Félix Antonio Huerta, poeta olvidado

AutorAndrés Henestrosa
Páginas47-48
AÑO 1951
ALACE NA DE MINUC IAS 47
Félix Antonio Huerta,
poeta olvidado
La Biblioteca Hispanoame ricana Septentrional de José Mariano Beristáin de Sou-
za, tan embrollada, tan tupida de noticias sin desbrozar, es, sin embargo, obra
utilísima para el estudio de la bibliografía mexicana en el periodo que abarca:
desde los inicios de la imprenta en México hasta principios del siglo XIX. Pero
no sólo eso sino que Beristáin inventaba títulos, modificaba nombres, hacía
alguna vez atribuciones infundadas. En cambio, tuvo la curiosidad de incorpo-
rar al cuerpo de su Biblioteca noticias que después han pasado sin cribar algu-
nos de los que se han ocupado en historiar nuestra literatura; así don Nicolás
León que en la Bibliografía Mexicana del siglo XVIII, suele usar sus informaciones
tal como salieron de sus manos, lo que viene a ser en detrimento de nuestra
bibliografía, ya que existen en su “Catálogo…” noticias que pudieran ser corre-
gidas al paso que aumentadas, tal como se lo propuso y llevó a cabo en gran
parte el eruditísimo Joaquín García Icazbalceta. De todas suertes, señalar estas
fallas, es nada más para dolerse de que sea casi una ley de nuestras letras la
prisa con que se fraguan, la urgencia con que se cumplen; en menoscabo no
sólo de su decoro literario, sino de su rigor informativo. La Bib lioteca Hispano
Americana de Beristáin de Souza, así y todo, ha prestado, sigue prestando, un
gran servicio a la historia de las letras mexicanas; sin ella hubieran quedado en
eterno olvido centenares de escritores mexicanos a quienes hoy honramos, ha
dicho don Francisco Sosa.
Uno de esos autores a quienes Beristáin salvó del olvido es Félix Antonio
Huerta, natural del obispado de la Puebla de los Ángeles, doctor teólogo por
la Universidad de México, cura y juez eclesiástico en la diócesis de Oaxaca, y
su visitador general de quien el autor registra un solo libro, en verso castellano:
Afectos amorosos del hombre arrepentido a Dios, del que sólo una breve mención
encuentro en la Bibliografía de León, tomada de Beristáin. ¿Qué puede signi-
ficar Huerta como poeta? es cosa no averiguada, aunque por su ausencia de la
antología de Poetas novohispanos de Alfonso Méndez Plancarte, y del Florilegio
de poesí a religiosa formada por el presbítero Jesús García Gutiérrez, se le pu-
diera creer digno del más negro olvido. Yo encuentro, a pesar de esa ausencia,
que Félix Antonio Huerta no carece de méritos, por lo menos para determinar
la boga que la poesía espiritual tuvo en México, y las diversas influencias que
nutrieron esa boga. He aquí un soneto de Huerta, inspirado indudablemente

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR