Los cabalistas, ¿inspiradores del Estado moderno?
| Autor | José Antonio Arrubarrena Aragón |
| Páginas | 55-75 |
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CAPITULO 4
LOS CABALISTAS,
¿INSPIRADORES DEL ESTADO MODERNO?
4.1. INTRODUCCION
Muchos pensadores empeñados en subvertir el orden temporal de
la creación, transcurren en el tiempo desde antes de Cristo y después de
Cristo, sí tomamos el nacimiento del Redentor -Rey de Reyes y Señor de
Señores- como parteaguas de la Historia.
En el estudio del complejo fenómeno que venimos llamando
Revolución, -con artículo determinado y singular- no puede incurrirse en el
error simplista de etiquetar como sus militantes a cualquiera que pueda
externar opiniones que contradigan al derecho natural o a la concepción cristiana
de la vida. Ya decíamos que en las cosmovisiones, influyen multiplicidad de
factores, no necesariamente sólo los ideológicos. Y esto es válido para
personas, grupos, movimientos, publicaciones, etc.
Sin embargo, en una perspectiva religiosa, o mejor dicho, teológica,
no podemos pasar por alto que existe el Plan de Dios y la tolerada interferencia
que Dios le permite al Demonio; jamás, pues, puede decirse que hay dos
Dioses, o que hay uno bueno, y otro malo que al final resultaría el
verdadero y auténtico; o que uno le dispute al otro su papel en la historia
y en la vida de personas y pueblos.
Ahora bien, en la historia, ciertamente que a veces se notan algunos
momentos oscuros, de confusión, como si los dos planes se tornaran en uno
sólo. Como si coincidieran lo que Dios quiere con lo que el Demonio interfiere,
cual si Revelación que es lo que Dios manifiesta como su voluntad a los
hombres, hasta fuese igual a lo que el demonio también le propone a otros
hombres. Sin embargo no hay tal.
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Lo que sucede, -creemos- es que la Revelación forma Tradición
que es Magisterio, y la Revolución también hace tradición, -con
minúscula- que se enclava en una manifestación que llamamos Cábala.
La Revelación conforma la vida de cada Hombre desde su origen y destino,
sin excepción, aunque el hombre puede rechazarla; o bien, el hombre aún
sin saberlo realiza lo que Dios quiere; esto es, el hombre al cumplir la
voluntad de Dios actúa con pleno conocimiento y aceptación, o quizá sin
advertirlo también cumple la voluntad de Dios siguiendo solamente la luz de
la recta razón.
Por lo que hace a la Revolución, el planteamiento es análogo.
Hay personas, grupos, etc. que explícitamente rechazan al Dios verdadero
y aceptan expresamente servir al Demonio, o lo hacen de alguna forma
implícita. La diferencia está en la conciencia histórica con que se mueve.
Los hay conscientes,voluntarios, adheridos al propósito de “querer ser como
Dios” y por eso conforman una especie de “misticismo” con el espíritu de
rebeldía y contestación que forman tradición “que se recibe” en la Historia.
Dentro de ésta corriente seudomística, sin agotarla, estarían quienes
denominamos Cabalistas, con sus especies, exponentes y épocas.
4.1.1 DELIMITACION DE NUESTRO TRABAJO
No es el caso de mencionar ahora la vieja corriente Cabalista
característica del Hebraísmo, que se mantiene constante en múltiples
personajes y sus escuelas, que son fuentes de inspiración de posteriores
autores, que a pesar de parecer lejanos en el tiempo, siguen abrevando
en aquellos. Esta cuestión por densa, ameritaría especiales cursos. Por
ahora que nos baste saber que el viejo apetito de querer ser como Dios,
tan característico del Gran Rebelde y que tan evidentemente se plasma
en la Cábala, Merkaba, Gnosis y demás corrientes iniciáticas y esotéricas,
se trasmite en continuada sucesión de exponentes, que pueden ir desde
un Yochanan Ben Zakkay, Eliezer Ben Hircanos, Aquib Ben Yosef, y
pasando por Scoto Eriúgena, Joaquín Di Fiore, Raimundo Lulio, Pico de
la Mirándola, Jean Reuchling, Nicolás de Cusa, Jacobo Boheme, Baruch
Spinoza, Jacobo Leibniz, y otros, llegan al Idealismo Alemán en donde Fichte
y Shelling desarrollan para su momento el viejo pensamiento
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