Latencia. La elaboracion de la experiencia originaria.

AutorVillacanas Berlanga, Jose Luis
CargoEnsayo critico

[Latency. The Elaboration of the Originary Experience]

  1. Introduccion

    El problema de la latencia nos obliga a ver con una nueva luz los topicos fundamentales de la ontologia y la epistemologia. En la medida en que este concepto se cruza con el problema del tiempo, nos impele a relacionarlo con la historia. En realidad, el concepto de latencia reclama su centralidad incuestionable solo cuando se conecta con el problema del tiempo. En un universo en el que no existe propiamente la historia, como en el de Giordano Bruno, en el que la causa infinita se agota en la produccion de un efecto infinito, la latencia no tiene sentido. Solo el cruce de un sistema infinito con un sistema finito hace relevante este fenomeno. Como el sistema finito por antonomasia es el sistema consciente, y es finito por imposicion del tiempo, podemos decir que la latencia es una dimension propia del sistema inteligente que opera en el tiempo finito. Por eso se puede aplicar por igual a la inteligencia artificial y a la inteligencia humana. Como se sabe, solo desde Kant y Hegel la temporalidad y la historicidad se elevaron (frente a la dimension puramente espacial y extensa del mundo propia de Descartes y de Spinoza) a rasgo central de la subjetividad y la realidad. Despues, esta temporalidad se vinculo con Nietzsche con la condicion misma de la vida. De este modo, el concepto de latencia se pudo aplicar al ambito de lo real, del ser humano y de la historia. No es de extranar que en un conocido libro se hayan podido reunir cuarenta enfoques al concepto. (1)

    Desde esta premisa, podemos desarrollar dos direcciones para el analisis del concepto de latencia: una nos lleva a mostrar la latencia como un aspecto de los viejos problemas en los que se constituia lo que podemos llamar la filosofia de la historia y del sujeto. En este primer aspecto podemos vincular el problema de la latencia con la Aufhebung hegeliana, la racionalizacion que desencanta el mundo en Weber, la neutralizacion schmittiana, (2) el olvido del ser heideggeriano o la nocion de secularizacion en Lowith. En todas estas apariciones, el concepto de latencia alude al resto de lo pasado en el presente y a su potencia de reactivacion. El concepto, segun este primer aspecto, describe el resultado de la represion freudiana tras el complejo de Edipo. (3) En todos estos casos, la dimension de la latencia no solo desea identificar un resto superviviente del pasado en el presente, sino tambien explicar su reemergencia. Funciona para dar cuenta del resultado a veces imprevisto o indomable del proceso temporal que relaciona el pasado y el presente en cuanto que este no tiene un origen transparente. (4) Sucede asi con la irrupcion de lo siniestro, con la emergencia de la pulsion originaria o con la regresion arcaica. Por la propia dimension temporal que estos procesos implican, siempre queda un resto ontologico del pasado que puede describirse en el presente en terminos de latencia. Este concepto se aplica en la medida en que ha tenido lugar una emergencia presente no transparente en su origen (p.ej., el sintoma freudiano). La latencia seria asi la condicion ontologica que pertenece a un pasado que sigue de algun modo operativo en el presente sobre el que tenemos un control disminuido o nulo. Esta condicion cuadra bien con la metafora central de Koselleck para visualizar la historia no tanto como un proceso lineal, sino como una acumulacion de estratos de tiempo en la que siempre reemerge lo contemporaneo de lo no contemporaneo. Cuando reaparecen los estratos profundos, la dimension de la latencia puede ser la unica explicacion post festum. Recuerdese la metafora de Freud, quien empleo en El malestar en la cultura los estratos arqueologicos de la ciudad de Roma para explicar los estratos psiquicos.

    Por evidente que sea esta linea de trabajo, a lo sumo nos permitiria describir filosofias de la historia o de la subjetividad que conocemos bien, solo que desde otra clave. En la medida en que explica post festum la reemergencia de un fenomeno, la latencia es, en este sentido, casi una qualitas occulta. A. Haverkamp ha recordado su mythische Qualitat. (5) Filosoficamente, la ganancia de esta operacion para profundizar en el concepto de latencia no es muy grande. Por mi parte, creo que es mas util abordar el problema desde una perspectiva trascendental de inspiracion kantiana. La utilidad de este segundo enfoque consiste en que con el podriamos alcanzar planteamientos mas generales. Asi, podriamos decir que la nocion de latencia descubre una condicion fundamental de nuestra experiencia, y esto en la medida en que esta fundada en la dimension temporal inexcusable de la misma. Ahora bien, lo decisivo del planteamiento trascendental reside en que no podemos separar nuestra comprension del objeto de los rasgos estructurales de nuestra experiencia impuestos por la constitucion de la subjetividad. Con ello, la nocion de latencia, en la medida en que es una condicion necesaria de la experiencia, gana prestancia ontologica. Pertenece a la forma en que una subjetividad experimenta lo real y se convierte asi en una dimension inseparable de su objeto. Con ello ampliariamos el conjunto de trascendentales kantianos de la modalidad. Mas alla de lo posible, lo necesario y lo existente efectivo, estaria lo latente, algo que es posible, que es necesario y que es efectivo, pero no presente.

