Ignacio Pesqueira

AutorAntonio Albarrán
Páginas505-516
˜ 505 ˜
Ignacio Pesqueira
1818-1886
LOS PUEBLOS ofrecen en el transcurso de su
formación fenómenos análogos a los que ha
ofrecido en su enfriamiento y cristalización,
por decirlo así, el mundo geológico.
La Tierra en general y después de la
Tierra varias regiones de ella en particular
han tenido, según la ciencia, una época de
hirviente desequilibrio. El conjunto de ma-
terias diversas que revoloteaban en el caos
geológico que precedió al reposo cósmico
de la Tierra, se encontraba solicitado por
fuerzas muy variadas, obrando en absoluto
desconcierto, unas en un sentido y otras en
otro, pero cuyo resultado tenía que ser in-
defectiblemente la tendencia a la prolonga-
ción del desorden en unas, y la propensión
al reposo final en las otras.
Este estado de efervescencia no ha sido,
en resumen, más que un periodo de lucha,
una época de desequilibrio, durante el cual
los elementos numerosos que bullían for-
mando una mezcla indefinible, se han trans-
formado al calor de aquel huracán de fuego,
se han mezclado los unos a los otros a favor
de la fluidez resultante de la ebullición, o se
han combinado entre sí, obedeciendo a sus
afinidades naturales, para formar nuevos
cuerpos. Todo lo cual ha traído al fin consi-
go el reposo de la materia, que reina en casi
toda la superficie de nuestro planeta en la
actualidad.
Pues bien, estos prólogos de violenta y
desordenada actividad que han precedido a
la existencia normal de la materia, tienen
sus análogos en la formación de los organis-
mos sociales y políticos, en la historia de los
pueblos nacientes.
México independiente presentó por
espacio de más de medio siglo caracteres
reales de desequilibrio general, cuya reac-
ción había de ser la tranquilidad relativa
de que hoy disfruta. No puede decirse que
esta tranquilidad excluya todo riesgo de
un nuevo trastorno, pues no porque un
volcán parece extinguido, se puede asegu-
rar que nunca volverá a hacer erupción;
pero sí puede considerarse su inercia de
hoy como el reposo absoluto, si se la com-
para con el perpetuo desorden que carac-
terizó su pasado.
I

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR