Kwon Cheol Lee. Cómo se combate la corrupción en Corea del Sur

AutorJorge González Gallástegui

¿Hay algo inherente a la naturaleza del hombre que lo ¿incite a la corrupción? ¿"A jarra abierta hasta el más justo peca"?

Me parece que sí. La corrupción está vinculada a la naturaleza humana; se podría decir que es natural que las personas quieran más de lo que por ley merecen o de lo que tienen a su alcance. De hecho, es una de las razones por las cuales es tan difícil la batalla contra la corrupción.

Si la corrupción es inherente al hombre, ¿no estamos frente a un problema imposible de erradicar?

Se puede combatir con educación, por medio de la cual se puede enseñar que los actos de corrupción son negativos y contraproducentes para la sociedad, pero no es suficiente. Si bien la educación es la herramienta que puede ayudar desde temprana edad, la tentación por el dinero fácil no se elimina con la educación.

Me parece que el acercamiento para resolver el problema debe ser sistemático, desde medidas a largo plazo como la educación hasta medidas preventivas como la prohibición de que los abogados litigantes se reúnan con los juzgadores a puerta cerrada.

¿Qué se puede hacer con la influencia que el contexto social ejerce sobre el ser humano para que se corrompa?

Es cierto que el contexto social ejerce muchísima influencia. Nos podemos topar con un caso en el que exista una persona buena y justa, pero si el ambiente en el que se desempeña se encuentra rodeado de elementos negativos que incentivan la corrupción, lo más probable es que la persona caiga en prácticas corruptas. No obstante, lo que tenemos que hacer es eliminar ese contexto negativo que rodea a las personas justas. En ese sentido, la sociedad civil debe responsabilizarse por el problema que creó de manera conjunta con el gobierno.

¿Qué medidas han tomado a este respecto en Corea del Sur?

Desde los años setenta el Estado surcoreano inició un Movimiento de Reforma General Administrativa (Seojungshaeshin) cuyo principal objetivo era disminuir los índices de corrupción por medio de tres etapas: 1) eliminar y denunciar actos de servidores públicos a través de la remoción de costumbres y manías institucionalizadas, 2) expandir el efecto del movimiento al público en general y 3) fomentar en la conciencia de las personas las nuevas "normas sociales purificadas".

Sin embargo, la aplicación del modelo tuvo muchas dificultades, según autores como Jhungsoo Park. A pesar de que contaba con la certeza de que el problema era atribuible a fallas estructurales del sistema, el gobierno autoritario...

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