Introducción

AutorAntonio Luna Guerra
Páginas11-14
INTRODUCCION
Las sociedades cooperativas encuentran su primer origen en la
industria agrícola y en el comercio marítimo por grupos interesados
en ello; pero el florecimiento de esta clase de sociedades en todos
los ramos de la industria y el comercio cristalizó propiamente en
las postrimerías del siglo XIX, cuando los grandes progresos en la
manufactura y en la industria provocaron el interés económico de
las clases trabajadoras que eran las más necesitadas, dando lugar
a la creación de varias de éstas.
El origen mismo del cooperativismo nos proporciona elementos
para esta distinción. Es aceptado por los historiadores que las pri-
meras cooperativas modernas (como hoy las concebimos) nacieron
a fines del siglo XVIII y en el siglo XIX, en medios populares, como
forma de atemperar las condiciones provocadas por la economía
mercantil y la Revolución Industrial. El desplazamiento hacia las ciu-
dades de grandes contingentes de población y las consecuencias
de hacinamiento y promiscuidad que ello trajo consigo, generó el
desarrollo de diversos tipos de organizaciones sindicales, mutualis-
tas y también cooperativas.
Precisamente se ubica en el año 1844 en la localidad de Roch-
dale, Inglaterra, a apenas 20 kilómetros de la ciudad de Manchester,
epicentro de la Revolución Industrial, la constitución de la primera
entidad (conocida como “Sociedad de los Probos Pioneros de Roch-
dale”) que logró expresar y aplicar en forma sistemática, una serie
de principios que fueron posteriormente recogidos por la Alianza
Cooperativa Internacional, y reconocidos por las legislaciones del
mundo entero como propios de las empresas cooperativas.
Los principios cooperativos aludidos son los siguientes: 1) adhe-
sión libre y voluntaria; 2) control democrático de los miembros
(cada persona tiene un voto independientemente de la cuantía del
capital aportado), 3) los excedentes se reparten en proporción a las
operaciones realizadas por cada socio y, a la vez, hay una compen-
sación limitada sobre el capital Integrado; 4) las cooperativas son
autónomas e independientes; 5) la educación del cooperativismo
debe ser permanente; 6) debe existir cooperación entre cooperati-
vas; y 7) compromiso con la comunidad.

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