La introducción del vacío en la filosofía de Alain Badiou: sobre la transformación de la cuestión de lo uno y lo múltiple.

AutorFilloy, Constanza

[The Introduction of Void in the Philosophy of Alain Badiou: On the Transformation of the Problem of the One and the Multiple]

La afirmación de la ontología como teoría de lo múltiple puro en el marco del proyecto de Alain Badiou pone a la historia de la ontología de cabeza al otorgar a las matemáticas el lugar de enunciación del ser-en-cuanto-ser. Las principales transformaciones que dicha operación impone a la filosofía pueden observarse a partir de una reconstrucción del movimiento realizado por Badiou en El ser y el acontecimiento en la definición de la ontología como teoría de lo múltiple puro. La singularidad de la posición del ser con respecto al problema de lo uno y lo múltiple en este proyecto trastoca la formulación canónica del problema bajo consideración. La decisión de Badiou es bien conocida: recupera el gesto de Platón en el Parménides que niega la existencia de lo uno para desplegar las consecuencias de tal afirmación. La consecuencia de la negación de que lo uno sea puede resumirse del siguiente modo: si lo uno no es, aquello que es es el múltiple puro.

En su presentación canónica, la cuestión de lo uno y lo múltiple supone la determinación del ser a partir de un extremo u otro de la oposición. La comunidad del ser es o bien con lo uno o bien con lo múltiple, de manera tal que la tarea filosófica es por definición exponer las notas distintivas del ser y correlacionar éstas con una u otra opción. Una vez asumida la tarea de presentar una lectura del inestimable proyecto filosófico iniciado por Badiou, formulo las dos intuiciones que orientan mi trabajo. La primera de ellas es que el carácter excepcional de la posición de Badiou con respecto a la cuestión de lo uno y lo múltiple se encuentra en la definición del vacío como nombre propio del ser. En este sentido, propondré que el vacío liga la inconsistencia con el texto matemático. La segunda intuición es que la reformulación del problema en Badiou produce una serie de movimientos en la definición de la filosofía misma, libera el lugar de enunciación de verdades para la filosofía y empuja la tarea filosófica hacia un afuera que la constituye como tal, esto es, a sus condiciones no filosóficas: la política, el amor, la ciencia y el arte.

Comenzaré a exponer el problema con las primeras páginas de El ser y el acontecimiento. Consideremos la primera decisión que se explicita ahí: lo uno no es. La negación de que lo uno sea no nos deja, en el caso de Badiou, con la imposibilidad de decir cosa alguna con respecto al ser. Esta imposibilidad pareciera ser, según Badiou, la conclusión de Platón en el Parménides: ante la diseminación sin límites que nos deja la negación de que lo uno sea, debemos concluir que nada es (Badiou 2015, p. 33). Aún más, lejos de llevarnos hacia la impotencia frente al ser, las consecuencias de la negación de la existencia de lo uno deben recogerse en su justo término: lo que es es lo múltiple puro.

El argumento de Badiou se basa en una variación en la terminología griega entre dos palabras: plêthos y polla (Badiou 2015, p. 47). Si el primer término señala "lo ilimitado de lo múltiple de múltiples", el segundo es un indicador de una pluralidad que redunda, en último término, en la composición de los unos (Barlett y Clemens 2010, p. 57). Tal y como lo reconstruye Badiou, Platón convoca al múltiple como inconsistencia ilimitada, como plêthos, en un relato de un sueño especulativo: "Si se considera el punto de ser que pareciera el más pequeño, como podría ser un sueño al dormir, se mostraría de inmediato múltiple en vez de su apariencia de uno, y bien grande en vez de su pequeñez suprema, comparado con la diseminación que él es a partir de sí mismo" (Badiou 2015, pp. 45-46). Ahora, si bien Platón expone en dicha metáfora la multiplicidad nombrada como plêthos, Badiou subraya que la multiplicidad inconsistente resultaba impensable antes de que la teoría de conjuntos permitiera capturar una multiplicidad diseminada sin límites (Badiou 2015, p. 36).

En ese sentido, la afirmación según la cual lo múltiple puro se encuentra en el centro de la ontología tal y como Badiou la enuncia es solidaria con la conocida tesis que prescribe que "las matemáticas son la ontología". Esta tesis indica que las matemáticas no son ni más ni menos que el discurso que enuncia lo que puede decirse del ser-encuanto-ser. O, para decirlo de otro modo, que son las matemáticas las que a lo largo de la historia han dado cuenta de la manera más rigurosa de las notas del ser-en-cuanto-ser. La multiplicidad propiamente inconsistente resulta informalizable antes de la teoría de conjuntos, la cual permitió captar una multiplicidad diseminada sin límites. En la actualidad, esta consideración sugiere que aquello que pueda decirse del ser-en-cuanto-ser mantiene un correlato en la teoría de conjuntos de la matemática cantoriana. Aquí debe distinguirse la posición de Badiou de aquella que propone en las matemáticas entes reales, realidades numéricas que coinciden con el ser. Lo que presenta Badiou es una tesis con respecto al discurso (García Ponzo 2011, p. 40). Al mismo tiempo, afirmar que las matemáticas son la ontología tiene una consecuencia de peso en la definición de la filosofía: ésta se libera de la producción de un discurso con respecto al ser. (1) Así, la tarea filosófica se enfocará en el carácter acontecimental de las verdades políticas, científicas, amorosas y artísticas. Desarrollaré esta observación al final de mi exposición.

Consideremos ahora algunas de las implicaciones de la tesis según la cual "las matemáticas son la ontología" para la filosofía. Badiou se reconoce deudor del llamado, inscrito en la filosofía de Heidegger, a retomar la cuestión del ser. Debe repararse en la literalidad del verbo implicado en el marco del proyecto heideggeriano en la medida en que retomar la cuestión del ser mantiene la orientación hacia un pasado por restituir. A esto se agregan la interpretación y la apertura como figuras del ser y la valoración del poema como espacio privilegiado para su presentación. Ahora bien, si la operación que lleva adelante Badiou atiende la exigencia de la pregunta por el ser, no debe dejar de notarse que la entrega del ser y la excepcionalidad del poema ya no...

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