Los lineamientos de cuba a la luz de la crítica del Che a la economía de la URSS

AutorSirio López López
CargoProfesor Titular de Filosofía en la Fundação Universidade Federal de Rio Grande (FURG, en Rio Grande, Brasil)
Páginas141-171

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Ver Nota12

1. Introducción

Este texto es la continuación de uno que introdujo el tema a partir de la carta que el Che le dejó a Fidel al partir en misión de combate al Congo (carta de la que sus editores de 2006 recogieron sólo un fragmento, y que intitularon “Algunas reflexiones sobre la transición socialista”). Aquel trabajo nuestro se intitulaba “El pensamiento maduro del Che y los actuales lineamientos de la política económica y social en Cuba: una introducción”, y las ideas del mismo están recogidas y englobadas aquí. Como los respectivos títulos lo indican, tratamos de leer críticamente los actuales Lineamientos cubanos a la luz de la crítica que el Che hiciera a la economía de la URSS, para destacar las diferencias (y alguna coincidencia) entre ambas perspectivas.

Aquí incluiremos la minuciosa crítica que el Che hiciera al Manual de Economía Política de la Academia de Ciencias de la URSS, que Guevara estudió en su versión española de 1963, en su estadía clandestina en Tanzania y en Praga en 1965 y 1966 (y comentó, casi página por página, ubicando su crítica inmediatamente después de re-

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producir cada uno de los pasajes criticados). La mencionada carta y la crítica al Manual aparecieron por primera vez en un libro publicado en Cuba en 20063, o sea, 40 años después de escritos (lo que nos hace pensar que quizá muchos errores se hubieran evitado en la Isla y en los intentos revolucionarios en A. Latina y en el mundo, si hubieran visto la luz antes).

Por supuesto que todo eso sería/será mucho mejor realizado por los revolucionarios cubanos, ilustrados por su larga experiencia y su vida cotidiana. Claro que se podrá objetar que desde 1965 y 1966 (cuando Guevara escribió aquellos dos textos) mucha agua pasó debajo de los puentes de Cuba y del mundo; pero permítasenos replicar que precisamente por ello es necesario decir con claridad lo que hay que cambiar en Cuba y por qué hay que hacerlo, en relación a las ideas de Guevara (expresando sin censura las divergencias con ellas, cuando sea preciso, desde que las mismas vienen acompañadas de los argumentos teóricos y/o de experiencia vivida que las sustentan, para que el lector esté bien informado y pueda sacar sus propias conclusiones). Nos interesa mucho saber qué piensan los revolucionarios cubanos acerca del pasado, presente y futuro de su país y del socialismo, no sólo por la importancia de Cuba en la trayectoria revolucionaria de los pueblos, sino también para que podamos utilizar su reflexión como una referencia que nos ayude (en la concordancia o discordancia) a pensar mejor el pasado, el presente y el futuro del posible socialismo del siglo XXI en
A. Latina (y en el mundo).

Las citas referirán al libro de Guevara publicado en 2006, indicado como ACEP, y los Lineamientos serán indicados por “Lin”, seguido del número del correspondiente lineamiento aprobado en el VI Congreso del PCC en mayo de 2011.

2. Los períodos económicos en Cuba y el guevariano Sistema Presupuestario de Financiamiento

Por lo que sabemos la Cuba revolucionaria ha pasado hasta ahora por los siguientes momentos en materia de directrices económicas, que por sus características e implicaciones, traducen directa o indirectamente visiones acerca de cómo construir el socialismo y caminar hacia el comunismo: a) el Sistema Presupuestario de Financiamiento, SPF (ideado por el Che y que en la parte de salarios rigió en Cuba sólo desde 1963 a abril de 1965), b) el Cálculo Económico implementado simultáneamente al SPF en 1963 por el Ministerio de Agricultura e INRA (dirigidos por Carlos Rafael Rodríguez), c) el Sistema de Registro de Control Material (que sustituyó al SPF en 1965), d) el Cálculo Económico implantado en 1975 cuando Cuba ingresó al CAME (Consejo de Ayuda Mutua

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Económica, que nucleaba al llamado campo socialista europeo, bajo la dirección de la URSS; en 1975 gozaba yo de la generosa acogida solidaria de Cuba, pero mi juventud y dedicación a las cuestiones del Movimiento de Liberación Nacional - Tupamaros de Uruguay, me impidieron apreciar la trascendencia de ese cambio), e) las directrices de la “Rectificación de errores y tendencias negativas” (de 1986), f) el “Período especial en tiempos de paz” (instaurado tras la caída de la URSS y el fin de la ayuda soviética), y, f) los actuales Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, aprobados en el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, en mayo de 2011.

