La historia en primera persona: mirada(s) al pasado

AutorGilda Waldman Mitnick
CargoProfesora Titular 'C', Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM, México
Páginas91-109
Resumen
Si bien Historia y Memoria, en tanto representación del pasado, quedaron ubicadas
en ámbitos excluyentes desde la Ilustración, las nuevas corrientes historiográficas de
las últimas décadas del siglo XX trazaron nuevos nexos entre ambas. Este artículo se
aproxima a un novedoso modelo de investigación que, sustentado en una rigurosa
investigación de archivo y biblio-hemerográfica, se entreteje no sólo con historia
oral, memorias escritas, cartas, fotografías, representaciones artísticas y artículos de
periódicos, etcétera, sino con la experiencia vivida del propio investigador, quien
destaca el valor cognitivo de la subjetividad. Se trata de Hotel Bolivia, The Culture of
Memory in a Refuge from Nazism, de Leo Spitzer.
Palabras clave: historia, memoria, experiencia, subjetividad, emigración.
Abstract
While History and Memory, as representations of the past, were mutually exclusive
since the Illustration, the new historiographical trends have linked them. This text
approaches a newer research model that is sustained by rigorous biblio-hemerographical
and archive research, which intertwines not only with oral history, written memories,
letters, photographs, artistic representations, newspaper articles, etc., but also with
the experience of the investigator himself, who highlights the cognitive value of
subjectivity. It is about Leo Spitzer’s Hotel Bolivia, The Culture of Memory in a Refuge
from Nazism.
Key words: history, memory, experience, subjectivity, emigration.
Artículo recibido el 03-05-13
Artículo aceptado el 25-03-14
* Profesora Titular “C”, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM, México
[waldman99@yahoo.com].
La historia en primera persona:
mirada(s) al pasado
Gilda Waldman Mitnick *
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Política y Cultura, primavera 2014, núm. 41, pp. 91-109
Gilda Waldman Mitnick
1 Zygmunt Bauman: “From Pilgrim to Tourist – or a Short history of Identity”, en Hall Suart y
Paul Du Gay (comps.), Questions of Cultural Identity, Londres, Sage Publications, 1996, p. 29.
2 Elie Wiesel: “¿Quién le teme al lobo feroz?”, Suplemento Mundial de La Jornada, “Los
emigrantes”, 23 de junio de 1991, p. 19.
3 Véanse, por ejemplo, Josefina Cuesta (comp.), Memoria e historia, Madrid, Marcial Pons,
1998; y Yosef Haim Yerushalmi, Zakhor. Jewish Histoy and Jewish Memory, Seattle, University
of Washington Press, 1996.
4 Véase, por ejemplo, Andreas Huyssen, En busca del futuro perdido. Cultura y memoria
en tiempos de la globalización, México, Fondo de Cultura Económica, 2000.
D
algunas reflexiones en torno a historia
y memoria: dos miradas hacia el pasado
esde finales del siglo XX, nuestra época está profun-
damente signada por nuestros diversos y, con frecuencia,
conflictivos lazos con el pasado. Por una parte, la incertidumbre ante el futuro
en el entorno de una realidad impredecible, elusiva, aleatoria, descentrada y
flexible en la que, en palabras de Zygmunt Bauman:
[...] los residentes establecidos despiertan para encontrar que sus lugares (lugares
en la tierra, en la sociedad y en la vida) a los cuales pertenecían, ya no existen:
las calles pulcras se vuelven miserables, las fábricas desaparecen junto con los
empleos, las habilidades ya no tienen comprador, el conocimiento se convierte
en ignorancia, la experiencia profesional se encuentra en riesgo y las redes de
relaciones seguras se desmoronan.1
Ello nos lleva a mirar hacia el pasado buscando anclajes identitarios
que puedan responder a un primer interrogante: ¿quién soy? Pero también,
debilitados los confines territoriales-estatales ante la porosidad de las fronteras,
fracturada la ligazón entre espacio y pertenencia y desarraigados ya de una
sola y única tradición, lengua o comunidad no es casual el surgimiento de
una segunda interrogante: ¿a dónde pertenezco? Tampoco es casual que,
en una época en la que “hace falta muy poco para que el arraigado se vea
arrancado de sus raíces y para que el feliz y sosegado pierda su lugar al
sol”,2 la voluntad personal y social de recordar nos vuelque a reconstruir sea
una memoria genealógica, familiar, política, étnico-cultural o generacional,3
así como a re-activar sitios históricos, restaurar antiguos centros urbanos,
preocuparnos por el patrimonio, re-inventar tradiciones, regresar a modas
pasadas, asistir a exposiciones históricas y fotográficas, ver en la televisión
documentales históricos, leer memorias y biografías, y obsesionarnos por
fechas conmemorativas y placas recordatorias.4

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