A manera de panorama histórico político

AutorJosé Antonio Arrubarrena Aragón
Páginas173-197
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CAPITULO 8
A MANERA DE PANORAMA HISTÓRICO POLÍTICO
8.1. INTRODUCCIÓN
Hasta aquí, hemos expuesto lo que creemos fundamental para
entender esa nueva expresión de la sociedad política, que muchos
denominan Estado “Moderno”.
Del Estado Moderno bien podría decirse aquellas palabras de Alexis
de Tocqueville180 : “poder central inmenso que atrajo hacia sí y engulló en su
unidad, todas las parcelas de autoridad y de influencia anteriormente dispersas
entre una multitud de poderes secundarios, de ordenes, de clases, de
profesiones, de familias y de individuos, como diseminados por todo el
cuerpo social. Nunca se había visto en el mundo un poder semejante desde
la caída del Imperio Romano. La Revolución creó este poder nuevo o, mejor
dicho, este poder surgió espontáneamente de las ruinas que la Revolución
había ocasionado.
“Ruinas que surgieron de los cuerpos intermedios destruidos, de
las autoridades sociales aniquiladas, de las tradiciones y de las costumbres
sacrificadas al patrón Legislativo”.
Como dice Galvao de Souza181 : “He aquí al Estado Moderno, nacido en
el Renacimiento, prefigurado ideológicamente en el siglo XIV por Marsilio de
Padua, exaltado su poder soberano por Maquiavelo, Bodino, Hobbes o
Rousseau, que encontró en Hegel su máximo teórico... He aquí al Estado
que niega el orden trascendente en el que se fundamenta el derecho natural
180
Tocqueville Alexis; EL ANTIGUO RÉGIMEN Y LA REVOLUCIÓN. Lib. I, Cap. II, pp
20 y sigs, Madrid 1911.
181 Galvao de Souza José Pedro: EL CAMBIO DEL ESTADO, Rev. “Verbo”, 235-236,
Pág. 603- 604-605, SPEIRO, Madrid, Mayo, Junio de 1985.
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y que se erige en fuente de todos los derechos. He aquí al Estado que, de
ese modo, es expresión del inmantentismo, de tipo gnóstico, en el que
Eric Voegelin ve el substrato del pensamiento moderno...
“El Estado secularizado, portador de su destino y del destino de
los hombres, erguiéndose sobre una sociedad atomizada, titular de la
soberanía unívocamente concebida -es decir, de la soberanía política que
absorbe la soberanía social-; he aquí lo que subyace a todas las
transformaciones por las que ha pasado el Estado desde el año 1789, que
marcó el triunfo de la Revolución, triunfo que significó el repudio del orden
sobrenatural, del orden natural y del orden histórico...
“Hoy reina el absolutismo democrático. Y el Estado, supuesto
representante del pueblo, del que emana todo poder, es el titular de la soberanía
política, la cual suprime la soberanía social, reduce o hace desaparecer las
autonomías de los grupos y deja sin defensa eficaz a las libertades
concretas de los hombres... El Estado no es simplemente una abstracción.
El Estado son los grupos que lo dominan, son ‘los dueños del poder’.
Estos pueden decir: ‘El Estado somos nosotros’”.
“En este orden de ideas -dice Pablo Castellanos-182 parecería que
todos nos hemos acostumbrado al estado de cosas político en que vivimos,
y a las justificaciones que el Estado Revolucionario proporciona de sí
mismo en la llamada Teoría del Estado, como disciplina jurídico-política que
se estudia en las Facultades de Derecho y en las de Ciencias Políticas, y
constituye de esta suerte, una exposición del Estado Moderno, su organización,
los principios que lo norman y la explicitación de las ideologías y movimientos
históricos que le han dado origen y que suponen que el Estado tal cual se
presenta, así es y así está bien, por incuestionable dogmatismo de la
ideología en turno”, que a lo más, admite una evolución para radicalizar sus
planteamientos.
182 Castellanos López Pablo.- APUNTES DE TEORIA POLITICA, multicopia privada en prensa,
de próxima aparición UPAEP.

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