Marxismo, autopropiedad y abundancia

AutorFernando A. Lizárraga
CargoCONICET/CEHEPyC, Facultad de Humanidades, Universidad Nacional del Comahue
CRÍTICA, Revista Hispanoamericana de Filosofía. Vol. 45, No. 134 (agosto 2013): 43–68
MARXISMO, AUTOPROPIEDAD Y ABUNDANCIA
FERN AND O A. LIZÁRRAGA
CONICET/CEHEPyC
Facultad de Humanidades
Universidad Nacional del Comahue
falizarraga@conicet.gov.ar
RES UME N: G.A. Cohen y John Rawls atribuyen a Karl Marx haberse adherido al
principio libertarista de autopropiedad y una plena conf‌ianza en la abundancia ilimi-
tada como solución a los defectos distributivos del socialismo. Asimismo, consideran
que el comunismo marxiano está, en cierto sentido, más allá de la justicia. Contra
estas posiciones, veremos que Marx rechaza la autopropiedad en términos normati-
vos, que la predicción de plenitud material no es estrictamente marxiana, y que la
doble valoración del comunismo —a la vez justo y más allá de la justicia— no es
totalmente consistente.
PAL ABR AS C LAV E: socialismo, comunismo, libertarismo, igualitarismo, justicia
SUM MAR Y: G.A. Cohen and John Rawls share the view that Marx endorsed the
libertarian principle of self-ownership and that he was too conf‌ident in limitless
abundance as a solution to the distributive defects of socialism. Moreover, they hold
that full-f‌ledged Marxian communism is, in some sense, beyond justice. Against
all this, we shall see that Marx rejects self-ownership in normative terms, that the
prediction of material plenty is not strictly Marxian, and that the double assessment
of communism —as both just and beyond justice— is not fully consistent.
KEY W ORD S: socialism, communism, libertarianism, egalitarianism, justice
Introducción
En el marco del fecundo debate sobre la justicia social, reinaugurado
por la irrupción de la teoría de John Rawls a principios de los años
1970, buena parte del marxismo contemporáneo —y, en particular,
el denominado marxismo analítico— se ha mostrado permeable al
diálogo con el igualitarismo liberal rawlsiano.1Entre otras cosas, ha
reconocido que los criterios que subyacen a la justicia como equidad
pueden contribuir a un mejor tratamiento de los problemas normati-
vos que Marx dejó pendientes en su rápido examen de la justicia dis-
tributiva en el comunismo. Sin embargo, la apertura marxista hacia
las ideas rawlsianas no halló un gesto recíproco: Rawls puso en duda
la posibilidad de una mayor conf‌luencia entre su teoría y la tradición
socialista al sostener, por un lado, que Marx, aferrado al principio
libertarista de autopropiedad (self-ownership), no habría aceptado el
1Sobre el impacto de la teoría rawlsiana en el marxismo, véanse especialmente
Geras 1990 y 1992; van Parijs 1992; Callinicos 2000; Sypnowich 2006; Feltham 2009.
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principio de diferencia y, por otro, que el comunismo es una sociedad
más allá de la justicia, habitada por sujetos despojados de un sentido
de lo justo y lo correcto. La postura de Rawls ante el comunismo es,
en buena medida, tributaria de la lectura normativa del marxismo
desarrollada por G.A. Cohen, uno de los más sof‌isticados f‌ilósofos
socialistas de las últimas décadas.
En las páginas que siguen examinaremos las visiones de Cohen y
de Rawls sobre la justicia comunista y nos detendremos a considerar
tres asuntos cruciales: 1) en qué medida Marx acepta —o no rechaza
suf‌icientemente— el principio libertarista de autopropiedad; 2) cuá-
les son las alternativas para superar los defectos distributivos de la
fase inferior del comunismo, y 3) si el comunismo marxiano es una
sociedad más allá de la justicia o si realiza alguna forma de justicia
igualitaria. Veremos que ambos autores piensan que Marx se adhiere
a una suerte de libertarismo de izquierda, y por ello no acierta a
resolver normativamente los defectos del socialismo, al tiempo que
le atribuyen una desmesurada conf‌ianza en la abundancia material
como solución a los problemas distributivos, lo cual, por su parte,
remata en una dilución de la justicia como virtud de las personas.
Observaremos también las tensiones que se suscitan cuando estos
f‌ilósofos adoptan una doble valoración del comunismo, esto es, como
una sociedad que es justa en términos distributivos y que, al mismo
tiempo, está más allá de la justicia en términos de la psicología mo-
ral de las personas. Contra Cohen y Rawls, mostraremos que Marx
rechaza explícitamente el principio de autopropiedad y no le conf‌iere
ningún peso normativo, que la solución basada en la abundancia
ilimitada no es estrictamente marxiana, sino producto de una lectura
peculiar del marxismo, y que la escisión entre un comunismo a la
vez justo y más allá de la justicia no se sostiene a la luz de hechos
básicos de la psicología moral y de la interacción entre las personas
y las instituciones.
1 . Igualdad de recursos y autopropiedad
En el contexto de la controversia sobre los fundamentos normati-
vos del marxismo, surgida en respuesta a la obra rawlsiana, G.A.
Cohen sostiene que ni Marx ni los marxistas en general han logrado
diferenciarse “suf‌iciente y completamente [ . . . ] del ‘libertarismo de
izquierda’ ” (Cohen 1990, p. 25).2A su juicio, al conf‌iar en un futuro
2Cohen publicó “Self-Ownerhip, Communism and Equality” en 1990, en Pro-
ceedings of the Aristotelian Society. En 1995, una versión revisada y ampliada de
este artículo se incluyó como capítulo 5 de Self-Ownership, Freedom and Equality.
Crítica, vol. 45,no. 134 (agosto 2013)

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