La experiencia mexicana

AutorKamel Athie Flores
Páginas62-111
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Primera Parte: Pasajes para una historia del agua
sentido que dentro de pocos años, hacia el primer cuarto del siglo XXI grandes canti-
dades de personas no tendrán acceso al agua potable. Dejemos esto para el siguiente
capítulo y pasemos a ubicar el caso mexicano.
6. La experiencia mexicana
El Estado hidráulico prehispánico
Dos grandes áreas sobresalen en el continente americano, Aridoamérica y Mesoamé-
rica, aquella desértica, la otra llena de ríos y volcanes. En esta última, las culturas indí-
genas se desarrollaron dentro de cuencas hidrológicas que cruzaban sus territorios. En
su evolución política, la Cuenca del Valle de México se convirtió en el corazón de Me-
soamérica, y desde el siglo XIV pasó a dominar la meseta central. “Antiguamente, sus
ríos desembocaban en el Balsas, al sur, pero la erupción de una cadena de volcanes
puso un dique a estos ríos hasta transformarlo en el único valle de Mesoamérica cuyas
aguas no desembocan de modo natural en el mar. Las aguas atrapadas han formado
cinco lagos de poca profundidad. Al crecer los grupos humanos establecido a lo largo
del valle, los lagos servían para unirlos entre sí. En el interior de uno de estos cinco lagos,
los mexica-colhuas (o aztecas) fundaron Tenochtitlán. Los lagos (Bajío, Toluca, México,
Puebla) casi han desaparecido gracias al esfuerzo humano y a la erosión, desde que el
ingeniero hispano alemán Enrique Martínez desviara en su mayor parte las aguas del
lago de Texcoco hacia el río Pánuco, cavando un canal y un túnel en Huehuetoca en los
años de 1607-8. Junto al valle de México se tienen dos compartimentos: Toluca y Puebla.
Toluca centro en plena expansión al que acuden una vez por semana los indios de las
regiones vecinas y animan el gran mercado de los viernes, fértil llanura del Bajío. El Ler-
ma alcanza la laguna de Chapala y cambia de nombre: Río Grande de Santiago para
desembocar en el Océano Pacíf‌ico. Entre el Lerma y el Balsas se encuentra un región
montañosa y volcánica cubierta de pinos, donde viven los indios tarascos, Laguna de
Cuitzeo y el Lago de Pátzcuaro, los tarascos del altiplano y del distrito de los lagos ad-
quirieron una homogeneidad cultural y una unidad propia que resistió ef‌icazmente a
los imperialismos mexicano y español, el balcón semitropical de Jalapa y Orizaba.
Pero la historia de Mesoamérica ha puesto a trabajar varias otras fuerzas hacia
una cohesión siempre en aumento. Tradicionalmente, tales fuerzas se han originado
en las áreas cuyas regiones interiores poseían tierras, cultivos y medios de transporte
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El Agua, ayer y hoy
55 Wolf Eric. Pueblos y culturas de Mesoamérica. Ed. ERA, México 1972.
56 Rojas-Rabiela Teresa. Nuevas noticias sobre las obras hidráulicas prehispánicas y coloniales en el valle
de México. Instituto Nacional de Antropología e Historia, INAH, México 1974.pp.27–69.
57 Véase Zapata-Peraza Renée Lorelei.Los chultunes. Sistemas de captación y almacenamiento de agua
pluvial. INAH, México1982.
