EXPLICAR Y CONTRASTAR.

AutorGinnobili, Santiago
CargoEnsayo

Desde el inicio mismo de su etapa profesionalizada, existe, en la filosofia de la ciencia, la idea intuitiva segun la cual es posible separar los terminos o conceptos de una teoria en dos clases segun el papel que cumplen en ella. Por citar algunos ejemplos, el papel de la fuerza en la mecanica clasica es distinto al de la aceleracion; en la astronomia ptolemaica, aquel de los epiciclos y deferentes difiere del de la posicion de los planetas en el cielo; en la genetica, el papel que cumplen los genes difiere del que cumplen los parecidos fenotipicos entre los progenitores y su descendencia, etc. En los casos citados, los primeros desempenan un papel distinto al de los segundos en dos aspectos: en primer lugar, por su papel explicativo--las teorias utilizan dichos conceptos para dar cuenta del comportamiento de las entidades referidas por los segundos--y, en segundo, por su papel en la contrastacion--la determinacion de los segundos permite contrastar las afirmaciones que la teoria hace con la ayuda de los primeros--.

Por supuesto que el hecho de que intuitivamente la distincion sea relativamente clara y la aplicacion en la mayoria de los casos no sea problematica no implica que una elucidacion adecuada del criterio que se usa para la distincion en cuestion sea sencilla. Y como desde el siglo XX la historia de la filosofia de la ciencia muestra, no hay cuestion que haya sido tan discutida como esta.

Considerando teorias que enriquecen conceptualmente su "base empirica", (1) generalmente se ha asumido que los conceptos que en una teoria categorizan el fenomeno que dicha teoria quiere explicar son los mismos que por ser pasibles de ser aplicados con independencia de esta teoria, permiten contrastarla, por una parte. Por la otra, que los conceptos que la teoria propone para explicar sus explananda, son aquellos que no pueden determinarse con independencia de la teoria, y que, en consecuencia, no permiten contrastarla. En este sentido, uno y el mismo criterio permitiria determinar el papel que los conceptos desempenan tanto respecto de la explicacion como respecto de la contrastacion. A estas alturas no podemos ser mas precisos en la enunciacion de este punto, puesto que su correcta enunciacion implica proponer nuevas distinciones que desarrollaremos a lo largo del presente trabajo.

Defenderemos que no hay razones conceptuales para sustentar esta coincidencia, es decir, que el papel que un concepto desempena con respecto a la contrastacion permite determinar su papel con respecto a la explicacion. Respaldaremos esta hipotesis con el analisis de algunos ejemplos de teorias cientificas.

El estructuralismo metateorico (Balzer, Moulines, y Sneed 1987) brinda herramientas conceptuales para poder presentar esta problematica de manera clara y precisa, en consecuencia, utilizaremos las herramientas metateoricas que este enfoque brinda. Que las distinciones entre conceptos segun su papel explicativo y segun su papel en la contrastacion no coincidan ni intensional ni extensionalmente --la hipotesis de este trabajo--es un resultado significativo para la filosofia de la ciencia en general, y, ademas, tiene consecuencias para el estructuralismo metateorico en particular, como pretendemos mostrar.

  1. Explicacion y contrastacion en la concepcion heredada

    En la concepcion heredada se pretendia capturar la distincion intuitiva que nos ocupa a traves de la observabilidad. Los terminos teoricos (entendidos como no observacionales) constituirian los elementos propios de una teoria--aquellos que la teoria utiliza para explicar--y los observacionales los que no le son propios--aquellos que garantizan la contrastacion independiente de la teoria--. La presentacion paradigmatica de esta posicion puede encontrarse en "El caracter metodologico de los terminos teoricos" (1956). Alli, Carnap afirma:

    En metodologia de las ciencias se acostumbra, por razones de utilidad, dividir el lenguaje cientifico en dos partes, el lenguaje de observacion y el lenguaje teorico. El primero usa terminos que designan propiedades y relaciones observables, para los efectos de la descripcion de objetos o hechos igualmente observables, el lenguaje teorico, a su vez, contiene terminos que pueden referirse a hechos inobservables o a aspectos o rasgos inobservables de los hechos [...] uno de los temas principales sera el problema de un criterio de significacion para el lenguaje teorico; es decir, las condiciones exactas que deberan darse en los terminos y proposiciones del lenguaje teorico para cumplir una funcion efectiva en la explicacion y prediccion de los hechos observables y asi poder aceptarlos como empiricamente significativos. (1956, p. 38, las cursivas son nuestras.) Habia, al menos, dos razones claras para trazar dicha distincion: a) los terminos observacionales tenian garantizada su legitimidad referencial por referirse a objetos, propiedades o relaciones observables; los terminos teoricos, por su parte, debian adquirir esa garantia a traves de una interpretacion parcial a partir de su vinculacion con terminos observacionales (mediante principios puente o reglas de correspondencia); b) los terminos observacionales proveian una base lo suficientemente segura, relativamente objetiva, y en consecuencia independiente, para contrastar los enunciados teoricos.

