Hegel y su filosofía del derecho (Segunda parte)

AutorGerardo Porfirio Hernández Aguilar
CargoEstudió la licenciatura en Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México

Estudió la licenciatura en Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México; hizo estudios de Maestría en la especialidad de sociología Rural, en la Universidad Autónoma Chapingo; es Profesor-Investigador de la UACh desde 1985; Profesor de Posgrado de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) desde 1996 y actualmente realiza su tesis de Doctorado en Derecho en la UAQ.

5. La libertad como autorrealización

En el apartado anterior habíamos mencionado cómo el derecho se mueve en el terreno espiritual, y que este movimiento se da por la voluntad, la cual debe ser libre, para su pleno desarrollo. Además puntualizamos que no basta con que la libertad se dé a nivel individual, subjetivo, sino que es necesario que esta voluntad se realice en la vida comunitaria, espacio que permite una creación y recreación del individuo y la totalidad. Pero para poder llegar a este nivel es fundamental que exista la libertad. Entonces ¿Cuáles son las condiciones que deben presentarse para que la libertad se manifieste? y ¿cómo puede llegar a desarrollarse y realizarse?.

Para Hegel la voluntad siendo libre, debe tener un contenido, del o contrario estará sólo en el plano de lo abstracto. Este contenido consiste en la concreción, una determinación, lo que permita que la voluntad no sólo aspire sino que quiera libertad. Este paso es fundamental, ya que la voluntad al darse un contenido deja de ser abstracta y se realiza sólo en la libertad. En esta parte podemos abundar preguntándonos cómo reconocemos la libertad concreta, de cada momento histórico de los pueblos; ello nos ayuda a decir que la libertad concreta hay que ubicarla en esos "instantes históricos", en donde los hombres se reconocen como libres; no por ello quiere decir que han llegado a la punta o cúspide de la libertad, sino simplemente para ese momento, para esos hombres que se han reconocido como libres; el desarrollo de los pueblos y su espíritu vivirá procesos que le permitirán entender la libertad, bajo otras condiciones, otros principios y otras circunstancias.

Esta voluntad libre, que inicialmente es una voluntad individual, quiere avanzar hacia una voluntad en la que este individuo, por naturaleza, por azar o por su intencionalidad, no afecte la libertad de los demás individuos; es decir, quiere que su acción sea una voluntad universal, porque encuentra en ella la racionalidad de todos los hombres y la naturaleza.

"La voluntad del sujeto quiere ser universal y sabe que sólo lo será a condición de estar a la altura del concepto de la razón. La buena voluntad es la voluntad del hombre en tanto que tal y la acción buena tiene de determinante que, siendo mía, reconoce como regla el concepto, que dictamina lo que ella debe ser; ella representa, en cuanto tal la voluntad de todos los hombres" (Weil, 1950: 50).

En esta postura, reconocemos la moral kantiana que va a ser criticada por Hegel, pero en este momento nos permite entender el paso de la voluntad individual "para sí" a la voluntad universal "en sí". Lo interesante de este comentario es que gira en torno a que la voluntad está en movimiento, en acción, a diferencia del "imperativo categórico" kantiano que es permanente, eterno.

Para desarrollar el pensamiento filosófico kantiano de la voluntad del sujeto, Hegel reconoce que la voluntad debe ser concreta, pero además comprendida en su proceso de movimiento dialéctico.

"El Estado es la realidad efectiva de la libertad concreta. Por su parte, la libertad concreta consiste en que la individualidad personal y sus intereses particulares, por un lado, tengan su total desarrollo y el reconocimiento de su derecho (en el sistema de la familia y la sociedad civil), y por otro se conviertan por sí mismos en interés de lo universal, al que reconozcan con su saber y su voluntad como su propio espíritu sustancial y tomen como fin último de su actividad. De este modo, lo universal no se cumple ni tiene validez sin el interés, el saber y el querer particular, no el individuo vive meramente para estos últimos como una persona privada, sin querer al mismo tiempo lo universal y tener una actividad consciente de esta finalidad" (Hegel, 1988: 325).

Más adelante el mismo Hegel en el agregado del párrafo que estamos citando dice:

"La esencia del nuevo Estado es que lo universal está unido con la completa libertad de la particularidad y con la prosperidad de los individuos; que el interés de la familia y la sociedad civil debe concentrarse, por lo tanto, en el Estado, y que la universalidad...

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