso impulsar la iniciativa de conceder una medalla que toma el nombre del gran Cesare Beccaria. La respuesta puede, de hecho, ser dividida en dos partes y habría que comenzar por preguntarnos cómo, y por qué, la entidad promotora de la iniciativa —y por lo tanto el propio movimiento de defensa social para una política criminal humanista— entendió que ello era conveniente y necesario para el nombre y las grandes enseñanzas de Beccaria. Tal respuesta fue dada ya, en su momento, por Marc Ancel. Y así, en ocasión del congreso internacional con el que, en 1989, se conmemoró en Milán, por parte del Centro Nacional de Prevención y Defensa Social, el 250 aniversario del nacimiento del gran ilustrado lombardo, Ancel escribió: "Con el propósito de excluir la iniquidad y la barbarie del sistema penal, y en la tarea de hacerse cargo de garantizar, a la vez, su concreta eficacia [Beccaria] se propone, por ello mismo, adaptarlo a las condiciones sociales, económicas y culturales de la sociedad en que éste se debía de aplicar, o a la sociedad que se pretendía buscar dentro del gran movimiento de la era de las luces. También de esta manera, sobre todo de este modo, Beccaria pone las bases del camino intelectual y moral que, pasando a través del Derecho penal clásico, llevará al desarrollo de una política criminal humanista. Es en nombre de ello, y en esta precisa medida, llena de matizaciones y cuestiones entrelazadas, que los actuales seguidores de la defensa social pueden, con todo reconocimiento, ver en él a un indudable precursor".1

Queda después una segunda parte que merece respuesta, es decir, cómo y por qué surgió en los planteamientos de la Societé que el recuerdo de Beccaria se materializase en una medalla conmemorativa específica, año tras año. A este respecto la respuesta es más simple y, en cierta medida, reservada, porque nos lleva al relato de nuestras propias crónicas internas. Y así, en ocasión del Consejo de Dirección de Toledo del 1o de noviembre de 2003, el nuevo presidente electo, Arroyo Zapatero, se dirigió a un miembro del consejo para que pensase "en una señal concreta de reconocimiento por parte de la SIDS hacia aquellos que se hubiesen hecho acreedores de particulares méritos en el curso de su actividad en defensa de una política criminal humanista (una medalla, por ejemplo)".

Y la medalla, de oro por su valor altamente simbólico, se concretó inmediatamente tras el generoso gesto del ayuntamiento de...

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