Historia de los derechos indígenas en México

AutorFrancisco López Bárcenas
Páginas23-45
La cuestión de los derechos indígenas no es asunto de ahora sino bastante
añejo. Relacionada con el origen del Estado mexicano, viene aparejada con
las luchas independentistas de la población de la Nueva España por separarse
de la Corona española y formar un nuevo Estado, pasando por los “periodos
de anarquía” y la consolidación del “nuevo orden”, luchas en las que los pue-
blos indígenas aportaron una gran cuota de sangre, pero cuando se diseñó el
modelo de organización política que prevalecería en el país se les ignoró por
completo por el grupo social dominante que asumió el poder.
A pesar de las promesas contenidas en las proclamas con las que se llamaba
a nuestros antepasados a luchar por la independencia, sobre todo las de
Miguel Hidalgo y Costilla y José María Morelos y Pavón, líderes mestizos de
las insurrecciones independentistas que prometían devolverles la libertad,
terminar con el sistema de castas y restituirles la tierra de la que habían sido
despojados1, la exclusión de los pueblos indígenas en el diseño de la nación
en que todos viviríamos comenzó desde los acuerdos para consumar la
independencia. En el Plan de Iguala, propuesta surgida del viejo orden para
poner fin a la guerra que ya alcanzaba once años (desde 1810 hasta 1821),
se estableció la igualdad de todos los habitantes de la Nueva España, sin
distinción alguna de europeos, africanos ni indios, reconociendo a todos
como ciudadanos con igualdad de derechos, al mismo tiempo que ignora-
ban la existencia de los pueblos indígenas. En esencia, en el Plan de Iguala
se retomaban los principios contenidos en la Constitución de Cádiz, con la
que el gobierno español buscaba retener sus colonias en América, haciendo
ligeras concesiones a los grupos de poder regionales que se sentían despla-
1 Jesús Silva Herzog, De la historia de México (1810-1938), Documentos fundamentales, ensayos y opiniones,
tercera edición, Siglo XXI, México, 1985, pp. 12-16.
24 Historia de los derechos indígenas en México
zados por el de la metrópoli2, entre las cuales figuraba no ser consideradas
en adelante como colonias sino provincias que formaban parte integrante
de aquélla.
A esto contribuyó la mentalidad criolla que veía a nuestros antepasados
como “apáticos y sumergidos en la ignorancia” y buscaba “mantenerlos en
su antiguo estado, para lucrar con sus trabajos y producciones, la inmensi-
dad de sus riquezas, y para hacerlos de todos modos infelices”.3 La declara-
ción de igualdad de todos los habitantes del naciente país era una forma
soterrada de negarnos nuestros derechos, pues no todos éramos iguales
y no podíamos aspirar a serlo si no se creaban las condiciones para ello, lo
cual hubiera implicado reconocer las muchas diferencias culturales existentes
y darle un trato diferenciado a cada una para poder arribar a la pretendida
igualdad.
1. Los indígenas en las primeras constituciones nacionales
Pero la realidad era bastante compleja y el Poder Constituyente no podía
eludirla tan fácilmente, pues aparecía por donde menos se le esperaba.
En el Acta Constitucional de la República mexicana de 18244 se estableció
como facultad del Congreso de la Unión arreglar el comercio con las nacio-
nes extranjeras, entre los diferentes estados de la Federación y tribus de
indios, disposición que se reiteró en el artículo 49, fracción XI, de la primer
Constitución Federal de México como país independiente, promulgada el
4 de octubre de 1824.5
Esta disposición estaba fuera de contexto, no respondía a una realidad
social y por tanto ningún derecho representaba para los pueblos indígenas
porque sus problemas iban más allá de asuntos comerciales, los cuales segu-
ramente eran ajenos a la mayoría de ellos, que se encontraban luchando
en la defensa de su identidad colectiva y sus tierras comunales, que desde
entonces eran asediadas por la nueva clase gobernante y agredidos con
leyes estatales que impulsaban su fraccionamiento. La única explicación
coherente sobre la inclusión de esta disposición en la Carta Magna apunta
a que fue copiada textualmente del artículo 1.8.3. de la Constitución Fede-
2 Felipe Tena Ramírez, Leyes Fundamentales de México (1808-1997), vigésima edición, actualizada, Porrúa,
México, 1997, pp. 113-116.
3 “Oyen y callan, pero á su tiempo hablan”. Representación dirigida a la soberana Junta Provisional Gubernativa
por los Jueces Foráneos sobre vicios de los ayuntamientos y nulidad de sus elecciones. Méjico. Imprenta de Mariano
Ontiveros. Año de 1821. Citado en: Manuel Ferrer Muñoz y María Bono López, “¿Extraños en su propio suelo? Los
Pueblos Indios y la Independencia de México”, La Problemática del Racismo en los Umbrales del siglo XXI, VI
Jornadas Lascasianas, Cuadernos del Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, México, 1997, pp. 17-45.
4 Jorge Sayeg Helú, El Nacimiento de la República Federal Mexicana, SEP-Setentas, México, 1974, pp. 115-123.
5 Ibid., pp. 125-162.

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR