Aspectos legales por considerar para la contratación de un outsourcing

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En los últimos años, diversas empresas enfrentan una gran cantidad de cambios que incluyen la necesidad de ser globales, de crecer sin usar mayor capital, y sobre todo, de reducir costos.

Ante tal circunstancia las medianas y grandes empresas han adoptado como estrategia para soportar el crecimiento de sus operaciones los servicios de outsourcing, ya que consideran que las estrategias, objetivos y resultados de su negocio tienen mayor probabilidad de éxito si sus ejecutivos se enfocan a ellos sin distraerse en funciones complementarias que pueden realizar empresas externas.

El propósito fundamental de las prestadoras de servicios externos es hacer más eficientes las operaciones que realizan las empresas contratantes a fin de otorgar mayor calidad; de esta manera, el outsourcing implica recurrir a proveedores externos para reducir costos.

Las empresas que operan a través de outsourcing pretenden liberar el tiempo invertido en supervisión por parte de los directivos, ejecutivos y gerentes, a fin de obtener las metas estratégicas establecidas por su dirección general.

Una correcta instrumentación del outsourcing puede permitir a las organizaciones obtener beneficios tanto económicos como productivos al desprenderse de actividades que no necesariamente agregan valor a la actividad principal que realizan.

Esta situación ha generado que la demanda de las empresas que prestan servicios se incremente de manera considerable; sin embargo, las empresas que utilizan o desean utilizar un outsourcing deben tomar en cuenta ciertos aspectos a fin de verificar si es óptimo contratar servicios externos.

Antecedentes

El outsourcing es una práctica que data desde el inicio de la era moderna. Este concepto no es nuevo, ya que muchas compañías competitivas lo utilizaban como una estrategia de negocios.

Al comenzar la era posindustrial dio inicio la competencia en los mercados globales; después de la Segunda Guerra Mundial, las empresas trataron de concentrar la mayor cantidad posible de actividades, para no tener que depender de los proveedores; sin embargo, esta estrategia, que en principio resultaba efectiva, fue haciéndose obsoleta con el desarrollo de la tecnología, ya que los departamentos de una empresa nunca podían mantenerse tan actualizados y competitivos como lo hacían las agencias independientes especializadas en cierta área; además, la capacidad de servicio para acompañar la estrategia de crecimiento era insuficiente.

Así, en la década de los setenta, la tendencia del outsourcing empezó a tener auge, ya que algunas firmas empezaron a ofrecer dicha opción como solución efectiva para las empresas.

Posteriormente, el concepto outsourcing cobró fuerza en toda Europa ante la creciente competencia en los mercados globales donde las empresas decidieron delegar responsabilidades para elevar su crecimiento económico.

En Estados Unidos y México el outsourcing surge a finales de los años noventa como un concepto novedoso en las empresas para intentar identificar nuevas formas de organización de las actividades productivas para hacer más eficientes sus operaciones y otorgar servicios de mayor calidad.

De esta manera, un gran número de de empresas han optado por el llamado outsourcing para lograr la optimización de sus negocios.

Qué es el outsourcing y su clasificación

El término outsoursing, que en su traducción al español se define como "subcontratación o tercerización de procesos" y que se asimila al concepto de "suministro desde fuera", puede entenderse válidamente como el acto mediante el cual una organización contrata a un tercero para que realice un trabajo en el que está especializado, con el objetivo de reducir costos y evitar la adquisición de una infraestructura propia que le permita la correcta ejecución del trabajo.

De esta manera, mediante el outsourcing se busca mejorar la competitividad total de las empresas.

Hay dos tipos de outsourcing, a saber:

  1. Outsourcing interno. Diseña la misma organización y depende financiera y estructuralmente de la propia empresa. Su existencia está supeditada a la decisión interna del corporativo que le da vida.

  2. Outsourcing externo. Lo prestan personas ajenas a la organización y es aquel en donde el contratante es completamente independiente en el plano financiero, económico y organizacional de la empresa de tercerización.

    La primera modalidad no reviste mayor problema, pues el control permanece dentro del mismo grupo empresarial y sólo se establece como estrategia laboral para solucionar el aspecto de las utilidades; empero, acerca de la segunda cabe apuntar lo siguiente:

  3. ¿Qué alcance tienen los servicios de outsourcing contratados?

  4. ¿Qué factores de riesgo existen...

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