Justo Sierra a solas

AutorDaniel Cosío Villegas
Páginas11-36
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*La primera edición de este libro terminó de imprimirse el 5 de febrero
de 1957. [N. del A].
1Benito Juárez (1806-1872). Político. Fue gobernador de Oaxaca de 1847 a 1852.
Presidente de México de diciembre de 1857 a julio de 1872. El 7 de julio
de 1859 expidió las Leyes de Reforma y, unos días después, el 12 de julio, la
Ley que declaró nacionales los bienes eclesiásticos.
JUSTO SIERRA A SOLAS
Andan rodando por la calle voces extrañas acerca de esta re-
cordación centenaria que ahora hacemos.*Nacen del
temor atendible de que reverdezcan viejas polémicas y de que
se les dé un sentido de actualidad; pero frenan el libre discurrir
de la gente y presentan una interpretación del liberalismo que
dicta conveniencias transitorias y quizá imaginarias.
Una de esas voces, acogida ya por el público como oficial,
trina que sólo puede admirarse a Juárez1con una buena dosis
de jacobinismo, o que apenas puede admirarlo el liberal jaco -
bino. Esto, políticamente hablando, equivale a una autorización
para borrar a Juárez de la brevísima lista de héroes naciona-
les, sin comprometer con ello la rectitud patriótica de quien lo
haga; y equivale también a una piadosa condescendencia para
que el descarriado jacobino siga adorándolo a título de manía
personal. Históricamente hablando, significa que apenas puede
admirársele de un modo irracional ahistórico o, para usar el
len guaje brutal de Bulnes,2que Juárez es una de las grandes
mentiras de nuestra historia.
Otra de las voces que van y vienen por las calles suena me -
nos destemplada, pero desafina tanto como la primera. Quien
la modula se hace pasar por partidario suyo, y justamente para
protegerlo, propone un plan. Canta esta voz que Juárez no es,
ni ha podido ser, un verdadero héroe popular porque la Iglesia
católica lo ha presentado aviesamente como ateo o, por lo me -
nos, como anticlerical. En consecuencia, hay que jugar contra
la Iglesia católica de un modo también siniestro, y vestirlo
como hombre tolerante, y religioso hasta el arrobamiento en
el fondo de su corazón. Políticamente quiere decirse que no hay
que usar a Juárez para combatir a la Iglesia católica, primero,
porque ésta ha vuelto a ser intocable, y segundo, porque
quien la toca, pierde, como ha perdido el gran Juárez su sitial
heroico. Históricamente significa algo muy serio, pues se cree
que la maleabilidad “natural” de la historia permite desleír el
púrpura encendido con que hasta ahora estaba tocado un per-
sonaje para repintarlo con el suave azul celeste.
En fin, una tercera voz se ha escuchado también, y no por
quebrada deja de ser sentenciosa. Concierta con gran aplo -
mo que la Reforma no fue tan sólo un movimiento anticlerical,
sino muchas otras cosas, más importantes y duraderas que una
fobia irracional cualquiera. Políticamente se exige que en este
2Francisco Bulnes (1847-1924). Político, orador y periodista. Dirigió el pe-
riódico La Libertad. Fue redactor de Siglo XIX, México Financiero yLa Prensa.
Entre sus principales libros se encuentran El porvenir de las naciones hispa-
noamericanas (1899), El verdadero Juárez y la verdad sobre la Intervención y el
Imperio (1904) y El verdadero Díaz y la Revolución (1920).
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LA CONSTITUCIÓN DE 1857 Y SUS CRÍTICOS

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