Las mañanas de Sanborn's

AutorAndrés Henestrosa
Páginas551-553
orgullo de la costa pe rfumada.
Y, del naciente sol a los refle jos,
tu inquieta n ave en medio de otras naves,
bajo las ala s de marinas aves,
tu hermosa Mazatl án flota no lejos.
Las dulces pren das que tu amor anhela
ya te reciben con afec to ardiente…
¡Feliz quien deja la a mistad doliente,
si en brazos más que ridos se consuela!
Gózate largam ente en tu regreso,
y, ya tus bellos ojos un cel aje;
vele, con tu gallardo corti naje;
ya te halague l a brisa con un beso;
o ya pidas su somb ra a la robusta
palma, donde e l columpio te recrea
si en su pérfi do seno balancea
a tu niña, que r íe y que se asusta;
o el manto brill ador huellas de una ola,
siempre a tu lado plá cido sonría
el compañero fiel d e tu alegría:
¡nunca te encu entres, Adelaida, sola!
Trasladamos este poema al poeta Miguel Guardia, a quien el Instituto
Nacional de Bellas Artes encomendó la edición de las Poesía s Completas de
Ignacio Ramírez.
23 de marzo de 1958
Las mañanas de Sanborn’s
Las mañanas de “Sanborn’s. Así podría titularse un libro en que se contara la
vida literaria de nuestros días. Bello libro, por cierto, y con una vieja tradición
en la historia de nuestras letras: hace más de un siglo aquel autor de memorias,
periodista, historiador, aunque todavía le nieguen ese título sus enemigos, pan-
fletista o panfletario, como gustes, lector, editor de obras propias y ajenas, don
AÑO 1958
ALACE NA DE MINUCI AS 551

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