Léxico de la pesca en el sur de Quintana Roo (Estudio lingüístico-contrastivo)

AutorRaúl Arístides Pérez Aguilar
Páginas269-396
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Introducción
La actividad pesquera en México se remonta, como en otros sitios de la orbe,
a los primeros asentamientos humanos, como medio de sustento junto a la
caza, según consta en los hallazgos arqueológicos realizados y en los diver-
sos códices (como el Florentino y el Nuttall, por ejemplo) que atestiguan
visualmente con anzuelos, redes y flechas los adminículos usados en la cap-
tura de las especies marinas. Esta actividad, además de proporcionar el ali-
mento necesario para la comunidad, propició también el intercambio con
otros grupos humanos en materia artesanal y de comercio contribuyendo de
este modo a la comunicación entre los pueblos.
Así, desde Yucatán a donde llegaron 10 indios de Jamaica que habían
salido “á pescar1 (en una canoa) y que las corrientes la echaron á aquella de
Cuzamil” (hoy Cozumel) (López Cogolludo, 1957), hasta Baja California en
donde “nos acompañaron muchos Indios de esta ranchería, con sus redes e
instrumentos para pescar. Y quando supieron que, por amor de las bestias, nos
aviamos de volver a haser noche en el paraje del Angel de Guarda, fueron a
pescar, y nos dexaron en un teatro digno de admiración, donde se ve clara-
mente como se va desanchando la California hasia el Norte” (Píccolo, 1962),
la presencia de la pesca en las crónicas es abundante, y las diversas denomi-
naciones referidas a la vida en el mar son también considerables.
A partir del descubrimiento de América, las hablas marineras fueron
las primeras modalidades del mundo lingüístico español que entraron en
contacto con las americanas. El origen marinero de muchos colonizadores,
ora por profesión, ora por proceder de zonas costeras, por un lado; y la
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Las cursivas son mías.
Léxico de la pesca
en el sur de Quintana Roo
(Estudio lingüístico-contrastivo)
Raúl Arístides Pérez Aguilar
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RAÚL ARÍSTIDES PÉREZ AGUILAR
asimilación del vocabulario marítimo por los viajeros que se embarcaban
hacia las Indias, por el otro, explican en parte la penetración de este léxico
peculiar que no sólo designó realidades relacionadas con el mar, sino que
con frecuencia fue aplicado a acciones, fenómenos y objetos de la vida coti-
diana en tierra firme.
Al principio por imitación, broma y diversión este léxico inició el proce-
so de migración y penetración, y ya en tierra firme, en la lengua de los pa-
sajeros –nuevos americanos– se extendió prontamente. A esta circunstancia
se debe que el número de voces marinas en uso sea mayor en las costas que
en las tierras del interior americano.
Las múltiples formas que se pueden encontrar en el presente capítulo
pretenden ser una sencilla aportación lexicográfica de la lengua especiali-
zada de los pescadores –lengua de muchas culturas y surgida de diversas
realidades no siempre marítimas–, y una contribución a la dialectología
quintanarroense.
Objetivos y método de trabajo
En 2007 llevé a cabo, gracias a un proyecto de investigación otorgado por el
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, una encuesta en parte del sur de
Quintana Roo con objeto de recoger el léxico que utilizan los pescadores en
sus actividades cotidianas embarcados en sus pangas en compañía de sus
chinchorros y demás aparejos.
En la recopilación de los materiales lingüísticos empleé el método co-
nocido como Wörten und Sachen “palabras y cosas” que parte de la idea de
la migración de una lengua a otra, o de un dialecto a otro, de las palabras
y las cosas que denominan, de modo tal que el grupo social o el pueblo
que las recibe enriquece a la vez su lengua y su cultura material. Es así que,
mediante la factura de la pregunta indirecta –que consiste en hacer la des-
cripción de aquello cuya denominación en el habla local se desea conocer, a
fin de que el informante comprenda dicha pregunta y pronuncie el nombre
correspondiente sin sugerirle respuesta alguna– obtuve una lista de formas
–que sobrepasa las 800 denominaciones– que me han permitido conocer la
idiosincracia, las costumbres y peculiaridades del grupo social que forman
los pescadores quintanarroenses.
Por otro lado, sin ser el objetivo principal determinar la etimología de
cada una de las voces usadas –sean éstas indígenas o no– en la actividad
pesquera, su conocimiento puede ser útil para investigar el origen o la
procedencia de los objetos que designan y, en consecuencia, las influencias
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de unas culturas y pueblos en otros. Así es que, con el empleo del método
mencionado logré obtener datos lingüísticos y etnográficos de utilidad para
conocer mejor la ideología de la gente de mar, al mismo tiempo que el aná-
lisis de los elementos léxicos recogidos han permitido adentrarme en esta
pequeña parcela del español mexicano.
Estudios sobre el léxico pesquero
En México no existe material que dé cuenta del léxico que utilizan los pes-
cadores. Hay sin embargo, trabajos importantes como el que realizó hace
algunas décadas Luis Fernando Lara en Veracruz,2 otros más que sin poseer
un carácter eminentemente lingüístico ha publicado el Centro de Investiga-
ciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) y que abarcan
casi la totalidad del territorio mexicano, y dos tomos en inglés y español que
dio a conocer la Secretaría de Pesca hace ya algunos años, pero que carece
de los elementos teóricos y metodológicos para ser considerada una fuente
lingüística considerable, ya que sus fines no son propiamente científicos.3 El
amplio estudio que ofrece el Atlas Lingüístico de México (ALMEX) solamente
incluye 12 preguntas (729-740) –en su parte léxica– que se relacionan, de
algún modo, con las hablas marineras: luna nueva, halo de luna, titilar, lucero,
llovizna, chaparrón, rayo, relámpago, escampar, niebla, ventarrón, remolino de aire,
y otras más –en las secciones destinadas a la fonética: puerto, barco–, y gramá-
tica: mar –cuyo objetivo no es precisamente obtener alguna denominación
local del concepto–. En otras palabras, el habla de la gente de mar en Méxi-
co ha recibido poca atención de lingüistas y filólogos, y se encuentra prácti-
camente sin estudiar.
No ha sucedido así en otros lugares (España, Colombia, Puerto Rico) en
donde los trabajos sobre las hablas marineras han recibido de los investigado-
res la atención requerida, y de las instituciones científicas el apoyo financiero
necesario. Estos trabajos me han servido como referencia directa para docu-
mentar y explicar el uso de las voces marinas, su procedencia o su etimología.
El cuestionario y las encues tas
En la elaboración del cuestionario que apliqué, recurrí a trabajos que sobre
las hablas marineras se han hecho tanto en España como en América. Es-
2 Investigaciones sobre el habla de Tlacotalpan, Veracruz, tesis, México, Universidad Ibe-
roamericana, 1968.
3 Léxico pesquero, 2 t., México, Secretaría de Pesca, 1990.

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