Los extranjeros y su integración social en Estados Unidos, Francia y México

AutorRafael López Vega
Páginas3-35
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Documento de trabajo
Los extranjeros y su
integración social en Estados
Unidos, Francia y México
No se van porque quieren. Se van porque los echan.
Los emigrantes son desesperados, gente que se ha
cansado de tanto esperar y que, ya sin esperanza,
huyen. Pero todos siguen, mal que bien lo
confiesen o no con las raíces al aire. Los que
vamos al dentista sabemos que las raíces al aire
duelen.
Eduardo Galeano
Resumen
La condición humana es al arraigo. Y sin embargo… la población se mueve. Ante el discurso
trompista que identifica al inmigrante como epicentro del desempleo con el que se estrella
frontalmente la clase media norteamericana urge hacer un repaso por la categoría del
“extranjero”. Este estudio, demográfico, sí, constituye una propuesta analítica sobre la
actualmente tan denostada clasificación. Las marejadas de poblaciones móviles a
nivel mundial escalan los 243 millones de personas. ¿Hace falta saber que no se trata de
una voluntad viajera lo que mueve a esta diáspora? Hambre, desempleo, necesidad y
hasta
relaciones de poder son las razones que los destierran, Galeano dixit.
Aquí se hará un recorrido por las acepciones más usuales utilizadas en diversas
investigaciones sobre la presencia de quienes no son oriundos del país en el que residen.
Con este planteamiento se hace una reflexión sobre la nacionalidad y la ciudadanía, con
especial atención sobre la garantía y el ejercicio de los derechos humanos de las
poblaciones migrantes a escala internacional. El tema concita la teorización entre diversas
disciplinas que se preguntan si hay elementos dentro de la globalización que sostengan la
existencia de una ciudadanía global. Además, se presentan a escala nacional tanto para
Estados Unidos, México, y cuando fue posible, para Francia estimaciones del volumen
de inmigrantes internacionales, algunas de sus características demográficas, sociales y
laborales. Para concluir el corolario abunda sobre la necesidad de llevar a cabo estudios
cualitativos que permitan explorar los caminos que sigue la integración social de los
extranjeros en los países de acogida.
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Documento de trabajo
Los extranjeros y su
integración social en Estados
Unidos, Francia y México
La noción de extranjero
En el campo de las ciencias sociales, el tema del extranjero ha sido materia de reflexión en
la sociología clásica, así como de diversas corrientes o escuelas sociológicas
contemporáneas, incluyendo propuestas únicas que anticiparon procesos de inclusión,
marginación y exclusión. En la ciencia política y en la filosofía, el extranjero tiene presencia
a través del debate sobre la garantía, acceso y ejercicio de los derechos humanos, sociales,
económicos, políticos y culturales, y en el uso de categorías como exiliado, desterrado,
transterrado y refugiado.
La reflexión, las notas, la historia y la teorización sobre el “extranjero” vienen desde una
comprensión y aproximación a la hospitalidad para quienes llegan desde fuera de las
fronteras nacionales, de su vulnerabilidad frente a los riesgos que implica su tránsito y
encuentro con otras personas, las autoridades, los grupos criminales, a su percepción como
portadores de amenazas, y a la retórica de su constitución como cuestión de seguridad
nacional en el destino, y en ocasiones para los mismos países de origen.
De Simmel y Schütz a Elias se hace patente la necesidad de una reflexión de la figura del
extranjero con relación al grado de avance de la civilización, mientras que de Touraine,
Sennett a Bauman, se teoriza el sentido del extranjero en su relación con las condiciones
que impone la modernidad en sus aristas económicas, políticas y culturales.
Para dar cuenta de los cauces del exilio en México, Zea planteó el problema que
impusieron los regímenes dictatoriales en América Latina. Y, también se advierte, en la
actualidad, un posicionamiento de la filosofía política anglosajona a través de los teóricos
de las universidades estadounidenses y británicas con la política real de vigilancia y control
de la inmigración, que paradójicamente perfiló hace más de un cuarto de siglo una política
global-nacional de inmigración, que al iniciar el siglo XXI contrastó con el espíritu y algunas
acciones de las autoridades nacionales en el espacio de Schengen frente a los inmigrantes
de África, Europa del Este, Asia, América Latina y el Caribe.
Se reconoce que la integración social de los migrantes en el destino (inmigrantes),
responde a pautas culturales y civilizatorias de aceptación de la diferencia, en las que los
marcos normativos y la aplicación de las reglas que le son consustanciales se anudan para
dar lugar a modelos específicos de integración, así como a procesos fragmentados e
incluso temporalmente enfrentados en un mismo territorio. En esta ruta es usual mirar hacia
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Los extranjeros y su
integración social en Estados
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la asimilación y el multiculturalismo como formas predominantes, éstas responden a estilos
distintos de desarrollo económico, social y político, y a procesos distintos de civilización
dentro de la modernidad.
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Por supuesto, en los procesos de integración social los esfuerzos gubernamentales, las
acciones de política pública se ven condicionados por los vínculos entre migración laboral
y familiar, su carácter autorizado, su volumen, si los flujos representan una migración
económica, un exilio y refugio de cara a la violencia y la persecución política, o si son
consecuencia de las catástrofes ambientales que se han hecho presentes a escala global
desde fines del siglo XX.
Las poblaciones móviles en su proceso de integración social se sitúan, generalmente, en
torno a actitudes de recepción de tipo xenófobo, lo cual da lugar a la construcción de áreas
de vulnerabilidad en relación con todos los campos de la vida cotidiana (alimentación y
vestido, el trabajo, la educación, la diversión, la salud, entre otras). Pensar al “otro” se
inscribe en la introspección social del vínculo con el “mundo”, a la extensión de éste en el
imaginario social, a las fantasías y al impacto psicológico del encuentro con la diferencia,
dando lugar a una configuración social desde el que mira y define al extraño, al forastero,
al de fuera. Se configura con ello al “extranjero” como relación social, en todo caso como
tipo referencial categoría social que permiten aproximarse al conocimiento de los otros,
de esos otros que vienen de fuera de las fronteras nacionales, o del recién llegado que
como novedad está presente aquí al lado de “nosotros”.
Cifrando la diferencia
El condicionamiento que impone una mirada empírica transformada en necesidad de
taxonomizar y cifrar al extranjero que deviene extraño, ha determinado desde antaño el
desarrollo e instrumentación de procedimientos para identificar cómo se conforman grupos
de población bajo criterios de lugar de nacimiento, nacionalidad, ciudadanía y residencia,
generando categorías estadístico-demográficas.
Los censos de población, diversas encuestas sociodemográficas, así como registros
administrativos para la entrada y salida en cada país, y para realizar diversos trámites
administrativos, usualmente preguntan por el lugar de nacimiento. En la demografía de la
1 Retortillo, O. A. (2008). “Inmigración y m odelos de integración: entre la asimilación y el multiculturalismo”,
Revista Universitaria de Ciencias del Trabajo, Núm. 7, Valladolid, España. En [http://www.ruct.uva.es/] Consulta
10 de enero de 2017.

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