    Lo relevante para nuestros propositos es que con uno y el mismo criterio se pretendia dar cuenta de ambos papeles, con respecto a la explicacion y a la contrastacion.

    Por supuesto, es posible entender por que se consideraba que la distincion basada en la observabilidad podria cumplir ambas tareas. Pues, en una primera mirada, en teorias simples, pero que proponen conceptos nuevos, (2) parece que tales conceptos suelen ser no observacionales y las predicciones que se hacen suelen utilizar exclusivamente conceptos observacionales. Es decir, en estos casos se contrastaria a la teoria con enunciados empiricos y se querria explicar la conducta de entidades observables. Un ejemplo podria constituirlo (en una primera instancia) la teoria de Mendel. Para explicar las frecuencias encontradas de rasgos en las cruzas de las variedades puras, Mendel propuso elementos inobservables que determinarian el rasgo en los organismos en cuestion (1865). Los rasgos a considerar (p.ej. color y rugosidad de las semillas) serian directamente observables, mientras que los elementos postulados serian inobservables. La posesion de ciertos elementos inobservables explicaria la posesion de rasgos en un organismo particular, y, por otra parte, la vinculacion de esos elementos inobservables con rasgos nos permitiria contrastar las leyes que Mendel propuso.

  2. Criticas a la distincion de la concepcion clasica

    Como es bien conocido, esta distincion recibio fuertes criticas, unas orientadas a subrayar que los criterios propuestos hasta el momento no lograban separar satisfactoriamente los terminos que intuitivamente debian caer de un lado o del otro de la distincion (Achinstein 1963, 1965, 1968; Hempel 1958, 1966, 1970; Putnam 1962; Suppe 1972) y otras, mas radicales, apuntaban a mostrar la invalidez de la misma razon que motivo la distincion ya que la tesis de la carga teorica de la observacion senalaria que los terminos teoricos afectan el significado de los observacionales y que, justamente por esto, los observacionales no pueden ser una base empirica fiable para contrastar teorias (Hanson 1958; Kuhn 1962; Popper 1962).

    A principios de los anos sesenta algunos autores ya empezaban a intuir que no era licito identificar lo teorico con lo no observacional (Putnam 1962). Mientras el caracter observacional o no observacional de un termino no dependiera de la teoria en la que ocurre, su caracter de teorico si lo haria. Asi, Achinstein afirma que:

    uno siempre debe especificar la teoria con respecto a la cual un termino dado esta o no esta "cargado de teoria". Y pareceria que un termino podria recibir esta clasificacion respecto de una teoria, pero no respecto de otra, aun cuando el termino ocurra en ambas. Puesto que en una teoria su significado no podria entenderse a menos que los principios de la teoria sean conocidos, mientras que este no necesariamente seria el caso para la otra teoria (o al menos podria haber diferencias de grado significativas). (1965, p. 200; la traduccion es nuestra.) Varios autores denunciaron que la distincion teorico observacional suponia la confusion de dos dicotomias, en algun sentido relacionadas, pero diferentes: la dicotomia entre lo observacional y lo no observacional y la dicotomia entre lo teorico y lo no-teorico (Bar-Hillel 1970, pp. 267-269; Lewis 1970; Ruse 1973, cap. 2.2). Un buen ejemplo de esta nueva diferenciacion, otra vez, proviene de la genetica clasica. Aplicando la distincion teorico observacional, en genetica clasica podriamos vernos tentados a considerar los rasgos fenotipicos como observacionales y los genes como teoricos. Sin embargo, aunque en ciertos casos los rasgos son observables, no siempre es asi. Por ejemplo, el factor sanguineo es un rasgo que se hereda segun las leyes de la genetica clasica. Dificilmente alguien podria considerarlo observable (en el sentido de la concepcion heredada) puesto que tiene que ver con la presencia o no de una proteina particular en la membrana de los globulos rojos, que se determina por medio de procedimientos indirectos a traves de reactivos. En consecuencia, algunas de las entidades que pertenecen a la extension del concepto de rasgo no serian observables aunque el concepto de rasgo, en principio, como habiamos visto, seria no teorico en esta teoria. El concepto de rasgo no seria sencillamente catalogable como observacional, puesto que bajo su extension caerian tanto entidades observables como inobservables.

    Una de las propuestas positivas mas interesantes que separa a la teoricidad de la observabilidad es la distincion que Hempel hace entre los conceptos que se encontraban disponibles con anterioridad a una determinada teoria y los que...

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