La Máquina del Tiempo y el Consumo Musical

AutorLic. Jesús A. Aquino Rubio
Páginas72-73

Page 72

Que solos nos sentimos cuando necesitamos oír nuestra música favorita y no la tenemos disponible. Una canción puede cambiar nuestro estado de ánimo, hacernos reflexionar y hasta inspirarnos. Ya sea revisando un escrito, analizando una ley, preparando un argumento o leyendo un libro, haciendo ejercicio, manejando o dedicándole amor a nuestra pareja, simplemente la música es fiel compañera. Por eso, el ser humano ha trabajado a través del tiempo para hacer posible el sueño de llevar con nosotros a todos lados, esas melodías que se han convertido al paso del tiempo, en nuestras compañeras incondicionales.

Desde la invención de los primeros sistemas de grabación, el fonógrafo y el gramófono en 1857, no hemos descansado buscando la mejor manera de poder trasladar la música con nosotros. Es así como junto con las melodías, hemos aprendido a conocer los "formatos" bajo los cuales la música es grabada. Y no ha sido fácil, pues estamos hablando de un proceso de 3 etapas que se deben de alinear para permitir su portabilidad: la grabación, la impresión en el formato designado y la reproducción del mismo.

Dejando de lado la parte técnica-mecánica, es sorprendente cómo ahora más que nunca, tenemos la posibilidad de tener a nuestra disposición, prácticamente cualquier melodía, en cualquier momento, para nosotros en el dispositivo que ahora rige nuestras vidas: el teléfono celular.

Ese invento que, como caballo de Troya, llegó con una promesa que se antojó fantasiosa: hacer llamadas telefónicas sin cables. Y luego de completar su objetivo, fue incorporando funciones que han ido eliminando otros dispositivos que alguna vez fueron de uso cotidiano como la cámara fotográfica, los scaners, las cámaras de video, los pagers, podómetros, medidores de presión arterial, flexómetros, niveladores de burbuja, reglas métricas, medidores de presión de sonido, detectores y generadores de frecuencia de audio, grabadoras de voz, radios, velocímetros, editores de video, editores de imagen, editores de texto, son sólo algunos de los equipos que han sido eliminados por esta navaja suiza tecnológica, que además no descansa en su búsqueda de nuevas funciones y desarrollo.

Los programas para funciones específicas, también llamadas Aplicaciones (Apps), primero nos permitieron tener nuestra música favorita en el bolsillo; luego, nos regalaron la posibilidad de escuchar cualquier estación de radio del mundo, para finalmente, obsequiarnos catálogos prácticamente infinitos...

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