Los niños: ¿Imagen o semejanza de

AutorLuis A. Hernández Sandoval
Páginas55-57
Centro de Estudios 55
A unos días de haberse cumplido el
aniversario 18 de la aprobación de
la Convención sobre los Derechos
del Niño, surge una pregunta bási-
ca e incluso obvia, aunque su sola
comprensión contribuiría a evitar
toda ambigüedad e imprecisión y se
lograría un reconocimiento que no
ha superado el umbral de la indife-
rencia, permitiendo, entre otros as-
pectos, adelantar la interpretación
sensata del tratado internacional y
después considerar los logros obte-
nidos por este medio y por la con-
ciencia social. La cuestión es: ¿qué
es un niño?
En principio es sorprendente la fa-
cilidad con la que hemos olvidado
cómo era ser niños, y por lo regu-
lar, la latente curiosidad por intere-
sarse en los otros es más profunda
en la niñez y en la adolescencia que
en una etapa adulta; es decir, a dife-
rencia del adulto, los niños siempre
permanecen alertas a todo lo que
pasa a su alrededor y sobre todo a lo
que hacen los demás. Por otra par-
te, no existe una respuesta única ni
en esta época, ni en anteriores, y se
ha relacionado muy ampliamente
con las condiciones particulares de
cada sociedad, que a partir del co-
nocimiento aceptado como ‘of‌i cial’
han elaborado imágenes propias y
complejas en torno a los niños.
Resulta sintomático que las def‌i -
niciones relacionadas con la pre-
gunta carezcan de contenido, y de
inmediato se liguen a un período
de vida, a expresiones poéticas y
superf‌l uas, o peor aún, convierten
a la niñez en un problema que los
‘bautiza’ como un fenómeno socio-
cultural. Es por eso que los niños
forman parte de la administración
del Estado y son vigilados por un
ingente aparato burocrático que
les ‘prodiga atención’ a través de
un dispositivo ideológico calculado
mediante discursos, metodologías,
análisis y experiencias. Los niños en
nuestros días son un negocio lucra-
tivo que ha sido perfectamente pla-
nif‌i cado, véase en su relación con la
educación, la ciencia médica o con
la psicología, por decir algunos que
son considerados ‘benévolos’.
Lo que no se ha tomado en cuenta
es que con la administración de ’los
problemas‘, se fragmenta al ser hu-
mano, los problemas se convierten
en fenómenos producidos por la
sociedad, de los que poco impor-
ta si se solucionan o no, al cabo ya
están ‘institucionalizados’. Así, con-
LOS NIÑ OS: ¿IM AGEN O SEMEJANZA DE...?
A PROPÓ SI TO DE LA CON VENCIÓ N SOBRE
LOS DERECHOS DEL NIÑ O
Luis A. Hernández Sandoval

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