Henry David Thoreau: ¿Siempre debe respetarse la ley?

AutorGerardo Laveaga
Páginas26-27

Page 27

En su ensayo Una vida sin principios, Henry David Thoreau escribió: “Si un hombre se adentra en los bosques por amor a ellos corre el riesgo de que se le considere un vago. En cambio, si gasta sus días especulando, talando esos mismos bosques, se le considera un ciudadano ejemplar”.

En 1846, por negarse a pagar impuestos, dado que éstos iban a usarse para sufragar la guerra contra México, se le encarceló. Su amigo Ralph Waldo Emerson, a quien había conocido en la Universidad de Harvard, acudió a visitarlo: “¿Qué haces ahí dentro”, preguntó escandalizado. “¿Y tú qué haces allá afuera?”, lo interpeló Thoreau.

Si este encuentro fue cierto o no, la anécdota bastó para que su figura me cautivara.

Mi simpatía fue en ascenso conforme leí Walden, donde cuenta que, harto de la sociedad competitiva, resolvió irse a vivir un par de años al bosque. Construyó una cabaña, pescó y cazó para subsistir. En su libro refiere las experiencias cotidianas que supone el contacto con la naturaleza, así se tenga que luchar contra heladas y convivir con avispas.

Bohemio incorregible, se ganó el sustento con trabajos menores y donativos de sus tías. Estaba convencido de que la simplicidad era la mejor ruta para alcanzar la felicidad. Con resabios budistas, despreció riquezas y honores. “Mis intereses y los de los niños son los mismos”, se jactaba.

El que no resultó tan infantil fue su afán por denunciar contradicciones e injusticias. Arremetió contra el consumismo y la vida suntuaria, a los que atribuía el descontento de la sociedad: “La mayoría de las personas llevan vidas de callada desesperación”, disertaba. Sostuvo que el delito era consecuencia no de la pobreza sino de la desigualdad.

En La desobediencia civil, el más incendiario de sus textos, concluyó que “lo deseable no es cultivar el respeto por la ley, sino por la justicia. La única obligación que tengo derecho a asumir es la de hacer en cada momento lo que crea justo”. ¿Un ejemplo de lo injusta que puede ser una ley?: la guerra con México, “empresa de unos cuantos, que se han valido del gobierno como instrumento propio, a pesar de que el pueblo no habría autorizado esta medida”.

Su discurso es similar al que endilgó Antígona...

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