Los inicios del siglo wilsoniano.

AutorOrozco Alcantar, Jose Luis

The begginings of Wilsonian century

Introduccion

Con sus propias palabras, dejamos que el actor-autor decisivo de nuestra disciplina se prepara--filosofica e historicamente--tanto para la configuracion academica como para la configuracion estrategica que seran fundamentales para los intemacionalistas de Estados Unidos hasta nuestros dias. Lejos del idealismo que suele adjudicarsele, la propuesta de los 14 Puntos representa el primer modelo de una politica y geopolitica apegada a los modelos juzgados cientificos por el profesor Wilson y sus asociados y apegados a los intereses de la organizacion industrial y financiera norteamericana. Todo ello confluye en la integracion de una ideologia horizontal, pragmatica y plural, que en adelante caracteriza a las Ciencias Sociales cultivadas en Norteamerica y, de ahi, al resto del mundo.

La nueva ciencia de la politica, esa ciencia

"Desearia grandemente, Senor", se dirige Woodrow Wilson al rey de Italia en su discurso ante la Academia de los Linces de Roma a principios de 1919, "que yo pudiera creer en que fui un digno representante de la ciencia en los Estados Unidos". "No puedo pretender considerarme en algun sentido propiamente dicho un hombre de ciencia", parece lamentar. "Mis estudios", aclara, "se han dedicado durante toda mi vida al campo de la politica y, mientras la politica puede ser, por cortesia, llamada una ciencia, es una ciencia que, con frecuencia, se practica sin ninguna regla y le es sumamente dificil establecer pautas, a manera de que uno pueda estar seguro de conducirla de la manera correcta". "Al mismo tiempo, en tanto tal vez no haya una ciencia del gobierno, debe darse, me atrevo a decirlo, el espiritu de la ciencia en el gobierno mismo, esto es, el espiritu del desinteres, el espiritu de encontrar la verdad en tanto la verdad este lista para ser aplicada a las circunstancias humanas". "Esto, despues de todo", proclama Wilson, "porque el problema de la politica es satisfacer a los hombres en el ordenamiento de sus vidas, es realizar para ellos en lo que sea posible los objetos que han acariciado generacion tras generacion y que con tanta frecuencia han visto posponerse". "De aqui que, a menudo", concluye la idea que dira guiarlo, "he pensado que la universidad y la academia de ciencias ocupan su parte en simplificar los problemas de la politica y, por consiguiente, en ayudar al avance de la vida humana a lo largo de las lineas de la estructura politica y la accion politica". (1)

"Si, querida", escribia Woodrow Wilson a su prometida, confidente y consejera Ellen Louise Axson a pocos meses de su matrimonio y a mas de 30 anos de Versalles, "hay, y ha habido en mi mente 'un sentido escondido de frustracion y de perdida, como si yo hubiera olvidado de mi vida algo que mis aptitudes e inclinaciones me conceden reivindicar'". "Siento un remordimiento verdaderamente real", continuaba su misiva, "de que ha sido marginado de los primeros afanes y propositos de mi corazon, los cuales fueron tomar parte activa y directiva, de ser posible, en la vida publica y de lanzarme yo mismo, si tuviera la habilidad, a la profesion de estadista". "Este es el mas profundo secreto de mi corazon, o, mas bien, de mi inteligencia". "No tengo paciencia", confesaba mas adelante, "para la tediosa faena conocida como 'investigacion'; abrigo una pasion por interpretar los grandes pensamientos del mundo; estaria completo si pudiera inspirar un gran movimiento de opinion, si pudiera leer las experiencias del pasado en la vida practica de los hombres de hoy y, asi, comunicar las ideas de las inteligencias de las grandes masas del pueblo para impulsarlas hacia las grandes hazanas politicas". "Mi sentimiento", resumia Wilson, "ha sido que el talento literario tal y como yo lo tengo es secundario al equipamiento para otras cosas; que mi poder para escribir esta destinado a ser el sirviente de mi poder para debatir y organizar la accion". (2)

"En relacion a quienes escriben", clarificaba Wilson a principios de los anos noventa del siglo XIX en un manuscrito de Princeton incompleto y publicado a tres decadas de su muerte, "los hombres que se mantienen mas cercanos a las masas tienen en sus manos la traduccion del nuevo pensamiento en el crudo lenguaje de las realidades". "Aqui aparece, incuestionablemente", asentaba al tono pleno del llamado elitismo europeo--Mosca, Pareto o Sorel, por caso--"la perenne desavenencia entre los hombres que escriben y los hombres que actuan". "Quienes escriben", afirma, "aman la proporcion; quienes actuan se arrojan sobre lineas practicables de accion y descuidan la proporcion". "Esto pareceria ser suficiente para explicar la poco menos que repugnancia universal que sienten los letrados hacia la democracia", concluye. "Los argumentos que inducen la accion popular", advierte Wilson sin apartarse del cauce mayor del antiparlamentarismo, "deben ser siempre argumentos comprensibles y obvios: solamente una sustancia muy densa de conceptos concretos puede causar alguna impresion en las mentes de las masas; ellas han de obtener sus ideas muy absolutamente expuestas y son mas propensas para optar por medias verdades que alcancen a entender que una verdad total que tenga demasiados angulos, visibles todos simultaneamente". "En que consiste, pues, el liderazgo politico", se pregunta Wilson. "Consiste en un liderazgo en la conducta, y un liderazgo en la conducta debe discernir y fortalecer las tendencias que favorecen el desarrollo". "El lider legislativo debe percibir la direccion de las fuerzas permanentes de la nacion y debe captar la velocidad de su operacion". "Aqui hay iniciativa", agrega, "pero no innovacion; hay viejos pensamientos, pero hay una aplicacion progresiva de ellos". (3)

