¿Existe una tasa óptima de desigualdad? Evidencia empírica de un panel de 112 países

AutorJorge Alberto Charles Coll
CargoUniversidad Autónoma de Tamaulipas
Páginas313-350
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¿EXISTE UNA TASA ÓPTIMA DE DESIGUALDAD?
Evidencia empírica de un panel de 112 países*
Jorge Alberto Charles-Coll**
RESUMEN
Este artículo ofrece una propuesta para conciliar el debate sobre la relación que
existe entre la desigualdad en el ingreso y el crecimiento económico al proponer
que las disparidades presentes en la mayoría de los estudios empíricos anteriores
se derivan del hecho de que no se han tomado en cuenta los niveles de desigualdad
como un factor que puede determinar el signo de la relación. Se demuestra una
relación con forma de U invertida, lo cual indica que bajos niveles de desigualdad
ejercen una correlación positiva con el crecimiento económico, mientras que altos
niveles de desigualdad ejercen un efecto negativo sobre el mismo. Además, se de-
muestra la existencia de una Tasa Óptima de Desigualdad (TOD) que maximiza las
tasas de crecimiento en comparación con otros niveles de desigualdad y libera a la
economía de cualquier distorsión generada por los altos niveles de desigualdad o
por los altos niveles de redistribución y los niveles de tributación conexos. Para
fundamentar estas proposiciones, se presenta evidencia empírica tomada de un ex-
tenso panel de países, así como un análisis bibliométrico.
ABSTRACT
This paper provides a conciliatory argument to the debate over the relationship be-
tween income inequality and economic growth by proposing that the disparities in
most previous empirical studies derive from the fact that they have not accounted
* Palabras clave: desigualdad, crecimiento, redistribución, tasa óptima de desigualdad. Clasicación
JEL: O15, D31, D63. Artículo recibido el 24 de mayo de 2013 y aceptado el 27 de agosto de 2014 [tra-
ducción del inglés de Karina Azanza y Beatriz Meza].
** Universidad Autónoma de Tamaulipas (correo electrónico: jacoll@uat.edu.mx).
EL TRIMESTR E ECONÓMICO, vol. LXXXII (2), núm. 326, abril-junio de 2015, pp. 313-350
EL TRIMESTR E ECONÓMICO
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for the level of inequality as a factor that can dene the sign of the relationship.
An inverted U shaped relationship is demonstrated, showing that low levels of in-
equality exert a positive correlation with economic growth while high levels depict
a negative one. Additionally, it is demonstrated that the existence of an Optimal
Rate of Inequality (ORI) that maximizes growth rates in comparison to other in-
equality levels, and releases the economy from any distortion generated by high
inequality or high redistribution and the associated taxation levels. Empirical
evidence from a broad panel of countries as well as a bibliometric analysis
is presented to validate these propositions.
INTRODUCCIÓN
Durante los últimos dos decenios ha habido un debate continuo acerca
de la verdadera relación entre la desigualdad del ingreso y el creci-
miento económico. Estudios empíricos han hallado una serie de resultados
opuestos, desde aquellos que arman que hay una relación negativa (Ale-
sina y Rodrik, 1994; Clarke, 1995; Perotti, 1993; Alesina y Perotti, 1996;
Persson y Tabellini, 1994; Perotti, 1996; Kremer y Chen, 2002; Castelló
y Doménech, 2002; De la Croix y Doepke, 2003; Josten, 2003; Ahituv y
Moav, 2003; Viaene y Zilcha, 2003; Josten, 2004; Castelló Climent, 2004;
Knowles, 2005; Davis, 2007), los que hallan un vínculo positivo (Partridge,
1997; Forbes, 2000; Li y Zou, 1998) o una correlación no lineal (Barro,
2000; Banerjee y Duo, 2003; Voitchovsky, 2005; Bengoa y Sánchez Ro-
bles, 2005; Barro, 2008; Castelló Climent, 2010), hasta aquellos estudios
que arman que no existe dicha correlación o llegan a un resultado no con-
cluyente (Lee y Roemer, 1998; Panizza, 2002; Castelló y Doménech, 2002).
Si bien en muchos casos las fuentes de información entre estudios empí-
ricos son las mismas,1 los autores han incorporado diversas variaciones en
las características de sus trabajos a n de encontrar la “verdadera” relación
entre la desigualdad y el crecimiento, y conciliar las diferencias presentes en
la literatura. Dichas variaciones pueden tomar la forma de un mejoramiento
de la calidad de los datos, el empleo de diferentes metodologías en la esti-
mación de dichos modelos,2 la disminución o el aumento del horizonte de
1 Entre las bases de datos más inuyentes se cuentan las de Deininger y Squire (1996); en fechas más
recientes, la compilación de la Base de Datos sobre Desigualdades de los Ingresos Mundiales (WIID, por
sus siglas en inglés); y, para el caso de las variables socioeconómicas, la bases de datos de Barro y Lee
(1993).
2 Como los mínimos cuadrados ordinarios (MCO), el método generalizado de los momentos (MGM),
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tiempo de los efectos esperados al pasar de la desigualdad al crecimiento, la
prueba de distintos mecanismos de transmisión para explicar la relación o
la inclusión de variables cticias en la estimación. Ninguna de ellas ha con-
siderado el nivel de desigualdad como causa potencial de las discrepancias
en los resultados.
Antes de preguntar si la desigualdad del ingreso se relaciona positiva o
negativamente con el crecimiento económico, debemos preguntarnos si es-
tamos ante un fenómeno “natural”, o al menos esperado, en el contexto de
una economía de mercado en donde generalmente se acepta que el nivel
de ingresos de sus miembros esté determinado en cierta medida por su pro-
ductividad marginal y por las ventajas comparativas que salen a la luz como
resultado del desempeño económico.
Si coincidimos en que es natural —o incluso necesario— que exista un
cierto grado de desigualdad en una economía de mercado, entonces la pre-
gunta debería ser: ¿qué grado de desigualdad es dañino para el crecimien-
to? Preguntarse únicamente si la desigualdad es dañina o benéca para el
crecimiento económico, como hace, de manera implícita, la mayoría de los
estudios, requiere de una respuesta lineal y de la suposición de que los ni-
veles de desigualdad no inuyen en la denición de dicha relación; es decir,
presupone que los efectos de la desigualdad sobre el crecimiento son iguales,
independientemente de su grado de intensidad. Asimismo, presuponer que
existe la posibilidad de llegar a un acuerdo acerca de si estamos ante una re-
lación positiva o negativa signicaría llegar a recomendaciones de políticas
(sin importar el contexto especíco, es decir, el nivel de desigualdad actual
o el estadio democrático del que se trate) para promover activamente un
aumento en los niveles de desigualdad o a la inversa, según sea el caso.
Solamente unos cuantos estudios (Barro, 2000; Banerjee y Duo, 2003;
Voitchovsky, 2005; Bengoa y Sánchez Robles, 2005; Barro, 2008; Castelló
Climent, 2010) han encontrado una relación no lineal entre la desigualdad
y el crecimiento. No obstante, estos estudios atribuyen el cambio en la ten-
dencia a las causas, que son exógenas respecto del nivel de desigualdad,3 y
los mínimos cuadrados en tres etapas (MC3E), la regresión aparentemente no relacionada (SUR, por
sus siglas en inglés), la estimación de efectos jos o aleatorios y las estimaciones tipo Arellano y Bond
(1991), por mencionar algunos.
3 Banerjee y Duo atribuyen la relación negativa a los cambios en la desigualdad, pero el efecto
proviene de las distorsiones económicas generadas por las decisiones distributivas en cualquier nivel de
desigualdad.

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