La frontera incorporada: espacio, cuerpo y seguridad

AutorIgnacio Mendiola Gonzalo
CargoDoctor en sociología y profesor de sociología en el departamento de Sociología 2 de la Universidad del País Vasco
Páginas13-31
Revista Mexicana de Análisis Político y Administración Pública
Departamento de Gestión Pública y Departamento de Estudios Políticos y de Gobierno
Volumen VII, número , julio-diciembre 
Pp. -
Revista Mexicana de Análisis Político y Administración Pública. Universidad de Guanajuato.
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Fecha de recepción:  de ago sto de .
Fecha de aceptación:  de oc tubre de 
LA FRONTERA INCORPORADA: ESPACIO, CUERPO Y SEGURIDAD
The built-in border: space, body and security
Ignacio Mendiola Gonza lo
Resumen:
La frontera designa un dispositivo multidi-
mensional que se proyecta sobre los espacios
estableciendo u nas regu laciones diferencia-
das de la movilidad y ello, tal y como se ar-
gumentará, se rea liza desde una lectura secu-
ritaria de las subjetiv idades en tránsito. Sobre
esa base, en este a rtículo se analiza el fu ncio-
namiento del dispositivo fronteriz o en lo que
tiene de producción de espacialidad (dado
que la frontera no designa ya única mente una
línea limítrofe entre Est ados cuanto un terri-
torio uctuante) y de subjetividad (atendien-
do a las lógicas de exclusión e inclusión que
se activan a par tir de los gradientes de riesgo
que lo securitario enuncia). Se subrayará, por
último, el modo en que todo ello se vivencia
en la experiencia encarnada de las violencias
securitarias que atraviesan y conforma n la
geografía fronteriza.
Palabras clave: frontera, cuerpo, subjetivi-
dad, dispositivo, seguridad
Abstract:
e border designates a multidimensional
dispositif that is projected onto the spaces
establishing dierentiated regulat ions of
mobility and this, a s it will be argued, is ca-
rried out from a securitarian reading of the
subjectivities in tra nsit. On this basis, this
article ana lyzes the operation of the border
dispositif in terms of the production of space
(given that the border no longer designates
only a boundary li ne between states as a uc-
tuating territory) and subjectivity (based on
the logics of exclusion and inclusion that are
activated according to the risk proles that
securitarian practices art iculate). Lastly, the
way in which all of this is felt in the bodily
experience of securitarian violences that sha-
pe the border geography will b e underlined.
Key words: border, body, subjectivity, dis-
positi f, secu rity
.-      :    
La frontera emerge como un dispositivo de producción espacial, el trazado de una lí nea
divisoria a través de la cual se establecen los criterios que habrían de venir a regular la
posibilidad misma de desplazar se por un espacio o de pasar a habitarlo. Esta operación
por medio de la cual se traza una diferencia, una línea en la que habita la soberanía,
que reubica los posicionamientos, las relaciones, los tránsitos, que nos pone en frente
de algo, de alguien, aglutina en sí misma toda una forma de concebir y practicar lo
Revista Mexicana de Análisis Político y Administración Pública. Universidad de Gua najuato. Volumen VII, nú mero 2, julio-d iciembre 2018
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social, un gesto, el trazado de una línea, en donde lo político, lo económico, lo jurídi-
co, lo tecnológico, lo ecológico y lo simbólico se enmarañan en formas contingentes y
cambiantes. La frontera, por ello, constituye una condensación de unas determinadas
conguraciones sociales, el ge sto que recoge y expresa una heterogeneidad subyacente.
Acercarse a ella es aproximarse a una suerte de Aleph.
Propongo entrar en esa trama de heterogeneidades imbricada a partir de un doble
plano interconectado. El primero de ellos, remite a una práctica espacial, una forma
de incidir en la organización del espacio a través de la construcción de una diferencia
que altera el orden de los acontecimientos. Sobre el trasfondo abigarrado de la conecti-
vidad, de los ujos poblacionales, del intercambio de materias de distinto signo, de las
relaciones diversas que se desatan entre disti ntos espacios, la frontera designa una línea
que reordena las formas a través de las cuales se viene a concebir y practicar la movili-
dad. La frontera, más al lá de las formas con las que se pueda revestir, de las tecnologías
con las que opera, de la arquitectura media nte la cual irrumpe o de la rede nición que
proyecta sobre la propia geografía física, convirtiendo, pongamos por ca so, el cauce de
un río en una línea fronteriza, designa , en su misma irrupción, un modo de apropiarse
del espacio, de imprimir en el espacio, sobre los usos y prácticas que este pudiera tener,
un ordenamiento que modica el régimen de relaciones propio toda espacialidad.
En este primer plano de la frontera que aquí quiero proponer, conuyen dos imáge-
nes. Por una parte, la idea de frontis: la ar ticulación de un frente, una fachada, aquella
parte visible de una edicación que contempla quien llega a sus inmediaciones, la
proyección exterior arquitectónica de una línea que muestra un exterior y esconde un
interior. Y, por otra, la idea de limes: el límite que designa el recorrido de un sendero
entre dos campos, una zona intersticial que une y separa, que no designa una jación
al espacio cuanto un recorrido, un sendero susceptible de ser modicado, expandido,
replegado. La frontera es frontis y limes: un frente que se expone, que erige una diferen-
cia sobre el espacio y, al mismo tiempo, un recorrido, un linde movedizo. Me interesa
el anudamiento entre estas dos imágenes y, particularmente, su hacer geográco, la
propia geo-grafía que componen en tanto que escritura sobre y desde la tierra, una
reescritura de la tierra, esto es, una apropiación performativa, una producción que
se da en el espacio y que produce espacio. La frontera contiene la sicidad del frontis,
su arquitectura jada en el espacio, pero también la movilidad del limes, su desplaza-
miento uctuante. La aparente paradoja que se desata al conectar jación y movili-
dad para pensar desde esa misma conexión la espacialidad fronteriza, no es en modo
alguno nueva y su genealogía se puede rastrear incluso en la Grecia clásica cuando
se imbrican las deidades Hestia y Hermes (Vernant, ). La frontera hereda, anuda
y expresa esa tensión entre la jación y la movilidad a través de la heterogeneidad de
formas mediante las que opera, volcadas, en última instancia, en el establecimiento
de mecanismos de entrada y salida, de inclusión y exclusión. En la frontera anida un
(des)pliegue topológico que imbrica distintas espacialidades en formas diversas y es,
por ello, que lo que ahí acontece, su ámbito de inuencia se expande mucho más allá
de una visión únicamente concernida con la jación del frontis. La geografía de la

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