La feminización de la pobreza en la gran capital

AutorRebeca Estrada Aguilar
Páginas101-105
Instituto de Atención al Adulto Mayor realiza visitas médicas domiciliarias a las per-
sonas adultas mayores, de las cuales el 60 por ciento son mujeres.
Conclusiones
Estas son algunas de las medidas que en la Ciudad de México adoptamos en
aras de disminuir la brecha de desigualdad entre mujeres y hombres, sin embargo
para lograr revertir esta tendencia en principio es necesario que todas y todos reco-
nozcamos que en México sí hay feminización de la pobreza y que es indispensable
poner los reflectores sobre las causas que la originan y que se invisibilizan como lo
es; la inequidad al interior de las familias, la noción estereotipada de género que
estructura y define el mercado laboral, las desigualdades en el acceso y salario labo-
ral, factores determinantes para la mayor incidencia de mujeres en la pobreza y cuya
atención requiere principalmente de una reforma laboral con visión de género.
Por ello convoco a todas y todos, a que desde el espacio en que nos toca partici-
par, desde una curul, desde la oficina en la Delegación, desde el cubículo académico,
desde el espacio en los medios de comunicación, coloquemos el grave problema de
la desigualdad social y particularmente el de la feminización de la pobreza, como un
tema de nuestras agendas públicas e impulsemos las acciones pertinentes para su
erradicación. ¡TODAS LAS MUJERES, TODOS LOS DERECHOS!
La feminización de la pobreza en la
gran capital
Rebeca Estrada Aguilar
La mujer en la gran urbe y la pobreza patrimonial, ¿cuántas mujeres somos en la
Ciudad de México? ¿Cuál es el rango de nuestras actividades? amas de casa, profe-
sionistas, profesionistas de nivel medio, estudiantes, técnicas, secretarias, sexoservi-
doras, empleadas domesticas, madres, madres solteras, niñas y adultas mayores,
todas con responsabilidades dentro y fuera del hogar.
Según datos del INEGI en el Distrito Federal el 51 % somos mujeres, casi la
mitad de la población, si el total de personas es de 8 851 080 pues somos alrededor
de 4 millones y medio, más la zona conurbana.
¿Tenemos todas para vivir una vivienda adecuada que en un futuro sea el patri-
monio de nuestros hijos? ¿Qué grado de satisfacción y protección de este derecho
ha proporcionado el Estado a través de medidas legislativas, administrativas, accio-
nes gubernamentales o políticas públicas? ¿Cuántas mujeres no tienen vivienda pro-
pia?
Todas tenemos el derecho a disfrutar de todos los derechos humanos en su
carácter de universalidad, indivisibilidad, interdependencia y progresividad como lo
haciendo énfasis en el párrafo dos “Las normas relativas a los derechos humanos se
interpretaran de conformidad con esta Constitución y con los tratados internaciona-
les en la materia favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección más
amplia” esto significa que ninguna ley secundaria, acción gubernamental o política
pública pueden estar por encima de este ordenamiento.
El Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales posi-
bilita a las personas a un nivel de vida adecuado.
Es importante considerar el Pacto Internacional de los Derechos Económicos,
Sociales y Culturales (PIDESC), publicado en el Diario Oficial de la Federación el 12 de
100 La Feminización de la Pobreza en México

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