María Elena Landa

AutorAndrés Henestrosa
Páginas788-788
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ANDRÉS HEN ESTROS A
María Elena Landa
Cada vez que en México ocurre un descubrimiento arqueológico, de esos
que vienen a modificar lo que hasta entonces se tenía como última palabra,
pienso en mi amiga María Elena Landa. A rqueóloga, escritora, conferen-
cista fulgurante, viajera y curiosa de cuanto se refiere a las antigüedades
mexicanas. Sólo porque ella la cultiva, no repito aquí que la arqueología
es una de las ramas de la ignorancia humana. En espera estamos siempre.
No porque hasta ahora no haya hecho María Elena Landa descubrimiento
arqueológico importante, sino porque todo presagia uno que trastorne
todo lo que hasta ahora se sabe de la arqueología mexicana, la de Puebla,
principalmente. He visto en alguna casa –la de la gran poetisa Griselda
Álvarez– algunas piezas encontradas por la señora Landa en el territorio
poblano: dos enormes muelas de un caballo de antiquísima edad. Pero yo
pronostico para la joven arqueóloga un hallazgo de mayor alcance. Autoriza
esta espera su formación científica, su constante trabajo de investigación,
pero, sobre todo, esa sagacidad sin la cual no se alcanzan en estos campos
las metas anheladas.
No sé dónde esté María Elena Landa en estos días. Quizá en algún pico
de la sierra poblana, acaso en el fondo de un abra, tal vez en un remoto ya-
cimiento arqueológico. ¿Estará en Puebla? ¿Estará en Chiapas? ¿Andará por
Guatemala? A lo mejor, se encuentra en Europa.
Al lado de trabajos originales, siempre sobre cuestiones arqueológicas,
María Elena Landa ha hecho algunas traducciones de autores extranjeros.
Recuerdo ahora la de un breve libro de Jacques Soustelle, de inspiración
mexicana. Nuestra amiga, pese al rigor de este tipo de textos, sabe poner
en sus escritos todo el decoro literario que nos permite proclamarla una
magnífica escritora.
Mientras llega el día en que tengamos que celebrar ese hallazgo arqueo-
lógico que ha motivado esta nota, damos su nombre a los lectores para que no
la pierdan de vista.
20 de agosto de 1961

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