Cuando estos últimos lineamientos empezaron a ser discutidos en 2010, preguntamos a varios intelectuales revolucionarios cubanos si de ese debate habría alguna especie de balance del SPF instaurado por el Che. Recordemos que en el resumen que le dedicó a ese sistema, Guevara decía que es “un concepto global” aplicado a “todos los aspectos de la economía”, donde el Ministerio de Industrias “tiene también autoridad para mover los medios básicos entre distintas empresas (y) los fondos no tienen carácter mercantil, solamente se hace la correspondiente anotación de los libros, dándoles de baja de un lado y de alta en otro”; y aclara: “Nuestro concepto fundamental es que en todo este proceso el producto va adquiriendo valor por el trabajo que se ejerce sobre él, pero que no hay ninguna necesidad de relaciones mercantiles entre empresas…”4.

Como cuarta ventaja del SPF anota el Che: “…integrado en un sistema único de normas, hace de todo el Ministerio (de Industrias), en un caso, y de todos los Ministerios, si fuera posible, una sola gran empresa estatal en la cual se puede pasar de un lado a otro e ir ascendiendo en ramas distintas y en lugares distintos sin que haya problemas salariales y simplemente cumpliendo una escala de tipo nacional”, y agregaba: “Es importante señalar que se va creando en el obrero la idea general de la cooperación entre todos, la idea de pertenecer a un gran conjunto que es el de la población del país; se impulsa el desarrollo de su conciencia del deber social”5. Remataba:

Con respecto al interés material, lo que queremos lograr con este sistema es que la palanca no se convierta en algo que obligue al individuo o a la colectividad de individuos, a luchar desesperadamente con otros por asegurar determinadas condiciones de producción o de distribución que lo coloquen en condiciones privilegiadas. Hacer que el deber social sea el punto fundamental en el cual se apoya todo el esfuerzo del trabajo del obrero, pero vigilar la labor consciente de sus debilidades, premiar o cas-

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tigar, aplicando estímulos o desestímulos materiales de tipo individual o colectivo, cuando el obrero o la unidad de producción sea o no capaz de cumplir con su deber social6.

Recordemos que el Che preferirá el estímulo material individual indirecto al directo, al tiempo que instauró tan sólo ocho fajas salariales para todo el país; además, como se vio, consideró que en el socialismo las transacciones entre empresas no deberían tener el carácter de intercambios de mercancías, y aclaró luego que no siempre se ajustarían necesariamente a la ley del valor.

En un libro de Carlos Tablada Pérez de 1987, o sea en el período de “Rectificación de errores y tendencias negativas”7se cita con bastante detalle (aunque infelizmente sin exponer todos los detalles) la escala salarial de ocho franjas que el Che propuso dentro de su SPF, ajustadas según la normalidad-nocividad-peligrosidad del trabajo, y según las primas (o castigo-reducción) por sobrecumplimiento (o infracumplimiento) de las normas (metas) establecidas (y que admitió como excepción transitoria los “salarios históricos” conquistados por los viejos sindicatos, pero que no serían pagados a los nuevos trabajadores que relevasen a esos viejos obreros en sus funciones; también establecía que el valor de la prima no podría hacer alcanzar el valor de la franja salarial superior, a la que sólo se podría acceder por calificación, para incentivar la calificación de todos los trabajadores). No obstante aclaraba Tablada que esa política salarial sólo duró hasta abril de 1965, y que su alteración aparejó luego una serie de cambios (que el autor juzga en su mayoría como errores): 1) La creación de nuevos sectores productivos, cuyos salarios fueron establecidos por resoluciones especiales dictadas al efecto, las que no coincidían con las escalas establecidas, 2) La realización de promociones que no se atenían a los requerimientos de calificación y otros que establecía el sistema,
3) la instrucción nº 20 de 4-8-1967, dictada por la Dirección de Trabajo y Salarios del Ministerio de Trabajo, que contiene el reglamento sobre las condiciones salariales, de manutención, avituallamiento, etc., que regirían las movilizaciones de jóvenes y adultos por dos años hacia el sector agropecuario, donde se planteó que “Estos salarios son fijos y no serán afectados por el incumplimiento ni el sobrecumplimiento de las normas, ni por la realización de labores correspondientes a otros grupos, ya sean superiores o inferiores a lo que se ha tomado como base para la fijación de su salario”, 4) La instrucción nº 20A de la propia Dirección y de fecha 10-8-1967 (NB: nótese que corrige a la anterior sólo una semana después de publicada) modificaba la anterior y...

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