"El campo de la administracion es el campo de los negocios", equiparaba pocos anos antes un joven Wilson desencantado de la practica del derecho y visionario ya de lineas concretas de accion. "Se le aparta de la precipitacion y la contienda de la politica; en su mayor parte se mantiene alejada incluso del terreno polemico del estudio constitucional", anunciaba. "Es parte de la vida politica solamente como los metodos de un despacho contable son parte de la vida de la sociedad; solamente como la maquinaria es parte del producto manufacturado", precisaba empero Wilson. "Pero, al mismo tiempo", anadia, "se levanta muy a lo alto del obtuso nivel del mero detalle tecnico mediante el hecho de que a traves de sus principios mas elevados esta directamente conectada con las maximas perdurables de la sabiduria politica, las verdades permanentes del progreso politico". "El objeto del estudio administrativo", postula entonces, "es el de rescatar los metodos ejecutivos de la confusion y el dispendio del experimento empirico y establecerlos sobre fundamentos instalados profundamente en un principio estable". "El estudio de la administracion, visto filosoficamente", sondeaba aun mas Wilson, "esta estrechamente conectado con el estudio de la apropiada distribucion de la autoridad constitucional". "Para ser eficiente, debe descubrir los ordenamientos mas simples a traves de los cuales la responsabilidad debe recaer inequivocamente sobre los funcionarios, la mejor manera de dividir la autoridad sin estorbarla y la responsabilidad sin oscurecerla", agrega. "Y esta cuestion de la distribucion de la autoridad, cuando se le considera en la esfera de las funciones mas altas y originarias del gobierno", se explaya el Wilson juvenil, "es obviamente una cuestion constitucional central". "Si el estudio administrativo puede descubrir los mejores principios para basar esa distribucion", parece proyectarse Wilson a si mismo, "habra hecho al estudio constitucional un servicio invaluable". "Montesquieu no dijo, estoy convencido", afirma, "la ultima palabra sobre este asunto". (4)

"Somos los primeros americanos", alude Wilson a su generacion al extender en forma de libro aquel primer ensayo impactante, "que escuchamos a nuestros propios conciudadanos preguntarse si la Constitucion esta todavia adaptada para servir los propositos para los cuales fue pensada; los primeros que abrigamos serias dudas acerca de la superioridad de nuestras propias instituciones al compararlas con los sistemas de Europa; los primeros en considerar la remodelacion de la maquinaria administrativa del gobierno federal y en impulsar nuevas formas de responsabilidad sobre el Congreso". "La noble acta del derecho fundamental que nos fue dada por la Constitucion de 1787", apunta, "sigue siendo nuestra Constitucion; pero ahora es nuestra forma de gobierno, mas acertadamente en el nombre que en la realidad, porque la forma que la Constitucion adquiere es una de equilibrios delicadamente ajustados, ideales, mientras que la forma real del gobierno actual es simplemente un esquema de supremacia del Congreso". "La Constitucion es ahora", reitera Wilson, "como la Carta Magna o la Declaracion de Derechos, unicamente el centro-ancla de un sistema de gobierno vastamente mayor que el tronco del cual han brotado ramales,--un sistema en el que algunas de sus formas tienen solo comienzos muy indistintos y rudimentarios en la simple sustancia de la Constitucion y que ejercen muchas funciones aparentemente muy ajenas a las propiedades originales contenidas en la ley fundamental". (5)

"Siempre hay un centro de poder: ?donde se encuentra ese centro en este sistema?", inquiere Wilson por encima de todo razonamiento juridico clasico. "Esta es, entonces", afirma quien se aparta de los multiples refinamientos de la teoria literaria, "la dificultosa tarea para alguien que escriba ahora a la vez practica y criticamente sobre nuestro gobierno nacional para escaparse de las teorias y apegarse a los hechos, no permitiendo ser confundido por el pensamiento de lo que el gobierno aspiraba a ser, o dejarse de conjeturas tales como la que algun dia puede llegar a ser, sino esforzarse en atrapar sus fases actuales y en fotografiar el delicado organismo en todas...

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