    Apuesto entonces por desarrollar esta segunda linea de analisis. En lo que sigue comprendere de forma originaria lo que se juega en la nocion de latencia en cuanto que condicion necesaria de nuestra experiencia. Bajo la inspiracion kantiana, argumentare que la necesidad de esta dimension se funda en que nuestra experiencia es temporal. La importancia del concepto se describe con sencillez: nos obliga a desprendernos de una teoria de la experiencia que se afirma como una dimension plenamente transparente para la autoconciencia. Con ello nos despedimos de una idea de realidad que se pliega a nuestro control cuanto mas la experimentamos. A toda experiencia la acompana su sombra de latencia, con su promesa de indisponibilidad. Una experiencia autoconsciente nos impone el concepto de latencia, esto es, nos obliga a despedirnos de la transparencia y del pleno dominio de lo real. La latencia seria la dimension constitutivamente finita de la experiencia.

    El concepto de latencia nos impone asi otro campo de la conveniencia de la descarga de lo absoluto, en el sentido de O. Marquard. Todo viene impuesto por la dimension temporal de la conciencia. La clave es que, con esa dimension temporal de la conciencia (que se tiene que concretar en la presencia del ahora), se impone una angostura de finitud que es desoladoramente reductiva de nuestra relacion con lo real. (6) Como veremos, por eso no podemos prescindir del concepto de latencia. Por el caracterizamos la riqueza de una realidad que siempre excede el contenido de la presencia. Por lo tanto, esta linea que propongo solo puede desplegarse filosoficamente a traves de una reflexion sobre el tiempo como condicion trascendental de la experiencia. Si Freud hubiera seguido hasta el final la inspiracion kantiana que a veces manifiesta, habria encontrado una forma elegante de fundar la necesidad del sistema preconsciente--"como condicion" para toda conciencia--. (7) La necesidad psiquica del preconsciente es resultado de la temporalidad de la vida psiquica; no asi el inconsciente, que requiere de algo mas que la inevitable temporalidad.

    En conclusion, estas observaciones revelan la centralidad filosofica del concepto. sin embargo, este ha sufrido casi siempre un tratamiento defectuoso que lo hacen algo asi como un concepto limite. En el mejor de los casos se llegaba a el, pero casi siempre como a un cul de sac. Despues, ya no se podia retroceder. Es merito de de A. Haverkamp (8) y de S. Gumbrecht (9) haber puesto este concepto en el centro de la atencion. Aqui desearia reflexionar sobre estas contribuciones a partir de un planteamiento propio de la fenomenologia de Husserl y de Fink, tal y como se desarrollo en la epoca inmediatamente posterior a Sein und Zeit. sin embargo, abordare a Husserl desde la estetica de la recepcion del texto literario de Iser. (10) Asi que, finalmente, la teoria literaria de Iser y de Gumbrecht ha rendido importantes servicios a la filosofia, pues ha mantenido la vigencia de un concepto central en un tiempo que ha pasado desapercibido a los filosofos. Como siempre, el problema consiste en que contribuciones puede ofrecer a las Geisteswissenschaften o Kulturwissenschaft un concepto de latencia mas elaborado por la filosofia. (11) Creo que esas aportaciones pasan por no abandonar un concepto de experiencia como aquello que tienen que producir estas disciplinas.

    Desgraciadamente no podre mostrar la viabilidad de la clave hermeneutica que podria extraerse de estos planteamientos.

  2. La genealogia de un problema

    En realidad, Iser deseaba explicar la potencia incitante de los textos y garantizar la existencia en ellos de un espacio de juego de posibilidades de actualizacion. (12) Para Iser, el mundo del texto concurria con el mundo conocido, pero de un modo especifico: actualizaba sus indeterminaciones desde la experiencia del lector, no solo desde la experiencia del mundo. Asi, Iser postulo la existencia en el texto de lugares vacios como "la condicion basica de su realizacion" o actualizacion. (13) Es facil reconocer que, al asegurar el juego de las posibles recepciones, de las posibles transformaciones, (14) Iser se acercaba al concepto de latencia. De hecho, empleo el concepto en Iser (1991), al decir que mediante el juego de la recepcion se hacen presentes mundos que "in die Latenz gedruckt wurden". (15) Como es normal, este concepto no recibio un desarrollo adicional. Su funcion era garantizar la afirmacion de un excedente que se actualizaba en el juego de la interpretacion. (16) El concepto adquirio asi una negatividad propia de la potencia aristotelica...

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