Introducción

Páginas23-26
23
INTRODUCCIÓN
BRAULIO GUERRA URBIOLA
E l tiempo es infinito. No obstante, este tiempo
que nos acontece hace una pausa, un alto, para
recordarnos quiénes somos y de dónde venimos. Los
paradigmas también fragmentan el tiempo y lo divi-
den en presente, pasado y futuro; así es el momento
que hoy experimentamos, un parteaguas, como fue-
ra el caso de la generación de mexicanos que marcó
huella hace cien años.
México en su legislación contiene referencias claras
a los símbolos de la nación: la Bandera, el Himno y su
Escudo, que son la proyección monolítica de lo que
representamos los mexicanos unidos. Son la represen-
tación materializada del espíritu de un pueblo que ha
transitado por la historia, con el carácter forjado en
sus luchas independentistas y revolucionarias.
El Teatro de la República, sin duda, es también un
símbolo social, es el templo del solsticio constituciona-
lista en México.
La República, como la etimología latina refiere, es
la cosa pública, lo que es de todos. El Teatro es así,
de todos, y luego de los episodios referidos a las ma-
nos que detenten su propiedad, hay que decir que es
por naturaleza histórica, el epicentro de los derechos
sociales en el mundo, y punto de unión del proyecto
de país que los mexicanos trazamos en 1917 y que,
incluso, repercutió en diversas latitudes de Latinoa-
mérica y el planeta. Esta edificación me parece, sin
exagerar, que no sólo es de México, es patrimonio de
la humanidad entera.
Un gran libro sobre un gran teatro es el propósi-
to de estas páginas que delatan su transcurrir en la vida
de nuestro país. Desde su construcción y motivación
arquitectónica, hasta sus pasajes artísticos, culturales,
sociales y políticos, que han impreso huella en este si-
tio que echó raíces para fortalecer este tronco común
que dio origen a las instituciones y se ramificó en de-
rechos a favor de un país y su gente.
Los ecos del arte; el vibrante Himno Nacional, el
triunfo de la República que sentenció a Maximiliano
y al conservadurismo; la avanzada liberal, el liderazgo y
la visión de Carranza; el surgimiento de la primera
fuerza partidista de carácter nacional; la hoja de ruta
cardenista; el sinnúmero de voces presidenciales, par-
lamentarias y judiciales que han absorbido sus muros,
hacen del Teatro de la República el testigo material
del instante crucial.
El vetusto inmueble recoge entre sus paredes la
energía de miles de mexicanos que por generaciones
han marchado por sus corrillos, que se han emocio-
nado con su vibración sonora en la tribuna de su
escenario.
La tierra en donde se erigió es fértil y da frutos.
Querétaro, estado que lo abraza, ha sido cimiento
nacional en la construcción del México que tenemos,
del México con el que aún soñamos.
Un país, nunca será una obra acabada; siempre será
un esfuerzo constante, permanente e intergeneracio-
nal. El antiguo Gran Teatro Iturbide, entre sus dos
columnas escénicas nos remite a nunca perder de vis-
ta lo que nos sostiene como nación, lo que soporta
la techumbre más elevada de nuestras aspiraciones
como ciudadanos, lo que mantiene la esperanza de
una existencia feliz para las personas que lo habitan.
Su alma reformista trasciende lo material de sus for-
mas y estética. Este teatro, es el cuerpo que ha alber-
gado la conciencia popular conformada por aquellas
voces que aún retumban en su interior, que reclaman
la vigencia del texto constitucional que nos vincula en
la colectividad.
Aquí, en estas páginas, nos planteamos ir más allá
de la fachada. Estudiar con el énfasis doctoral de Víc-
tor Jiménez las características y razones que lo ha-
cen ser como es. Dilucidamos como objetivo hacer
una onda expansiva de aquellas ideas que el doctor
Arcos de la entrada principal. Destaca la herrería queretana
cuya calidad ha sido una tradición de la arquitectura de la ciu-
dad de Querétaro.

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR