Generalidades. Nación, Estado, patrimonio cultural e identidad: un marco de referencia conceptual

AutorBolfy Cottom
Páginas27-59
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INTRODUCCIÓN
Una de las polémicas más intensas e interesantes en el ámbito de las
ciencias sociales, se refiere al concepto y al fenómeno social de la na-
ción. Hago énfasis en los dos aspectos, el teórico y el concreto, socioló-
gicamente hablando, puesto que en la lógica gramsciana las ideologías
no existen solas y etéreas, sino que cobran expresión en la realidad.6
En el caso de la nación, el patrimonio o la identidad como fenóme-
nos sociales quizás se vean como los mejores inventos de la humani-
dad. Desde una perspectiva antropológica dichos fenómenos pueden
verse de una doble manera; como construcciones culturales, pues evi-
dentemente son inventos de la humanidad, y al mismo tiempo en su
dimensión dialéctica, ya que son también hechos sociales y por tanto
algo que socialmente forma, crea y hace a sus miembros, o lo que Peter
Berger,7 llamaría la internalización y la objetivación, es decir, algo que
el hombre crea, pero al mismo tiempo crea o forma socialmente a los
miembros de la sociedad.
En este caso, me refiero al problema de la nación como hecho social
supuesto, condicionante del tema central que se refiere a la identidad
6
Me parece que una visión fundamental que conducirá este trabajo es el que Antonio Grams-
ci desarro lla en su obra Arte y folklor e; en esta oca sión haré uso d e la edición d e Giusepp e
Prestipino, 1976. Desde l uego Los cua dernos de la cárcel son fun damentales para entender el
problema de la ide ología. También me parece imp ortante el trabajo de Jorge González (1994,
pp. 21-53 ), quien analiz a el problema de la cultura desde la per spectiva gramscia na.
7
Cf. P. Berger, 1981, pp. 13-121.
Generalidades.
Nación, Estado, patrimonio cultural
e identidad: un marco de referencia conceptual
Bolfy Cottom28
nacional fundada en lo que llamamos patrimonio cultural; por ende, el
tratamiento teórico sólo profundiza en ciertos aspectos de mi interés. En
otros términos, no hago un estudio ni del fenómeno de la nación, ni del
concepto en sí, sino solamente señalo un marco de referencia en el cual
utilizo un concepto que me parece apropiado para el objeto de estudio
en este trabajo, asumiendo una posición o perspectiva histórica respecto
de la relación entre patrimonio cultural, nación, Estado e identidad.
EL PROBLEMA CONCEPTUAL
El término nación procede del verbo latino naisci, que significa nacer,
Originalmente con este término se hacía referencia a un grupo de po-
blación nacido en el mismo lugar, con independencia de la extensión
de éste o del número de sus habitantes.8 Es interesante además que
en las universidades de la llamada baja Edad Media las naciones eran
grupos de estudiantes que procedían de una misma región o país.9
Más tarde, principalmente en el siglo XVIII, se desarrollaron dos sig-
nificados del término, uno primario, referente al uso político, y otro
secundario, de uso jurídico.
SENTIDO PRIMARIO
En la Francia del siglo XVIII los escritores radicales planteaban la idea
de que la nación estaba constituida por el pueblo (o la población) de un
país determinado, desde luego, en una idea claramente revolucionaria,
en donde no había distinción de jerarquías y a menudo en una clara
contraposición al monarca reinante. Sobre esta característica política
del régimen liberal francés, es interesante cómo lo aborda Miguel Co-
vián, quien explica las transformaciones conceptuales que dan origen
al “Estado democrático de Derecho” y el constitucionalismo;10 en esta
8
Cf. D. Rustow Dankwart, 1960.
9
Idem.
10
Al respecto puede consultarse la obra de M. Covián, 2000.
Generalidades. Nación, Estado, patrimonio cultural e identidad 29
lógica de los acontecimientos históricos franceses, en el contexto de la
Revolución francesa, entre 1789 y 1793, los tres estamentos franceses
constituyeron la llamada Asamblea Nacional.
Este órgano revolucionario fue un instrumento fundamental
para abolir las prerrogativas económicas y políticas de la nobleza
y el clero, así como para transformar la monarquía en una repúbli-
ca, estableciendo a una serie de dep artam entos constitutivos de
aquella nación, estructura política que hasta hoy diversos países
conservan, fundamentalmente aquellos que constituyen repúblicas
centralizadas.
Así pues, la nación, era la palabra predilecta de los campeones del
constitucionalismo y la “igualdad”, así como de quienes querían racio-
nalizar su estructura administrativa.
Estos elementos son fundamentales para entender la aceptación que
ha tenido el término nación, sobre todo a partir de los movimientos his-
tóricos. Uno, que el revolucionario francés y las guerras napoleónicas
que desde ese mismo país difundieron este ideal a otros países euro-peos
como Alemania, Italia, España y Rusia. Otro fue, ya en el siglo XIX, el mo-
vimiento anticolonialista que se extendió por los continentes asiático
y africano y desde luego a prácticamente todos los países de América
Latina, que llegaron a conformar las naciones actuales con una diver-
sidad de matices.
No cabe duda de que todo este proceso histórico tuvo influencia
en teóricos clásicos como Mazzini, Mill y Renan e incluso en el propio
filósofo alemán J. Ficte.11
11
En el caso de Giuseppe Mazzini fueron trascendentales su militancia política y sus plan-
teamientos referentes a la instauración de la República italiana, movimiento que impulsó desde
la Sociedad Secreta, organización que formara en el exilio hacia 1831. Su activismo político fue
incansable hasta la propia revolución italiana de 1848; en 1849 hizo proclamar la República en
Roma, formando parte de un triunvirato que él dirigió. En el caso de John Stuart Mill, sus apor-
taciones se recogen fundamentalmente en las obras Consideraciones sobre el gobierno represen-
tativo (1861) y Nacionalismo: Informe elaborado por miembros del Instituto Royal para Asuntos
Internacionales (1939). Es conocido el pensamiento clásico de Ernest Renan, quien expone sus
ideas en la obra ¿Qué es una nación?, importante para el estudio de este fenómeno social. Sobre
J. Ficte, el movimiento nacionalista alemán no se entendería sin las ideas de este filósofo. Su pro-
ducción se desarrolló en distintos campos, siendo dos de ellos la misión del intelectual respecto
de su papel ante la sociedad, y el otro el que se refiere a la nación como identidad, pensamiento
expresado en su obra Discurso a la nación alemana, aparecida en 1808.

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