relativamente abundantes, capaces de engendrar mayor energía de la que era nece-
saria en el interior de cada una de ellas. Estas regiones son las zonas clave del desarro-
llo social, los puntos nodales del crecimiento que atraen a otras regiones dentro de sus
campos de fuerza. En Mesoamérica las regiones de esta índole han sido en una época
o en otra: el valle de México, las marcas fronterizas que separan el mundo sedentario
de los cultivadores del mundo nómada de los recolectores de alimentos de Hidalgo; la
región de Cholula y de Puebla y, su cercana Tlaxcala; la cuenca del Lago de Pátzcuaro;
el Bajío; la cuenca de Jalisco; Morelos; las hondonadas de las montañas del alto país
meridional; el valle de Oaxaca, los valles de la región alta de Guatemala; el Petén; el Yu-
catán septentrional; el sur de Veracruz y Tabasco. De todas estas regiones, la que ha
subsistido más tiempo ha sido el valle de México. Cuando una región se transforma en
el centro de un desarrollo tan múltiple, empieza a atraer, como un imán, a pueblos y
ciudades situados en su periferia.”55
La época prehispánica es vasta en lo relativo al uso del agua y obras hidráulicas,
prueba de ello es la amplia infraestructura para sostener ciudades, fundadas, total o
parcialmente, en el agua (sobre chinampas), formada a base de albarradones, los
innumerables puertos de canoas, acequias hondas para navegación, calzadas que
atravesaban las lagunas, andenes, jardines, estanques y huertos en la orilla de las
cuencas hidrográf‌icas, especialmente la del Valle de México.56
EnMesoamérica gran parte del abastecimiento de agua se logró a través de la
recolección y almacenamiento del agua pluvial. El agua era captada mediante ca-
nales y zanjas y conducida, desde los techos de las casas, por canoas y canales ha-
cia depósitos de barro, cal y canto, o piedra. También contaban, para este f‌in, con
almacenes subterráneos, como los de San José Mogote (1000 a.C.) y Tierras Largas
(1000-900 a.C.) Oaxaca; asimismo se debe tener presente los chultunes o cisternas
mayas.57
Otro método de captación y abastecimiento de agua fueron los jagüeyes, bordos
de tierra compactados, que recibían agua de los escurrimientos de los cerros cerca-
nos. Éstos cumplían funciones tanto para distribución y consumo humano, como para
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Primera Parte: Pasajes para una historia del agua
58 Hernández Raúl, Ávila García Patricia, ed. Agua, medio ambiente y desarrollo en el siglo XXI: México
desde una perspectiva global y regional. El Colegio de Michoacán, 2003. pp.135–140.
59 González-Rodríguez Carlos A.Trabajos de abastecimiento de agua en la antigua ciudad de México, el
origen de una civilización majestuosa. Ed. Centro del Agua para América Latina y el Caribe, 2011.
60 Palerm Ángel. Obras hidráulicas prehispánicas en el sistema lacustre del valle de México. Instituto Na-
cional de Antropología e Historia, 1973. pp.19–44.
61 Hernández Raúl, Ávila García Patricia, ed.Agua, medio ambiente y desarrollo en el siglo XXI: México
desde una perspectiva global y regional, El Colegio de Michoacán, 2003. pp.135–140.
62 Rojas Rabiela Teresa. Las obras hidráulicas coloniales, enSemblanza Histórica del Agua en México.
CONAGUA, SEMARNAT, 2009. pp.14–26.
abrevadero de animales.58 Los acueductos, fueron otra forma de conducción y abasto,
dentro de los que destacan los hechos por los mexicas, como el que llevaba agua des-
de los manantiales de Chapultepec.59
La agricultura fue esencial en la vida económica y social, y el riego fue necesario
para incrementar el rendimiento agrícola. Los sistemas de riego eran amplios y va-
riados, contaban con instalaciones permanentes, presas, cajas de agua, presas de-
rivadoras para la temporada de secas, camellones agrícolas y otras más. El agua se
capturaba desde su nacimiento y se almacenaba en ‘cajas’ para regular el f‌lujo de los
canales. Del canal principal se originaba una red de distribución de pequeños canales
y acequias, con depósitos secundarios de almacenamiento, muchos de estos canales
se encontraban impermeabilizados. Evidencias de este tipo de sistemas se han encon-
trado en el área de Texcoco, Chalco, Coyoacán y Tacubaya.60
Asimismo construyeron bordos o empalizadas para represar el agua, hechas a
base de troncos, cañuela, o varas entretejidas, piedras, tierra y pasto, servían para des-
viar las aguas a un canal que ya se había construido. Esta agua era utilizada durante
la temporada de secas y sus estructuras eran destruidas al llegar los temporales cuan-
do los ríos aumentan su caudal haciendo el riego innecesario. Los especialistas af‌irman
que la presa de Purrón, marca el inicio de la agricultura de riego en Mesoamérica, es la
más antigua de su tipo que se haya encontrado.61
La formación de lagunas artif‌iciales, fue otro tipo de embalses o presas. Entre los
casos más conocidos están: la laguna-presa de Totoltepec, en la cuenca de México;
el sistema de Coatepec-Tula en Hidalgo, y el de Amanalco, en el Estado de México. Las
sequías estacionales llevaron a la construcción de camellones agrícolas, que cumplían
dos funciones importantes: por un lado, conservar el agua en depósitos naturales y por
otro lado, la habilitación de vías de navegación mediante canales.62

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