El fotógrafo que se pregunta

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Pienso que escribir es un acto de valentía, pues parte de uno se queda impregnado en la hoja de papel blanca que se complementa con la tinta. El escritor argentino Ricardo Piglia decía en su maravilloso texto Formas breves (2000) que, “Si no se escribieran cartas íntimas no habría historia auténtica”. Escribir es estar dentro del texto, pensar el tiempo, el que se piensa que es real, el virtual, el que se escapa de las manos en el ahora que se cree comprender, en el silencio del lector. La fotografía, como la escritura, genera imágenes mentales que se miran, que recorren el mundo y se pueden percibir, perpetuándose en la memoria del otro.

Escribir en primera persona lo veo como un proceso donde se caen algunos filtros. Cuando me pidieron que lo hiciera sobre mí, pensé, ¿qué cosa interesante puedo decir? Generalmente cuando quiero expresar algo la forma más fácil de hacerlo es de manera visual por medio de mi trabajo fotográfico.

Hace casi 10 años que me dedico a la fotografía, el proceso ha sido realmente interesante porque nunca pensé que por medio de una cámara fotográfica iba a encontrar un punto de fuga en mi vida. Antes de llegar a la decisión de dejar todo y dedicarme a fotografiar pasé por varios procesos donde no me sentía conforme conmigo mismo ni con lo que hacía. Tomar la cámara fotográfica y dejarles algo de mi visión a las personas que me contrataban para que les tomara un retrato me llenaba de satisfacción porque siempre he pensado que en esa foto que se llevan a su casa hay parte de mi también, es como si en cada imagen algo de mi esencia se impregnara, esto lo comprendí con el tiempo.

Cuando uno mira al otro, lo hace desde su propia perspectiva de cómo funciona su mundo y de la manera en la que toda su estructura está conformada. La mirada, es algo de suma importancia en la fotografía, es lo que va a marcar una total diferencia entre un sujeto y otro. Con los años de oficio me he llegado a realizar las siguientes preguntas: fotografiar, ¿para quién? ¿Para satisfacer el deseo propio, el ajeno, la demanda? ¿Tomar fotografías para mirar, ser mirado, exponer, exponerse y entender? Hay algo del fotógrafo que se queda en la fotografía que realiza, en ella están las necesidades propias, las externas, hay un goce que atraviesa como un rayo eléctrico y sale dejando un rastro de placer.

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Hace aproximadamente dos meses terminé mi Maestría en Estudios Visuales, entré a...

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