Hablemos de indicios de deterioro

AutorC.P.C. Omar Esquivel Romero
CargoIntegrante de la Comisión de Normas de Información Financiera Socio de Deloitte
Páginas62-63
CONIF
62
Hablemos de indicios
de deterioro
C.P.C. OMAR ESQUIVEL ROMERO
Integrante de la Comisión de Normas de Información Financiera
Socio de Deloitte
omesquivel@deloittemx.com
Nuestro país está pasando por una serie de cambios en el entorno político, económico y
regulatorio, entre otros. Asimismo, existe un entorno internacional volátil y de mayor in-
certidumbre. Desde el punto de vista del reporte financiero bajo Normas de Información
Financiera mexicanas, nos lleva a considerar si lo anterior resulta en indicios de deterioro
para alguna entidad en particular que, a su vez requeriría que llevara a cabo una prueba
formal de deterioro.
Antes de hablar al detalle del concepto de indicios de deterioro, repasemos el mo-
delo general que siguen las normas para reflejar estos impactos para los activos de
larga duración (existen otras reglas particulares de valuación para ciertos activos
como por ejemplo las inversiones en instrumentos financieros que no abordaremos
en este artículo).
La lógica del modelo de deterioro según las normas contables
Deterioro es la situación cuando el valor en libros de un activo (o grupo de activos) exce-
de su valor de recuperación.
Las normas contables solo requieren una prueba de deterioro si se determina que exis-
ten evidencias respecto a un posible deterioro (indicios de deterioro), salvo que se trate
de activos de vida indefinida.
Muchos de los activos de larga duración (aquellos de vida definida) son sujetos de depre-
ciación o amortización, que resulta en reducciones sistemáticas de su valor en libros que
aminoran el riesgo de deterioro; en consecuencia, solo se requiere probar el deterioro
cuando hay situaciones que presentan evidencias respecto a un posible deterioro. Es
decir, se trata de un proceso de dos pasos:
> Determinar si existen indicios de deterioro, en cu yo caso, se requiere realizar el
segundo paso.
> Realizar una prueba de deterioro, es decir, comparar el val or en libros contra el
valor de recuperación, determinado bajo cier tas reglas de cálculo y reconocer
una pérdida por deterioro cuando el primero excede al s egundo.
En cambio, los activos de larga duración de vida indefinida no se deprecian o amortizan,
por lo que representan un mayor riesgo de sobrevaluación y, por lo tanto, las normas son
más estrictas y requieren que sean probados por deterioro por lo menos una vez al año o
antes si se identifica un indicio de deterioro.
La lógica que sigue la prueba de deterioro se sustenta en los conceptos detrás de un
análisis de inversión. Las normas contables solo permiten reconocer activos cuando
se esperan beneficios económicos futuros de los mismos; este principio está implícito
en la definición de un “activo”. Un supuesto económico es que las entidades llevan a
cabo inversiones en activos de largo plazo cuando esperan una recuperación de estas,
lo cual es, generalmente, medido por métodos de análisis de inversión, tales como la

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